Córdoba

La joyería de Córdoba buscará ser de los primeros productos con Indicación Geográfica Protegida de España

  • Hasta ahora, los distintivos de la UE solo están disponibles para alimentos y vinos, una normativa que podría ampliarse a otros productos este año

  • La Asociación San Eloy trabaja ya en el proyecto para acreditar la calidad de las joyas cordobesas y alcanzar la denominación 

Un joyero trabaja una pieza en su taller de Córdoba.

Un joyero trabaja una pieza en su taller de Córdoba. / Juan Ayala

La joyería de Córdoba quiere ser de los primeros productos no alimenticios que ostenten la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de la Unión Europea en toda España. Esto supone que la UE certifique que la industria cordobesa tiene cualidades específicas que la hacen única en el mundo, con lo que se podrá proteger frente a las falsificaciones, así como mejorar su competitividad en el sector. Para alcanzarlo, la Asociación de Joyeros San Eloy ya ha dado un paso al frente: contar con una subvención del Ayuntamiento para sacar adelante el proyecto.

Hasta ahora, la Unión Europea solo admitía este régimen de protección para alimentos y vinos, sin embargo, prevén aprobar, a finales de este año, que el distintivo pueda ser lucido por otro tipo de productos artesanales. Con todo ello, desde la asociación cordobesa trabajan ya en la normativa que servirá para certificar la calidad de la joyería hecha en Córdoba frente a otras del sector. Así lo ha explicado la presidenta de la asociación, Milagrosa Gómez, que ha expresado que la joyería de Córdoba "puede ser de los primeros productos de Europa con esta denominación". 

El reto es "ambicioso" y requiere de recursos económicos, que han conseguido a través de una subvención del Imdeec. El primer paso es el desarrollo del proyecto Joyas con Denominación, por parte de la asociación, que permitirá poner en marcha la norma, que está ahora mismo en borrador y que será consensuada a través de un comité de expertos. 

Para lograr que Córdoba luzca el distintivo se debe acreditar la autenticidad del proceso de elaboración de las piezas y su técnica de elaboración, así como demostrar lo que las hace únicas en España. En este sentido, Gómez ha explicado que la joyería cordobesa "tiene una forma de trabajarse que la hace diferente, nuestros fabricantes trabajan el oro, con grosores mínimos, de una forma que no es fácil de elaborar y se diferencia del resto de países".

Con todo ello, las empresas que deseen adherirse para lucir la Indicación Geográfica Protegida deberán acreditar que cumplen con la normativa de calidad en la que se está trabajando desde la asociación, que tendrá en cuenta el diseño, la innovación o la tecnología empleada en la fabricación. Es decir, los joyeros tendrán que poder demostrar que sus piezas llevan el sello Córdoba. 

Para el alcalde, José María Bellido, se trata de un "proyecto importante de ciudad", que se conoce también por su joyería como una "referencia industrial durante el siglo pasado y en la actualidad". Para Bellido, el proyecto destaca principalmente por la colaboración público privada, a través de la subvención del Ayuntamiento, un apoyo que espera que pueda motivar y ser ampliado por otras administraciones públicas como la Junta o el Gobierno central, sobre todo este último "como apoyo ante las instituciones europeas". 

Bellido ha destacado además la importancia de "lograr que Córdoba esté a la altura de nuestra historia como uno de los primeros proyectos no alimenticios con este tipo de denominación, protegiendo una tradición y una historia que sólo tiene Córdoba en el mundo de las joyas en toda España, se trata de proteger toda una cultura". 

El proyecto se empezó a plantear en el año 2014, explica Milagrosa Gómez, cuando la asociación comenzó a proyectar como objetivo el conseguir que la joyería de Córdoba fuese fácilmente reconocida en el mundo y dotarla con una marca que permitiera saber su procedencia gracias a las cualidades que hacen única a sus piezas. Como el famoso etiquetado rojo y amarillo de la Denominación de Origen Protegida que tienen cientos de productos españoles y que son la garantía para consumidores y turistas de su originalidad. 

Así, la Asociación de Joyeros San Eloy espera que la UE desbloquee esta normativa este mismo año y acepten finalmente este tipo de solicitudes para presentar su proyecto. El cristal de Murano en Italia o las navajas de Albacete en España son dos ejemplos de lo que la asociación de empresarios de la joyería cordobesa quiere alcanzar. Por ello, desde Córdoba se han establecido contactos, para conocer su experiencia, con los empresarios albaceteños, que han impulsado en Bruselas la posibilidad de ampliar a objetos la Denominación de Origen. 

La concejala de Reactivación Económica, Blanca Torrent, ha explicado que los trabajos de la norma vinculada al origen cordobés de las piezas permitirán "promocionar una mayor seguridad al consumidor" a través del distintivo Joya de Córdoba, que será "garantía de su procedencia, excelencia, innovación y sostenibilidad" y permitirán "proteger a las empresas cordobesas frente a la falsificación y la competencia desleal", así como impulsar sus valores comerciales y culturales y el vínculo del sector con la provincia. Torrent confía en que esta denominación "ayudará a promover el prestigio a nivel nacional e internacional y mejorar la proyección de Córdoba, que marcará el camino a seguir de otros países en este sector".

Es un buen momento, agrega Blanca Torrent, porque la UE "manifestó su interés por proteger a los productos artesanales industriales con una norma que servirá como marco jurídico para validar la propuesta cordobesa". "Creemos que podemos ser de los primeros", explica la edil, porque "partimos con los deberes ya hechos" dado que Europa exige que sean agrupaciones de empresas las que hagan la solicitud y eso ya se cumple en Córdoba. 

"Estamos ante una gran oportunidad para Córdoba y su industria, para dejar patente que nos encontramos en el epicentro mundial de la joyería", ha concluido la concejala. 

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