Jesús Fernández: "La credibilidad de la Iglesia pasa por que vivamos la caridad y la fraternidad"

Entrevista al obispo de Córdoba

El nuevo máximo responsable de la Diócesis de Córdoba toma posesión de su cargo este próximo sábado 24 de mayo en la Santa Iglesia Catedral

Así será la toma de posesión del nuevo prelado cordobés

El obispo de Córdoba, Jesús Fernández
El obispo de Córdoba, Jesús Fernández / Miguel Ángel Salas

Córdoba/Apenas lleva un par de días en Córdoba y ya siente el apoyo de la Diócesis que va a empezar a dirigir de manera oficial a partir de este sábado 24 de mayo tras su toma de posesión en la Santa Iglesia Catedral. Jesús Fernández (Selga de Ordás, León,1955) es ya el nuevo obispo de la Diócesis de Córdoba. Reconoce que le gusta la música instrumental y, entre sus intérpretes, el guitarrista británico Mark Knopfler, además de las obras maestras de la música clásica de Mozart y Beethoven. Se define como una persona "muy normal y sensible" y a quien le gusta la cercanía a la gente y preocuparse por las personas. "Admiro mucho a las personas, sobre todo, que se preocupan por los demás, y que se entregan", asegura en su entrevista concedida a El Día de Córdoba.

Pregunta.Deja la Diócesis de Astorga para hacerse cargo de la de Córdoba. ¿qué es lo que más va a echar de menos?

Respuesta.Puede que eche de menos, quizás, el aspecto familiar de comunidades muy pequeñitas; allí donde tú vas y saludas a dos personas, cuatro o diez y aquí, como son muchas más, tiene otro valor. Aquí una riqueza de movimientos, de cofradías, de seminaristas, de sacerdotes ..., y eso es una maravilla.

P.Un obispo se mide por el seminario y por los sacerdotes que ha ordenado, es su principal cometido. Córdoba es un oasis en cuando al número de sacerdotes en comparación con otras diócesis de España.

R.Sí, eso es emocionante, una maravilla. Tenemos que dar muchas gracias a Dios y, desde luego a los que han trabajado en el seminario y en las parroquias, porque esas vocaciones salen de ahí, y también en las familias. Allí (en Astorga) eran solo dos seminaristas mayores y era un dolor ver que eran pocos y que había que estar promoviendo esa pastoral y que los frutos eran escasos.

P.Como nuevo obispo de Córdoba, ¿qué va a hacer al respecto?

R.Aquí la preocupación es que el número no baje y sigamos a ese buen nivel. Yo lo que puedo hacer, desde luego, es apoyar mucho a los seminaristas, a los formadores y animar a los sacerdotes a que sigan el asiento pastoral juvenil y vocacional. También animar a las familias a que cultiven la iniciación cristiana de los hijos. En muchas ocasiones, la parroquia se encuentra con que el niño llega a la catequesis sin haber sido iniciado, no sabe rezar y no tiene a lo mejor en los padres un referente porque no van a la Iglesia. Eso es importante tenerlo en cuenta. Hay que seguir promoviendo la pastoral vocacional en las familias, animar a los sacerdotes también a que la promuevan, y yo mismo preocuparme de los educadores, de los formadores del seminario y los seminaristas.

P.Se ordenó sacerdote en 1980. Desde entonces, se han perdido muchas vocaciones y también muchas personas dejado la práctica religiosa.

R.En las últimas décadas, el avance de la secularización ha sido muy grande, y de la práctica religiosa también. Se ha pasado de casi el 90% de personas que se declaran católicas a un poco más de la mitad. Hay gente de otras latitudes, con otros credos, musulmanes, otros protestantes, algunos son cristianos, otros no... Y luego también, dentro de la población de origen español, de origen hispano, también ha crecido el número de personas que han ido abandonando la iglesia, y progresivamente pasan a la indiferencia. El primer paso de los análisis estadísticos es que van dejando la práctica religiosa y, el siguiente paso es que esos que van abandonando la práctica religiosa, terminan por abandonar la fe.

P.¿A qué cree que se ha debido?

R.Lógicamente, lo que no se celebra ni se alimenta termina por perderse. Entonces, en las últimas décadas ha avanzado mucho la secularización y, por lo tanto, ha bajado mucho la fe. A lo mejor cabe pensar que no estaba muy formada, y ahora lo que sí podemos decir es que los que permanecen -en la Iglesia-, que todavía es un buen grupo, tienen ya más consciencia de su ser y de su misión. Creo que ahora participan más, se sienten más implicados, incluso apoyan más.

P.¿Ha sabido la Iglesia adaptarse a estos cambios?

R.La Iglesia tiene que responder, claro, a estos cambios también. Lógicamente, el Evangelio no cambia, pero los problemas sí. Entonces, el enfoque de esos problemas desde la fe tiene que ir actualizándose y creo que lo ha ido haciendo. El Concilio Vaticano II constituyó un momento importante y los sucesivos papas han ido avanzando en esa renovación de la fe, promoviendo cada vez más, digamos, la vida de unión con Cristo, la oración, la celebración de la fe. Pero también el compromiso caritativo y social. Por ejemplo, el papa Francisco insistió mucho en la dimensión pastoral y en la implicación social de la fe. La fe no solo es una herramienta para la santificación personal, sino también es una herramienta que favorece la mejora social y la tarea de hacer un mundo mejor, más pacífico.

Jesús Fernández, en su despacho en el Obispado de Córdoba
Jesús Fernández, en su despacho en el Obispado de Córdoba / Miguel Ángel Salas

P.Me refiero a temas sociales como la posición de la Iglesia frente al aborto o respecto a la comunidad Lgtbiq+. ¿Ahí la iglesia no debería abrir camino?

R.Bueno, la iglesia lo que no ha dejado nunca, y desde luego ahora tampoco, es intentar estar cerca de esas personas. La Iglesia no abandona a las mujeres que tienen dificultades y que incluso llegan al aborto. De hecho, hay instituciones que están cuidando a esas personas que tienen un trauma post-aborto tremendo, que normalmente no aparece nunca en los medios. Es decir, esa problemática no aparece y la Iglesia la afronta. Con lo cual quiere decir que no ha abandonado a las personas. Pero claro, la Iglesia nunca podrá apoyar el aborto, porque si hablamos de una persona que va a nacer, que no está desarrollada del todo, pero es una persona desde el momento de la fecundación, pues evidentemente nunca va a apoyar el aborto.

La Iglesia nunca podrá apoyar el aborto"

P.¿Y respecto a la comunidad Lgtbiq+?

R.La Iglesia tampoco las abandona. De hecho, hay personas que sabes que son y están ejerciendo, por ejemplo, de sacristanes o cantan en el coro. Pero la Iglesia no abandona a esas personas, aunque como actitud no lo vea conveniente por razones morales.

P.En Zamora le han definido como "un pastor que llevó el despacho de la Diócesis por todos los pueblos". ¿Hará lo mismo en Córdoba?

R.En la zona pastoral de Sanabria y Carballeda son muchas parroquias y las visité una a una, en alguna de ellas, no había más que dos personas. Son parroquias pequeñas y podía visitar cuatro o cinco al día. Aquí una parroquia es más grande y tienes que estar varios días porque hay que visitar enfermos, niños de catequesis, hay de todo. Aquí, el ser 232 parroquias, tardaré también unos años y lo haré, pero de momento voy a dedicarme, sobre todo, a escuchar a personas para ir haciéndome y conocer la realidad. Entonces, al menos, en un año no habrá visita a pastoral, pero después sí iré.

P.¿Cuáles son las primeras tareas que se ha autoimpuesto al frente de la Diócesis de Córdoba?

R.Sobre todo escuchar. Saludar a las autoridades, instituciones más representativas y luego a los sacerdotes para ver su situación. Tengo una buenísima impresión de ellos porque me hablan muy bien. También escucharé a los laicos que quieran, sobre todo los que están en los consejos. Yo quiero escuchar y, por lo tanto, voy a estar aquí dispuesto para lo que quieran hablar conmigo.

P.El mundo cofrade en Córdoba tiene una alta representatividad en la calle y cada vez son más las procesiones que salen no solo en Semana Santa.

R.¿Se refiere a las procesiones Magnas?

P.Entre otras.

R. Yo creo que hay que medir mucho eso. El lugar propio -de las procesiones-, es desde luego la Semana Santa, porque es donde celebramos los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección. Y hay algún momento excepcional, sí, pero hay que tener cuidado. Hay que buscar muy bien, además, qué objetivo se pretende. Lógicamente, desde la Iglesia, los objetivos son hacer el culto, desarrollar la piedad y, luego ya es secundario lo de dramatizar o hacer un espectáculo bonito; eso ya es secundario para nuestra perspectiva. Pero siempre con respecto también a esas iniciativas esporádicas que podemos hacer. La credibilidad de la Iglesia pasa en gran parte porque vivamos la caridad y la fraternidad. Entonces, si seguimos ahondando en el enfrentamiento, en la violencia, no nos creerán porque nuestro Señor Jesucristo ha pedido por la unidad y nos ha dicho que seáis uno, como mi padre y yo lo somos. Es un antitestimonio si perciben que estamos divididos o que estamos enfrentados. Y bueno, el Papa Francisco en Fratelli Tutti habló de esa fraternidad universal, es decir, somos hermanos, pero además no digamos estos y estos, no. Vienen de otro país, vienen de otro color. Es decir, la acogida al inmigrante creo que forma parte de esa fraternidad universal, son hermanos también. La fraternidad es universal. Fe y caridad van muy unidos. Si no hay caridad se convierte en un acto sensible y, al final desaparece; si no hay fe y si no hay caridad, pasa lo mismo. Se necesitan las dos.

Jesús Fernández, durante la entrevista
Jesús Fernández, durante la entrevista / Miguel Ángel Salas

P.Un mensaje este último que se vincula con el hecho de la lucha contra la pobreza es una de sus prioridades durante toda su trayectoria pastoral.

R. Lógicamente, si uno tiene hambre, hay que darle de comer. Hay otro tipo de pobreza social que es cuando estás excluido, cuando estás metido en un gueto. Si estás en exclusión y, por ejemplo, no tienes relación social, has formado un gueto. Eso es muy peligroso también no solo en el sentido personal, sino porque mentalmente ese aislamiento produce fantasmas. De hecho ha habido atentados, recordemos por ejemplo lo que pasó en París, el atentado terrorista islámico de hace dos años que venían de una zona de Molenbeek, en Bélgica, que vivían aislados. El aislamiento al final produce deterioro cognitivo, agresividad, porque tú ves fantasmas por todos los sitios. Si estás solo necesitas la relación social; hay que afrontar también esa exclusión. Hay que afrontar el tema del trabajo, porque lo que dignifica a la persona realmente es el trabajo. Nosotros tenemos que pretender que la persona se valga por sí misma; lo demás es mantenerla en la dependencia. Así sale la esclavitud, en la dependencia. Buscamos que la gente sea independiente, en el buen sentido, que se valga por sí misma.

P.En este aspecto, la labor de Cáritas es innegable en Córdoba.

R. Mi aspiración, la aspiración de Cáritas, la aspiración de cualquier entidad cristiana debe ser ayudarles a ser autosuficientes, que puedan valerse por sí mismas.

P.La Diócesis de Córdoba ingresó el año pasado casi 12 millones de euros.

R.Sí y, buena parte se dedica al sostenimiento del patrimonio, porque prácticamente desde hace 18 años no hay ninguna institución pública que, salvo en el caso de la Capilla Real de la Mezquita-Catedral que algo ha ayudado el Estado. A Cáritas se está donando mucho dinero y también a instituciones benéficas. Y luego, por supuesto, se está colaborando en el sostenimiento del clero, la aportación también para el arreglo de templos. La Diócesis es muy grande, no es solo la Mezquita-Catedral. La Iglesia, como está demostrado en las cuentas que se han venido dando, genera muchísima riqueza y beneficio social en el lugar donde está. La Iglesia, no olvidemos, que aporta mucho más de lo que recauda.

P.En el caso de la Mezquita-Catedral, la titularidad es indiscutible para usted, ¿no?

R.Es de la Iglesia y así está reconocido por instituciones internacionales y la legislación española. Eso está demostrado que es así desde el año 1236. Hay que recordar que la inmatriculación no quiere decir que era una propiedad y se la hemos quitado al pueblo. Es de la Iglesia desde el año 1236. La legislación dice que era así. Alguien también suele aducir que está inmatriculada desde el año 1996, pero que antes no era de la Iglesia. Estaban inmatriculados desde ese año porque antes a la Iglesia no se le permitía inmatricular; sencillamente porque se daba por hecho y, eso no lo discutía nadie. Es del pueblo santo de Dios. Es un relato que se repite, porque se ve que alimenta a ciertos votantes, y entonces se repite, pero vamos a ver, seamos un poco honestos, yo creo que tenemos que ir a otras batallas, otras batallas que son las que ahora interesan.

La Mezquita-Catedral es del pueblo santo de Dios"

P.¿A qué batallas se refiere?

R.Las otras batallas son el día a día: que la inflación que se ha producido no haga que haya muchas familias que se alimenten deficitariamente, que no haya fracaso escolar o que haya trabajo para todos... Esos son los problemas que yo creo que a la gente le interesan, y lo demás es entrar en una dinámica y crear una burbuja y vamos a ser realistas: la vida es lo que es. La urgencia es atender a la vida, a las personas concretas y a sus necesidades; esa debe ser la urgencia.

P.Por sus palabras, su obispado se antoja que será de un marcado carácter social.

R.La fe tiene que tener incidencia social, es decir, tiene que tratar de hacer un mundo mejor, que las personas sean felices, pero claro, sin olvidar que el fuego del amor está ahí, y que ese fuego del amor lo bebemos en la eucaristía. Ese carácter social me parece importante, pero tenemos que cultivar la mística, la unión con Dios, porque el amor se alimenta de él. Hemos sido amados por Dios, y amados a la vida, y amados a la fe, y amados a un servicio concreto, pero si olvidamos esa raíz, nos falta fuerza. Nos falta fuerza, o hacemos filantropía, pero nuestra acción deriva de la fe y del amor de Dios. La fe y el amar en Dios hay que cultivarlo también.

P.Fue capellán de la Cultural Leonesa. Casualmente, sábado 24 de mayo, día en el que toma posesión como obispo de Córdoba, la Cultural se juega su ascenso a la Segunda División frente a la Ponferradina. ¿Cómo ve el partido?

R.Pues lo veo con preocupación porque la Cultural Leonesa ha ido toda la temporada de líder. Al final, ha aflojado muchísimo y se la juega el último día cuando podía haberlo conseguido antes. En cualquier caso, si no fuera la Cultural, la que subiera directamente sería la Ponferradina, que es donde he estado diez años.

P.Antes de ser capellán también jugó como guardameta en el Atlético San Francisco de León durante tres temporadas en Regional Preferente cuando ya ejercía como sacerdote. ¿Qué recuerdos tiene de aquellos años?

R.Pues unos recuerdos estupendos, entre otras cosas porque uno era más joven y se divertía mucho en el fútbol. Ahora ya me divierto menos.

P.Y ya para concluir, ¿cómo ve al Córdoba Club de Fútbol?

R.A ver si pudiera subir. Lo que pasa es que creo que últimamente ha perdido las posibilidades de jugar el playoff.

stats