El joven que causó un accidente cuando iba escayolado dice que podía conducir

La Fiscalía solicita dos años y cuatro meses de prisión para el individuo, acusado de un supuesto homicidio por imprudencia grave y de un delito de lesiones

Á. R.

16 de octubre 2008 - 01:00

El 3 de diciembre del año 2005, un vecino de Lucena de tan sólo 22 años se puso al mando de un Mercedes con la pierna izquierda escayolada. Su supuesta falta de reflejos al colocarse al volante en estas condiciones terminó en un accidente de tráfico que provocó un fallecido y un herido grave. El acusado -cuya identidad responde a las iniciales A. J. G. C.- se sentó ayer en el banquillo para exponer su versión: "Llevaba la escayola en la pierna izquierda y el coche tenía los cambios automáticos, así que podía conducir", dijo el procesado, que se enfrenta a dos años y cuatro meses de prisión por un presunto delito de homicidio por imprudencia grave y otro de lesiones.

El encartado llevaba en el coche desde el mediodía y el siniestro se produjo en torno a las 19:00, cuando ya no había sol. "Llevaba puesta la luz corta", explicó el joven, que aseguró que sólo se había tomado una cerveza y que conducía a la velocidad adecuada. "No pude hacer nada para evitar el accidente; me encontré al otro coche y no me dio tiempo ni a frenar", se excusó el procesado, quien aseguró que a pesar de su lesión podía flexionar con normalidad la pierna izquierda porque la escayola no le llegaba hasta la rodilla.

Según la versión de la Fiscalía de Córdoba, el joven iba al volante de un Mercedes propiedad de su padre -con la autorización de éste- y a una velocidad "notoriamente superior al límete genérico de la vía". Según el fiscal, a causa de esta peculiar forma de conducción "no tuvo reflejos suficientes para frenar a tiempo y evitar la colisión" con un vehículo Renault 5. El turismo, tras salir de un camino terrizo, cruzaba la carretera por línea discontinua para incorporarse al sentido de circulación contrario al seguido por el conducido por el acusado, que colisionó "violentamente", hasta el punto de partirlo "en dos partes".

Como consecuencia de la brutal colisión, el conductor falleció en el acto y otra ocupante sufrió policontusiones y una fractura costal, lesiones de las que tardó en sanar durante 34 días, 20 de los cuales se mantuvo impedidoa para el ejercicio de sus ocupaciones habituales. Como secuelas, la mujer sufre artrosis postraumática y codo doloroso de grado leve.

Tres horas después del accidente, en el Hospital Comarcal Infanta Margarita de Cabra, el procesado se sometió a la prueba de aire respirado para la determinación del grado de impregnación alcohólica, un test que dio como resultado 0,08 miligramos de alcohol por litro de aire respirado, por debajo del límite permitido. El mismo informe reconoce que el joven no se sometió a una segunda prueba. Por su parte, la víctima mortal arrojó un positivo de 0,54 miligramos de alcohol por litro de aire respirado. La vista oral, celebrada en el Juzgado de lo Penal número 2, quedó vista para sentencia ayer.

stats