Sanidad

Cuando la leucemia entra en tu vida como un mal sueño

Antonio García, trasplantado de médula tras padecer leucemia.

Antonio García, trasplantado de médula tras padecer leucemia. / Juan Ayala

Hace solo un mes que Antonio García Gómez recibió un trasplante de médula para curar la leucemia que padecía. Para él todo empezó como un mal sueño ya que lo que iba a ser una analítica rutinaria sacó a la luz una leucemia que aún no había dado la cara. "Fue sorprendente para mí porque yo me encontraba perfectamente", explica.

Este cordobés de 69 años, que es cantaor y se conoce en el mundo flamenco como El Califa, acudió en febrero a su médica de familia para que le diera un volante para una analítica general, ya que el año pasado no se hizo ninguna por el covid. Le extrajeron la sangre el 16 de febrero a las 09:00, se fue al campo y sobre las 13:30 recibió una llamada del Hospital Reina Sofía porque, según le dijeron, habían observado que tenía pocas defensas.

Así, lo citaron al día siguiente para otra analítica en el mismo hospital y también le extrajeron material de la médula ósea. Tranquilamente, volvió a su casa y se fue al campo a cuidar de su huerto ya que él se sentía bien. Sin embargo, ese mediodía volvieron a llamarlo desde el Reina Sofía para que ingresara ese mismo día.

"Me fui para allá, ingresé y se me cayó el cielo encima", asegura Antonio, cuyo caso comenzó a llevar el hematólogo Salvador Tabares. "Si a mí no me pasa nada, si estoy fenómeno", decía él, pero las pruebas indicaban lo contrario, así que "me derrumbé". El doctor le explicó en qué iba a consistir el tratamiento y le insistió en que no se preocupara.

Estuvo una semana con quimioterapia y luego otras dos semanas tomando dos pastillas de quimio todos los días. Nada más enterarse, sus nueve hermanos se ofrecieron para hacerse una prueba de compatibilidad por si era necesario un trasplante de médula. Además, contó con el apoyo de su mujer y sus dos hijos, que han estado en todo el proceso muy pendientes de él. Finalmente, siete de sus hermanos pudieron hacerse la prueba por indicación de los especialistas, siendo uno de ellos, Pepe, el más compatible.

Después de más de 25 días hospitalizado, Antonio pudo volver a su casa por dos semanas antes de regresar para un segundo tratamiento de quimio. Su seguimiento en consultas externas lo hacía el doctor Francisco Javier Casaño, que lo controlaba "cada dos o tres días" y fue quien lo preparó para el trasplante de médula.

El 18 de mayo ingresó de nuevo y estuvo otra semana con quimio en la burbuja de aislamiento. Tras un día de descanso, el 25 de mayo le hicieron el trasplante y tres días después volvió a recibir quimio para cerciorarse de que no quedaban células madre suyas. "Hasta el trasplante yo no había estado mal, pero cuando me pusieron después la quimio ya me vinieron los vómitos, diarreas y cogí mucositis de grado 3", explica Antonio, que en esta parte del proceso fue asistido por el doctor Rafael Rojas. Fueron días muy duros, "los peores que he pasado", señala, ya que incluso estuvo una semana y media en la que no podía comer por la mucositis.

A los 15 días, "cuando ya eclosionaron las células" del trasplante, se fue recuperando poco a poco, aunque aún tiene algunas secuelas como anemia. En esta etapa le está haciendo seguimiento la doctora Carmen Martín. "No tengo nada más que palabras de agradecimiento para todo el equipo médico y de enfermería", dice emocionado.

Ahora ya sale a andar para ir fortaleciendo músculo y también tiene más apetito. "Voy recuperándome bien", indica Antonio, que ahora tiene un seguimiento médico "constante". "No hay palabras para agradecer todo lo que hacen estas personas con su trabajo", concluye.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios