Córdoba

Una jornada festiva y rociera

  • Un total de 24 coros de la ciudad participan en un pasacalles que partió a las 14:00 de la Puerta del Puente y concluyó en la caseta municipal

La Feria se calienta. Después de un miércoles en el que miles de jóvenes acudieron a El Arenal tras los clásicos botellones en la zona de El Balcón del Guadalquivir y de largas colas de personas que aprovecharon los suculentos descuentos en las atracciones, llegó el jueves, una jornada festiva en la que se puso de manifiesto que han llegado esos maravillosos días no laborables -para algunos- y que buena parte de la ciudad se vuelca con una de sus fiestas grandes. Córdoba se agarra a mayo con todas sus fuerzas y, consciente de que ya queda poco para que concluya el mes, no quiere dejarlo escapar sin antes explotarlo al máximo.

"Me he levantado con resaca de manzanilla", dice el estribillo de una de las tantas sevillanas que ayer se escucharon en El Arenal. Quizás no de manzanilla, pero sí es verdad que la Feria se levantó algo resacosa. La jornada fue más o menos parecida a la del miércoles -sobre todo por el bullicio que se alcanzó conforme avanzó la tarde- aunque con ciertos matices claramente diferenciadores. En primer lugar, el público de ayer fue mucho más variopinto, pues no sólo se vieron niños montados en atracciones y jóvenes estudiantes en masa aprovechando el último gran descanso antes del verano -que también- sino de todo un poco, una mezcla de lo que ha ido sucediendo en la Feria durante los días anteriores: recepciones, comidas de empresa y socios, almuerzos familiares, música discotequera y todo ese sinfin de posibilidades que brinda esta fiesta.

En segundo lugar, si por algo se diferenció el día de ayer fue por el ambiente rociero que se respiró durante buena parte de la tarde en diferentes puntos del recinto ferial, un ambiente que otorgó a esta jornada de jueves un plus de singularidad. Cerca de las 14:00 el pasacalles Camino de El Arenal partió de la Puerta del Puente con un destino claro: llegar a la Feria para levantar el ánimo a las miles de personas que se congregaban por allí a la hora del almuerzo y contagiarles ese ambiente festivo que nunca está de más en esta época del año. La comitiva, compuesta por más de doscientas personas de los 24 coros de la capital cordobesa, acaparó todas las miradas y la atención de las personas durante su traslado a la Feria, de hecho, hubo algún que otro turista que, sin saber muy bien a qué venía tanto tumulto, no dudó en sacar su smarthpone para inmortalizar el momento.

El recinto de El Arenal, que estaba más o menos tranquilo para esa hora de la tarde, se alborotó con la llegada del cortejo que, precedido por el coro Alegría de la Viñuela, no paró de cantar y bailar hasta que llegó a la caseta municipal pasadas las 15:00, donde le esperaba un almuerzo ofrecido por el Ayuntamiento. El día romero, además, no concluyó ni mucho menos ahí. A lo largo de la tarde tuvo lugar un maratón de música rociera ofrecido por los coros Volver a Empezar, Virgen de Nazaret, y Amigos del Rocío. "Nuestro objetivo es pasarlo bien y hacerlo pasar bien en esta fiesta tan nuestra y tan emblemática" comento el presidente de Paz y Esperanza, Vicente Moreno, un coro que este año ha sido el encargado de pulsar el botón que encendió el alumbrado de la Feria la noche del pasado viernes.

Otro de los protagonistas de la jornada fue el intenso calor que se vivió en las horas centrales del día. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las máximas superaron los 36 grados, lo que provocó que más de una persona se refrescara -o más bien se bañara- en la fuente de la portada, que se viera a más de una persona con paraguas para protegerse del sol y que el rebujito corriera como si fuera agua. En cualquier caso, el calor no impidió que miles de personas acudieran a la Feria para disfrutar de los últimos días de un mayo que se escapa con la misma fugacidad que todos.

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