La historia de una supervivencia

José Pedro Manglano presenta su obra '257 días', basada en el secuestro del mexicano Bosco Gutiérrez l datos El 29 de agosto de 1990 cuatro encapuchados secuestran a Bosco Gutiérrez y lo llevan a un zulo de 1,90 metros de altura donde permaneció 9 meses.

Presentación del libro de José Pedro Manglano, ayer en la sala de exposiciones Cajasur-Reyes Católicos.
Presentación del libro de José Pedro Manglano, ayer en la sala de exposiciones Cajasur-Reyes Católicos.
G. N. J.

21 de abril 2012 - 01:00

La historia del secuestro del arquitecto mexicano Bosco Gutiérrez, más que realidad, parece estar basada en un guión de una película de ficción, en la que no falta la acción, la intriga y la emoción. Y así lo refleja el escritor José Pedro Manglano en su obra 257 días, un título que hace alusión al tiempo que el arquitecto pasó encerrado en un zulo de tres metros de largo por uno de ancho y tan sólo 1,90 metros de altura. Y sería en ese espacio diminuto y privado donde este hombre, con una vida muy común, aprendería a llevar las riendas de su vida y descubrir su verdadera libertad.

Todo comenzó el 29 de agosto de 1990 cuando Bosco Gutiérrez fue atacado por cinco desconocidos armados mientras paseaba por la ciudad de México. En ese momento comenzaba para él toda una historia de superviviencia. Tras un primer momento de miedo y debate interior, Bosco consiguió trazar un plan para adaptarse a la situación y mantener su salud mental y física: escribir, hacer ejercicio y ante todo apoyarse en la oración con la lectura diaria de la Biblia. Y así lo relata Manglano en su obra.

El escritor tilda la historia del arquitecto mexicano de "sobrecogedora de principio a fin sobre todo por ser muy violenta, muy humana y por la lucha de un hombre en soledad frente a unos desconocidos encapuchados".

Durante los cuatro primeros meses del secuestro, Bosco permaneció desnudo, en soledad, sumergido en la oscuridad del zulo en el que permanecía atrapado y teniendo por su vida. Pero tras pasar esa primera etapa el arquitecto consiguió llegar a un cierto grado de entendimiento con sus secuestradores quienes le facilitaron algunos objetos, mientras, el planeaba hábilmente su escapatoria. Y ese momento llegó 257 días después de la captura cuando, según señaló Manglano, Bosco encontró una salida para huir del zulo e ir a pedir ayuda a la Policía, con la que regresó al lugar una hora después, pero los captores ya se habían dado a la fuga.

Bosco reconoció ayer durante la presentación de la obra en la sala de exposiciones de Cajasur-Gran Capitán que todos los días que estuvo privado se aferró a la fe y a su confianza en Dios. "Me pude haber vuelto loco o me pude haber matado, pero estoy aquí gracias a Dios, por eso estoy muy agradecido con Él y con todos los que rezaron por mí", señaló Bosco Gutiérrez, a lo que añadió "yo no soy un superhéroe, un agente especial, sino una persona más que en un momento dado se vio exigido a una prueba y que salió adelante".

Después de 20 años, Bosco Gutiérrez disfruta de una vida tranquila al lado de su esposa y sus nueve hijos en México. Su historia de supervivencia además verá la luz en el cine el próximo mes de octubre.

stats