Loco por la música

Nuestra Orquesta

  • Desde sus inicios, ha realizado una trascendental función pedagógica hacia las nuevas generaciones de la mano de las instituciones públicas de la ciudad

Nuestra Orquesta.

Nuestra Orquesta. / Juan Ayala

Córdoba tiene una gran orquesta. Qué duda cabe de que es una parte indisoluble de la cultura de nuestra ciudad y provincia, y por sus características e historia es una de las más valoradas del panorama nacional. Su creación, allá por los ya algo lejanos años 90, supuso un revulsivo musical para la capital. Hoy pretendo acercarles un poco a su historia y trayectoria.

Pongámonos pues en marcha y acerquémosla a aquellos que por desconocimiento o falta de posibilidades no disfrutan de las maravillosas actuaciones de nuestro buque insignia musical.

Para los que nos leen y no conocen su historia, les contaré que nuestra orquesta dio su primer concierto en el Gran Teatro el 29 de octubre de 1992 bajo la batuta de su fundador y director titular, el maestro Leo Brouwer, con el apoyo artístico del ya fallecido actor Adolfo Marsillach y del también lamentablemente desaparecido pianista cordobés Rafael Orozco, teniendo como primeros organizadores corporativos a la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba.

27 años y unos meses nos separan de esta inolvidable y exquisita velada musical. Desde entonces, el arte de nuestra orquesta ha sido alabado y reverenciado en escenarios tan diversos como el Megaron Concert Hall de Atenas, el Teatro Real de Madrid, el Palacio de Festivales de Cantabria, el Auditorio Nacional, la National House de Praga, la Sala Dorada de la Musikverein en Viena, el Teatro Manuel de Falla de Granada, el Teatro Jovellanos de Gijón, la Maestranza de Sevilla, el Teatro Villamarta de Jerez y el Teatro Falla de Cádiz, entre muchos otros, bajo la batuta de sus directores titulares y de otros como Jesús López Cobos, Enrique García Asensio o Inma Shara, que han dejado su impronta siempre bajo el respeto a los músicos, el reconocimiento a la experiencia y la puesta en valor de esta.

Durante estos años, nuestra orquesta también ha paseado su arte por infinidad de espacios monumentales y culturalmente importantes de la ciudad y la provincia como la Mezquita-Catedral y el Alcázar de los Reyes Cristianos, sin olvidar otros de la geografía española como el Monasterio de San Lorenzo del Escorial o el Museo de Santa Cruz de Toledo, dejando siempre un regusto agradable y unas ansias de repetir la grata experiencia en el público asistente.

La inequívoca pasión docente de nuestra orquesta es otro aspecto histórico que debemos refrendar. Desde sus inicios ha realizado una trascendental función pedagógica hacia las nuevas generaciones a través de diversos programas del área de Educación e Infancia del Ayuntamiento de Córdoba y gracias a los múltiples convenios y/o colaboraciones muy interesantes y productivas con entidades de la comunidad como son la Diputación Provincial, el Conservatorio Superior de Música, la Universidad de Córdoba y las Orquestas Jóvenes de Córdoba y de Andalucía.

En la ultima década se ha sumergido de lleno en un proyecto muy solidario para acercar de alguna forma la música a estratos de la comunidad que por diversas razones no han podio acceder a las presentaciones habituales de la orquesta, ayudando así al fomento y difusión de la música en todos los ámbitos educativos y sociales a su alcance.

Infinidad de oyentes infantiles y no tan infantiles han asistido a sus conciertos didácticos, sus conciertos de abono han llegado a duplicarse por la demanda, su participación y colaboración con los gustos sociales mas ancestrales musicalmente hablando, la han acercado cada vez más al público cordobés, que como se vio hace unos años cuando la orquesta sufrió un amago de desaparición, abarrotaron la plaza de las Tendillas para darles su cariño y apoyo en un momento de desventuras económicas a pesar de ser un dechado de cumplimento presupuestario.

