Hace un par de días la gastronomía española ha vuelto a ser noticia. Allianz Global Assitance, la Federación Española de Hostelería y la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca), chefs de prestigio, estrellas Michelin y las escuelas de hostelería han puesto en marcha una iniciativa para elegir los mejores platos de nuestro país. Haciendo un poco de cierre este viernes de mes de agosto y de un largo verano, he pedido como algo excepcional este espacio para aclarar cuáles son estas siete maravillas gastronómicas y qué es lo que se pretende conseguir con esta iniciativa: reconocer la importancia de la gastronomía española como medio de expresión cultural.

En los últimos años, el término foodie acompaña a un turismo emergente, que en poco tiempo aúna un porcentaje muy importante. El turismo gastronómico es un gran motor para el sector y urge ponerlo en valor. España, consciente de la importancia de la gastronomía y la hostelería como valor añadido al patrimonio histórico, al clima, a nuestras playas e impulsada por grandes profesionales de la restauración, ha conseguido ser un referente mundial. El nombramiento de la dieta mediterránea por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2013 despertó la curiosidad de los foodies por los países mediterráneos en los que se basan los patrones de esta dieta: España, Portugal, Francia, Italia, Grecia y Malta.

El proyecto del nombramiento de las siete maravillas de la cocina española pretende acumular un respaldo social, empresarial e institucional para que los organismos de nuestro país puedan proponer la candidatura de la gastronomía española como bien inmaterial de la humanidad ante la Unesco, hasta ahora sólo conseguida por la cocina japonesa, la mexicana y la francesa.

Para ello, se han propuesto una relación de los platos más representativos de nuestra cocina y han entrado a concurso mediante votación a través de una web con acceso público. Los siete más votados son el ranking de las siete maravillas gastronómicas de la cocina española: las papas arrugadas de Canarias, el jamón ibérico, el pulpo a la gallega, la paella valenciana, la tortilla de patata, la quesada pasiega y los paparajotes murcianos.

Y con la complicidad conseguida a lo largo de estos meses, y gracias a esta sección de hostelería, me voy a permitir hacer y responder a una pregunta: ¿Qué aporta #cómetecórdoba al sabor de España? Córdoba y su sector hostelero se presentan ante el mundo con una gastronomía de elevado nivel, tradicional a la vez que innovadora y además rodeada de un enclave inigualable cultural y monumental, que hacen que tras cada bocado los visitantes se conviertan en prescriptores de la ciudad.