Córdoba

"En la hostelería hay una burbuja porque abren negocios por necesidad"

  • El fútbol era su vida pero, tras jugar en el Córdoba CF y terminar su carrera deportiva, se quedó en la ciudad donde se inició en los servicios y la restauración, donde lleva 25 años

NACIDO en Écija y criado en Estepa, Miguel Doblas llegó a Córdoba en el año 1978 y ya se quedó. El fútbol lo trajo a una ciudad en la que se enamoró y de la que no quiso irse. Su actividad emprendedora fue determinante en la Córdoba de la época, sobre todo en el muno de la noche. Disco 3, la primera gran discoteca de la ciudad, o la Papaloca, un negocio pionero de patatas asadas, son algunos de sus proyectos. Ahora está al frente del Restaurante-Taberna Los Berengueles, que puso en marcha hace 14 años con sus socias Charo y Mamen. Reconoce que ellas han sido la clave para introducirlo con éxito en el mundo de la hostelería.

-Llegó a Córdoba en el año 78 para jugar en el equipo de la ciudad. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

-El gran cambio de Córdoba creo que ha sido en infraestructuras y en el nivel de vida, algo que ha sido común en todas las ciudades. Ha pasado de ser un pueblo grande a una gran ciudad.

-¿Cómo recuerda su época como jugador?

-Llegué al Córdoba CF hecho un niño, con 16 años, cargado de ilusión. El ambiente entonces era muy distinto al de ahora. Los equipos era más familiares, la economía en aquella época no eran los sueldos que se cobran hoy en día, así que vivíamos más en familia. Quedábamos todos los días cuando terminaban los entrenamientos, compartíamos muchas cosas, algo que ahora no pasa porque ahora se vive de manera más individual.

-¿Sigue al equipo ahora? ¿Cree que tiene posibilidades de subir a Primera División?

-Sí, estoy en la Asociación de Veteranos y seguimos la actualidad del equipo, estamos muy pendientes de su trayectoria y seguimos en contacto con el club. Hay mucha ilusión y creo que es posible subir a Primera. Al menos, hay posibilidades de meterse en los play off y, una vez ahí, ya depende de otras cosas. El equipo está bien y hay plantilla para conseguirlo.

-¿Es complicado para un futbolista profesional abandonar la competición?

-Sí. Además en nuestra época era más complicado porque los sueldos prácticamente eran para vivir el momento. Y entonces pasa que a los 30 años se acaba la profesión y te encuentras sin nada, que ha sido el gran problema de aquella época. Terminabas sin profesión y sin economía.

-Dejó el equipo, pero no la ciudad.

-Hice la carrera deportiva aquí y, una vez terminada, las circunstancias de la vida me llevaron a quedarme. Me eché novia cordobesa y ya sabemos como tira eso... También influyeron los negocios que emprendí aquí. Eché raíces en Córdoba.

-¿Cómo es el paso del fútbol a la hostelería?

-Llegué a la hostelería por algunos amigos. Una vez que terminas el fútbol no hay salida profesional y algunos conocidos me propusieron negocios que acepté. Empecé en la noche, con varios pubs y discotecas. En este punto fue fundamental conocer a mis socias -Charo y Mamen- que fueron quienes me introdujeron en este sector. El primer contacto fue porque les alquilé el local en el que montaron Disco 3, la primera gran discoteca de Córdoba. Me gustó mucho su iniciativa emprendedora y ya me uní a ellas a otros negocios como la Papaloca y, ahora, Los Berengueles. Llevamos 20 años juntos y esto ya es como una familia.

-¿Fue duro adaptarse a esta nueva etapa profesional?

-Fue un cambio brusco porque el fútbol era mi vida y mi pasión. Tuve que cambiar el chip, pero lo hice rápido, me centré en mi profesión y sabía que tenía que coger este tren de manera rápida. Sigo añorando el fútbol, la verdad, pero creo que nos pasa a todos los futbolistas.

-Desde luego la hostelería está muy relacionada con el fútbol. También pasa ahora que muchos deportistas optan por montar negocios en ese sector, sobre todo en el mundo de la noche.

-Sí, porque es lo más fácil. Si se tiene algo de dinero es un sector en el que es fácil invertir. La mayoría antes no teníamos estudios y éramos unos inconscientes, no estábamos asesorados ni preparados y lo más fácil era invertir en la hostelería. Si además te asociabas con gente que sabía, pues mucho mejor.

-Lleva 25 años en el sector, ¿cómo se mantiene uno tanto tiempo en esto?

-Ha sido un vaivén. Hemos tenido épocas en alza y otras que lo hemos pasado muy mal. Pero así hemos sobrevivido la mayoría de los negocios, sobre todo en Córdoba, que es una ciudad complicada porque está masificada en negocios y hay que pelear mucho, estar al pie del cañón. Aquí nos salvamos porque ya, más que socios, somos una familia y eso te facilita llevar un negocio porque lo coges con más cariño.

-¿Cuál fue el primer negocio que puso en marcha?

-Los primeros negocios que montamos fue África Vía 18, en la avenida del Brillante, después alquilé a mis socias el local para Disco 3 y vinieron algunos como Arena o Tráfico Centro, relacionados con la noche. Siempre hemos llevado unos siete pubs y discotecas.

-¿Cómo era el ambiente de la noche entonces?

-Completamente diferente al de ahora. Antes se vivía el ambiente de lunes a domingo, no había la masificación de pubs que había hoy en día y funcionábamos los siete días de la semana. Ahora todo se concentra el viernes y el sábado. Fue una época dorada.

-¿La gente salía más que ahora? Eso puede cambiar la imagen que hoy se tiene de los jóvenes....

-La gente salía muchísimo, incluso entre semana. Los jóvenes tienen ahora unos días muy marcados: los jueves para los estudiantes y quizá viernes y sábado un poquito, pero el resto de días se ha perdido para la noche, no hay público para abrir. También los jóvenes de ahora están más centrados en los estudios y las familias miran mucho los gastos, los planes son más estrictos.

-El último negocio ha sido Los Berengueles, ¿cómo surge el proyecto?

-Todo surge de mis socias, que son la cabeza pensante de todo. Primero montamos la Papaloca en San Miguel y después empezamos con Los Berengueles. Teníamos claro la idea de negocio, que estaba centrada en el producto: trabajar un producto de calidad, una elaboración de calidad y un servicio de calidad, que son nuestras tres premisas para que el cliente se vaya siempre con una sonrisa, que es lo importante. Así ya llevamos 14 años.

-Se han hecho un hueco importante en la hostelería cordobesa en muy poco tiempo.

-Sí, creo que es como consecuencia de la constancia y el trabajo que hemos realizado, además de la importancia que siempre le hemos dado al producto y la calidad. Un 90% de nuestro público son clientes habituales, fijos y a ellos no les podemos fallar, ni en el producto ni en el trato ni en nada.

-Ahora parece que está muy de moda la nueva cocina, ¿se animarán a incluirla en su carta?

-Nosotros no hemos entrado en eso ni es nuestro objetivo. No queremos cambiar nuestra carta, que está basada en sabores tradicionales. Lo que sí hemos tenido es que adaptarla a los nuevos tiempos y tenemos dos modelos, uno más serio y otro más informal.

-¿Cómo ha influido la crisis?

-Ha sido un huracán. De la noche a la mañana se ha pasado de tener una alegría tremenda al salir y al gastar a paralizarse completamente. El pensamiento es "si antes me gastaba 50, ahora 25" o "si antes salía tres días, ahora sólo uno". Esto a la hostelería le ha influido mucho. Hemos bajado la recaudación y tenemos más gastos, porque sube la luz, los impuestos y todo. La ecuación sale mal. En los últimos cinco años hemos tenido unas pérdidas preocupantes, pero nos tenemos que adaptar a lo que viene.

-Precisamente la crisis está propiciando que aparezcan muchos pequeños negocios de la hostelería como salida laboral.

-En la hostelería se está creando una burbuja de negocios a bajo precio. Todo lo que sea abrir un local sin haber hecho un estudio previo es un disparate. Hay muchos más negocios de los que la ciudad se puede permitir y estos locales a bajo coste nos perjudica a la alta hostelería. Hoy se abren muchos negocios por necesidad, porque se cogen los 30.000 euros del paro y se monta una cafetería y eso es un problema.

-Muchos cierran al poco tiempo, supongo que sólo se mantendrán los mejores.

-Esto pasará, como todas las modas. Habrá una criba y se estabilizará y cada clientela irá a lo suyo. Esto siempre ha pasado en la hostelería, cuando vino la moda de las hamburgueserías o ahora la nueva cocina. Esperemos que nosotros nos mantengamos en el sitio que estamos.

-Se mira mucho al turismo y la hostelería como los sectores que tienen que sacar a Córdoba de la crisis, ¿qué opina?

-El turismo está ayudando, pero la mayoría de los visitantes que llegan no tienen un poder adquisitivo para mantener a la hostelería alta, como es el caso de mi negocio. Córdoba está avanzando mucho en la promoción turística y se están haciendo muchas cosas y bien, porque las previsiones son que va crecer el número de visitantes.

-¿Sus clientes son en su mayoría turistas o de Córdoba?

-La mayoría son cordobeses, aunque cada vez vienen más turistas a través de recomendaciones. Vamos a por una clientela más mixta, pero contamos con clientes que son fieles a Los Berengueles desde hace 15 años. Esto es un orgullo, porque el negocio no pierde la línea.

-Entre sus clientes hay también mucha gente de la cultura.

-Ginés Liébana o Pablo García Baena son fijos. Ellos se sienten como en casa y para nosotros es un orgullo.

-¿Cuesta mucho mantener un edificio como éste?

-Mantener una casa como la que tenemos es muy costosa en todos los sentidos, en reparaciones y en mantenimiento. Esto es un sin vivir. Llegar a final de mes hoy en día nos está costando trabajo a todo el sector.

-¿Tiene más proyectos o se planta con Los Berengueles?

-Tal y como está la cosa, hay que parar. Es muy difícil lograr financiación y no hay posibilidad de abrir mercado.

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