Córdoba

Caravaca y la moda cordobesa más cínica

  • El diseñador de Castro del Río ha participado en la Fashion Week de Madrid

  • La colección 'El perro ágil' busca la ruptura de lo establecido y convencional

Mario Caravaca atiende a unos clientes en la ‘showroom’ de Madrid.

Mario Caravaca atiende a unos clientes en la ‘showroom’ de Madrid. / El Día

Rebelde, loco e inconformista. El joven diseñador Mario Caravaca, de Castro del Río, se inicia con 32 años en el mundo de la moda “por accidente”, aclara. Este accidente y su propia libertad, le han llevado a presentar, en la showroom de la Samsung Ego, parte de su colección El perro ágil, durante la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid.

El perro ágil “habla del cinismo”, destaca. “Es la búsqueda de la ruptura con lo establecido, con el convencionalismo”, añade. En este sentido, explica que “nos enseñan que las cosas son así porque sí y nunca se da una vuelta”. Por este motivo, se muestra interesado en conocer y aprender cómo se hace, por ejemplo, “una bragueta”. Sin embargo, aclara que una cremallera es una abertura y “hay más opciones y se puede añadir en una camiseta también y no sólo en pantalones”.

Constantemente aprende y reconoce que “me gusta coser y soy muy técnico”. Sin embargo le gusta romper con todo lo aprendido. Muestra placer por desordenar lo que ha aprendido y se pregunta siempre “¿qué pasaría si…? Y cambio lo esperado”.

Algunas de las prendas de la última colección de Caravaca. Algunas de las prendas de la última colección de Caravaca.

Algunas de las prendas de la última colección de Caravaca. / Laura Turpín / Pablo Ferao

Respecto a los colores, destaca una paleta básica. “Centro mi atención en los puntos provocativos, para los que me apoyo en el rojo”, explica. Para ganar fuerza con el rojo, utiliza en el resto los grises, blancos y otros tonos neutros como los azulados.

Su colección ya atrae las miradas. Muestra de ello, es lo ocurrido durante el showroom de la Samsung Ego. El diseñador afirma que “ha gustado mucho y ha tenido muy buena acogida”. Las primeras impresiones en Madrid son importantes, pero también lo son los éxitos personales. Caravaca comenta que su paso por la Fashion Week de Madrid “me ha servido para tantear hacia donde voy”. Destaca también que cuando los clientes te dicen “esto es genial” o “está muy bien lo que haces, pues te hace estar un poco más seguro”, sobre todo cuando eres arriesgado.

Una beca Erasmus en Italia

Pero, ¿cuándo comenzó su dedicación a la moda? Su primera experiencia tuvo cuando estudiante de Bellas Artes en la Universidad de Granada (UGR). Mientras disfrutaba de su estancia Erasmus en Italia, en 2010, tuvo que cursar una asignatura de más por las diferencias del programa académico, y “sin buscarlo aprendí a coser y a usar la costura como una forma de construcción”, aclara.

Esta experiencia fue clave para todo lo que venía después. Al regresar a España, Caravaca contactó con el artista y profesor de la , Luis Casablanca, fallecido en 2016. Tenía muy claro lo que necesitaba y “quería que me ayudara con el proyecto fin de carrera”, recuerda. Sin embargo, no todo fue un camino de rosas. Al principio tuvo dificultades para presentar la propuesta porque “yo era la primera persona que se había interesado por este tema. Finalmente accedí a él”, explica.

Entre Casablanca y Caravaca, hubo mucho trabajo hasta llevar a buen puerto el proyecto y su línea vio la luz. En ella se habla sobre la memoria y el lenguaje de la moda, “pero no moda propiamente”, indica. Su trabajo se centra en un escrito del psiquiatra cordobés Carlos Castilla del Pino, que dice que “uno sobrevive sólo en el recuerdo de los demás. Cuando estos desaparecen, uno ha desaparecido también. No hay inmortalidad: hay memoria”. La moda y la creación de cada diseñador son formas de dejar huella y quedar en el recuerdo.

Unos abrigos de la colección ‘El perro ágil’. Unos abrigos de la colección ‘El perro ágil’.

Unos abrigos de la colección ‘El perro ágil’. / Laura Turpín / Pablo Ferao

El proyecto fin de carrera fue clave para encauzar su carrera profesional de diseño. Gracias a él, en 2014 recibió una beca para estudiar en un centro privado que ofertaba estudios moda y diseño. “Así tomé contacto con algo que salía más de lo artístico” y que dio como resultado su primera colección, Valiente, relata.

Para Valiente, “quise hacer algo un poco loco y escultórico”, anota. El diseñador explica también que la idea estaba inspirada en el imaginario de Los amantes del Círculo Polar, película dirigida por Julio Medem. Así, juega con “el abrigo gigante del entorno polar”, en los tonos azules y grises, y otras prendas ligeras en tonos piel, “cálidos y acogedores”, realizados en seda y otros materiales. Al fin y al cabo, “se trataba de un viaje”, añade. Caravaca pensaba que “no eran ponibles”, sin embargo no fue así, “resultaron que sí lo eran y que gustaban”.

El vestuario y la moda, a veces, no depende de que la prenda sea ponible o no. Hay personas más atrevidas que visten outfits imposibles y saben llevarlo de escándalo. No obstante, Caravaca es una firma para “personas libres, creativas, que tienen una personalidad que sabe defender las rarezas”. La rareza está de moda, tal y como se considera el diseñador, “una persona rara”, pero se hace un hueco en el mundo del textil poco a poco y con buena letra, o mejor dicho, “con idas de olla”, que gustan mucho.

Caravaca tiene muy claro hacia dónde dirige sus pasos. De igual modo, “ me gustaría trabajar desde mi tierra”, no obstante, “en Andalucía tenemos una vista de la moda más conservadora y, a veces, no tiene la misma efectividad”. Ahora pretende difundir sus “idas de olla” desde focos internacionales, como Madrid.

Para los próximos meses, entre aguja y dedal, se esperan nuevos proyectos y novedades de esta promesa de la moda cordobesa, que publicará en Instagram –@mario.caravaca–, Facebook –@mariocaravacadesing– y, proximamente, en su página web –www.mariocaravaca.com–.

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