Su vastísima experiencia como conjunto se ha visto reflejada en el éxito de crítica y público que han tenido sus estrenos de obras tanto en nuestro país como en sus presentaciones europeas de prestigiosos creadores nacionales, andaluces y cordobeses, de adopción o de cuna tales como Jesús Villa Rojo, Tanos Mikroutsikos, Leo Brouwer, Tomás Marco, Miquel Ortega, Zulema de la Cruz, Andrés Valero-Castells, Juan de Dios García Aguilera, Raquel Jurado, Roque Baños, Ángel Andrés Muñoz, Igmar Alderete o Santiago Báez, entre otros.

Su andadura plagada de éxitos ya referidos, ha puesto si cabe, a la ciudad en un lugar preeminente por el interés generado en múltiples artistas nacionales e internacionales, tales como Vicente Amigo, Alfredo Krauss, Joan Manuel Serrat, Raphael, María del Mar Bonet, Costas Cotsiolis, Jorge Luis Prats, Egberto Gismonti, Amancio Prada, Dimitri Ashkenazy, Manolo Sanlúcar, Gianandrea Noseda, Vladimir Spivakov, Ruggiero Ricci, Tomatito, Pedro Lavirgen, Santiago Auserón (Juan Perro), entre otros que han sido aclamados luego de sus interpretaciones acompañadas de la Orquesta de Córdoba.

Su labor como orquesta de foso, que es como se le conoce a una agrupación sinfónica acompañante de ballets y producciones operísticas, le ha llevado a colaborar con compañías de danza como el desaparecido Ballet de Víctor Ullate, el Royall Ballet de Londres, el Scottish Ballet o el Ballet Flamenco de Andalucía y en producciones operísticas con las cuales ha colaborado en teatros de toda la geografía nacional.Su incuestionable mutabilidad le permite manejar un gran número de repertorios sinfónicos que abarcan desde el Barroco hasta la música más contemporánea, lo que le ha valido loas en eventos como el Festival Otoño Musical Soriano, Concurso Internacional de Piano de Jaén, el Festival de Música Contemporánea de Málaga, el Festival de Música Española de Cádiz, el Festival Internacional de Cine y Música Performance de Sevilla y “nuestros” festivales de Cosmopoética y de la Guitarra, además de las archiconocidas Noches Blancas del Flamenco, entre otros espacios por la geografía andaluza, española y europea.

Una agrupación de este calibre deja huella discográfica por derecho propio y los 45 trabajos fonográficos en su haber así lo atestiguan. Compañías y sellos de reconocido prestigio como Emi, Naxos, Sony o GHA, entre otros, que avalan su buen arte interpretativo.

Tal vez sea porque su director fundador es un guitarrista de reconocido prestigio internacional o que Córdoba posee uno de los festivales más reconocidos mundialmente de este instrumento de seis cuerdas, pero lo cierto es que las hemerotecas atestiguan que la OdC es tal vez la agrupación orquestal que ha apostado más que ninguna otra por el repertorio sinfónico existente para guitarra y por la interpretación del repertorio español e hispanoamericano.

Entre los reconocimientos que posee la orquesta, además de pertenecer por derecho propio a la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS), se encuentran el haber sido nominada por la Sociedad General de Autores (SGAE) y la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes (AIE) como Mejor Artista Clásico junto a Victoria de los Ángeles y la Orquesta Sinfónica de Barcelona, al Premio de la Música en 1999 y, posteriormente, en 2003 una nueva nominación de la Academia de la Música como mejor disco de música, esta vez junto a los reconocidos Plácido Domingo y Jesús López Cobos, por su CD de los dos Conciertos Triples, de Leo Brouwer y Tomás Marco.

La Orquesta de Córdoba, sin duda, es la institución musical y cultural más importante de nuestra ciudad y de nuestra provincia y debe estar por encima de cualquier diferencia política o social.

Su encomiable quehacer diario, su reconocida trayectoria y la brillantez de su futuro hacen que a buen seguro después del tiempo pasado tal vez el “instrumento” –entiéndase la orquesta– tenga un desgaste lógico, pero hemos de conservarla, cuidarla y mimarla, no vaya a ser que ese viejo refrán castizo que dice “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” se haga realidad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios