El hombre que mató a palos a un vecino de Puente Genil se niega ahora a cumplir 17 años

El procesado rechaza una sentencia de conformidad del pasado marzo y dará su versión ante un jurado popular

Las fuerzas de seguridad actúan tras el suceso.
Á. R.

30 de junio 2010 - 01:00

R. G. G., acusado de matar con una barra de hierro a un vecino de la aldea pontanesa de El Palomar, se sentará finalmente en el banquillo para ofrecer su versión de lo sucedido. El encartado había acordado cumplir una condena de 17 años de prisión por el asesinato al asumir los hechos recogidos por la Fiscalía Provincial de Córdoba y por la acusación particular en sus respectivos informes, pero el caso dio ayer un nuevo giro al romper el procesado el acuerdo y cambiar su versión de los hechos. La vista oral se celebrará en la Sección Primera de la Audiencia Provincial el lunes y el martes próximos.

Desde que el crimen se produjo el 18 de octubre de 2007, el encartado ha cambiado varias veces su visión de lo sucedido. Pero el pasado 24 de marzo, durante una audiencia preliminar, las partes llegaron a un acuerdo sobre la condena, al concluir que R. G. G. no se encontraba enajenado mentalmente cuando cogió la barra de hierro y golpeó a la víctima en la cabeza. Ahora, sin embargo, asegura que no tenía plenas sus condiciones mentales, lo que podría suponer un cambio en la condena al incluir una posible atenuante. Un jurado popular será el encargado de llegar a una conclusión sobre este punto tras escuchar al encartado, a los testigos y a los médicos forenses.

El suceso ocurrió el 18 de octubre de 2007, mismo día en el que la Guardia Civil detuvo a R. G. G., de 43 años entonces, que al parecer tiene perturbadas sus facultades mentales y que es conocido en la localidad por su agresividad. Sobre las 06.00 de aquel día, el individuo sorprendió a la víctima, que regentaba un supermercado en este núcleo de sólo 800 habitantes.

Al parecer, el homicida, sobre el que pesaba una orden judicial de alejamiento a su mujer por haberla maltratado, atacó por la espalda a la víctima en la puerta de su local y, sin mediar palabra, comenzó a golpearle con una barra de hierro. El agresor y la víctima, al parecer, habían discutido el día anterior al suceso.

Al acusado le constan numerosos antecedentes penales por agresiones y alteración del orden público. De hecho, los vecinos reiteraron que antes de la tragedia llevaba tres días paseándose por la aldea con una barra de hierro en la mano y diciendo que tenía que matar a alguien. El supuesto homicida, que sufre episodios de esquizofrenia, usó este objeto para asestar tres golpes mortales en la cabeza de la víctima.

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