Córdoba

"Su literatura pervivirá porque es un clásico"

  • La cultura destaca al poeta como un puente entre Góngora y la modernidad y un maestro para varias generaciones que "tuvo una voz propia muy definida, fuera de cualquier circuito gregario"

Féretro de Pablo García Baena, con la túnica y la medalla de la Hermandad de Los Dolores y las tres rosas enviadas por Ginés Liébana.

Féretro de Pablo García Baena, con la túnica y la medalla de la Hermandad de Los Dolores y las tres rosas enviadas por Ginés Liébana. / reportaje gráfico: jordi vidal

La despedida al maestro, al mecenas y al amigo fue cálida y dolorosa, llena de recuerdos de los momentos vividos junto a la última raíz de Cántico, el último poeta de un grupo que supuso una ruptura para la literatura de su época y una vuelta al paradigma gongorino -y con él, al de la Generación del 27- en unos años en los que imperaba la poesía social. La capilla ardiente de Pablo García Baena, fallecido el pasado domingo a los 96 años, fue un lugar de encuentro para escritores -sobre todo poetas- y personalidades de la cultura cordobesa que destacaron tanto su valor humano como el literario.

Con nostalgia, el poeta José Luis Rey recordó que García Baena "ha sido maestro de varias generaciones, desde los Novísimos hasta nosotros, los del 2000" por eso "es un día muy triste en lo personal y en lo literario". "Al menos nos queda el consuelo de que deja una grandísima obra que está en el canon de la poesía española del siglo XX", apuntó. El fallecimiento del autor de Antiguo muchacho significa "la pérdida de un maestro, un amigo y un gran poeta, y sobre todo alguien que sabía escuchar y dio ejemplo de vida y no sólo de obra". El Premio Loewe 2009 incidió en que "Pablo ha tenido más suerte que su amigo Ricardo Molina, ha vivido más y se le ha reconocido más, para lo que fue fundamental el estudio de Guillermo Carnero, que lo rescató en los años 70".

Otro de los primeros en acudir a la capilla ardiente instalada en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Córdoba fue el poeta Pablo García Casado, que apuntó que "se ha ido el padre de la poesía en Córdoba, un emblema moral e intelectual, una persona que cambió la poesía española para siempre, que fue nuestro hilo conductor entre la Generación del 27 y los que empezábamos a escribir". El también director de la Filmoteca de Andalucía se refirió a su "enorme compromiso civil" porque "tenía la mano tendida para lo que quisiéramos y siempre que lo necesitábamos; nos quedamos con una enorme orfandad y creo que tendremos que releer su poesía para entenderla más allá de su vida".

El presidente del Ateneo, Antonio Varo Baena; el pintor Manuel Garcés, el dibujante Rafael Benítez (íntimo amigo de García Baena), el escritor Pedro Tébar, el poeta Carlos Clementson o el director de Teatro Par, Antonio Barrios, pasaron por la capilla ardiente, que se cerró a las 20:00 con un recital de poemas de García Baena a cargo de Rafaela Valenzuela, Juana Castro y Francisco Gálvez.

No estuvo el que ya es el último miembro de Cántico, el pintor Ginés Liébana, que sí acompañó al poeta de forma simbólica en las tres rosas blancas que había sobre el féretro: "Bruno, envuelve tres rosas blancas en un periódico y lleváselas a Pablo de mi parte", rezaba en el libro de condolencias.

El director del Centro Andaluz de las Letras (CAL), Juan José Téllez, manifestó que "Pablo era un ejemplo de elegancia, de serenidad, de complicidad y afecto" y como escritor "era un gigante y lo sigue siendo porque su literatura pervive y pervivirá porque es un clásico y ejemplifica lo mejor de la lírica en español del siglo XX". "Es un puente de lo que supuso el barroquismo de Góngora y la Generación del 27 con la modernidad" y "tuvo una voz propia muy definida, muy clara, fuera de cualquier circuito gregario ajeno a cualquier canon". Téllez reconoció que "Pablo era el alma del CAL", que este año lo ha distinguido como Autor del Año: "Se lo propusimos por enésima vez hace unos meses. Solía decirme que no podía aceptarlo porque era director emérito pero a final del pasado año le dije 'toda la gente de tu generación ha sido Autor del Año y sólo quedas tú, por favor dí que sí, y dijo que sí". En abril se inaugurará en Córdoba la exposición sobre su figura, que estará acompañada de un catálogo coordinado por José Infante.

La poeta y profesora de la Universidad de Córdoba (UCO) María Rosal, que fue madrina de l poeta en su nombramiento como doctor honoris causa, dijo sentirse "triste" porque "quiero mucho a Pablo, el gran maestro de la poesía pero para mí significa la pérdida del amigo; para mí es como mi padre". A la vez reconoció que se siente "feliz porque la UCO le hizo el homenaje que se merecía". "Pablo no sólo es el gran referente de la poesía cordobesa y española de todos los tiempos sino que ha sido una persona maravillosa que nos ha escuchado y atendido y ha sabido transmitirnos un legado que crece a cada momento", apostilló.

Por su parte, el director de la Real Academia de Córdoba, José Cosano, aseguró que "perdemos a una de las grandes figuras de la poesía contemporánea, no sólo a nivel de Córdoba, sino a nivel nacional e internacional". "Pablo ha significado la quintaesencia de lo que fue Cántico y gracias a él Cántico ha saltado del anonimato a la Historia de la Literatura", concluyó.

El escritor Antonio Luis Ginés, responsable del Centro Andaluz de las Letras en Córdoba, dijo que "a medida que pase el tiempo seremos más conscientes de la pérdida que vamos a tener, tanto a nivel literario como humano porque era entrañable". Siempre le ha llamado la atención de García Baena "la capacidad que tenía para incitarte a ir hacia la poesía, era capaz de detectar la belleza y sutilidad en lo mínimo, en lo que casi nadie ve; esto suena muy bien teóricamente pero no todo el mundo sabe ponerlo en práctica y él sí lo hacía", indicó.

La poeta Balbina Prior -que acudió junto a las también poetas Matilde Cabello y Juana Castro- calificó a García Baena como "el poeta más importante de Cántico" y recordó que participaba en los foros poéticos de Córdoba con "humildad", algo que "le honra". Por otro lado, señaló que es "el poeta por excelencia y ha sido reconocido muy merecidamente porque ha sabido trascender su propio proyecto poético; empezó desde la tradición y ha sabido transformar su propia poesía sin olvidar lo que él es".

Por último, el escritor Alejandro López Andrada se mostró "totalmente destrozado porque Pablo, además de un maestro de la poesía, era un padre ético y espiritual, un hombre de una ternura infinita y una gran humanidad que nos ha apoyado a todos los poetas andaluces". En esa línea, expuso que "tenía una sencillez extrema, podías hablar con él como si fuera un padre" por ello "nos sentimos huérfanos, no nos lo podemos creer aún". "Su poesía quedará en el tiempo como la de Juan Ramón Jiménez" porque "él ya era un clásico y ahora mucho más", aseveró.

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