Cofradías

La hermandad de la Agonía lanza una plegaria de Salud y esperanza por las calles de Córdoba

La Virgen de la Salud, a su paso por San Pedro.

La Virgen de la Salud, a su paso por San Pedro. / Miguel Ángel Salas

La hermandad de la Agonía, una semana después de lo previsto, pudo celebrar la procesión extraordinaria de la Virgen de la Salud por las calles de Córdoba. Una salida que se realizó como medida de acción de gracias por el progresivo inicio de la normalidad y el control de la pandemia del covid, como así comunicó la corporación de El Naranjo en su momento. 

Puntual a la hora prevista, la cofradía del Martes Santo, tras la celebración de la eucaristía en la Mezquita-Catedral, inició un recorrido de cerca de 10 horas por las calles de la ciudad. El cortejo lo abrió la banda de la Salud, que previamente realizó en el kiosco de los jardines de la Victoria un concierto incluido dentro del ciclo Viento Joven, organizado por la Unión de Bandas de Córdoba. Ante la atenta mirada de fieles y devotos, la Virgen de la Salud salió al Patio de los Naranjos con los sones de la banda de música de la Estrella de Córdoba. Con un elegante caminar, los costaleros de la hermandad de la Agonía avanzaban paso a paso hacia su barrio.

En el cortejo, la hermandad de la Agonía contó también con la presencia de otras cofradías, como las de la Paz, Nazareno, Pasión, Dolores o la de San Gonzalo de Sevilla. La Señora de la Salud, tras dos años ausente en las calles de Córdoba por la pandemia del covid, caminó con paso firme hacia El Naranjo, aunque hubo momentos para el recuerdo como la petalá en la calle Lucano

Tras avanzar por la estrechez de la calle Lineros, la Virgen de la Salud recorrió San Pedro, la plaza de la Almagra y la Corredera antes de llegar a Capitulares por Rodríguez Marín, donde la hermandad de la Agonía tuvo que sortear el alumbrado de Navidad. Al son de la marcha Rocío, la Virgen de la Salud pasó por San Pablo, donde reside la cofradía del Rocío de Córdoba.

La Virgen de la Salud, por la calle Lineros. La Virgen de la Salud, por la calle Lineros.

La Virgen de la Salud, por la calle Lineros. / Miguel Ángel Salas

Con la bajada hacia San Andrés por San Pablo, la titular de la corporación del Martes Santo tuvo un gesto a la hermandad de la Esperanza. Con los sones de la Estrella, a ritmo de Siempre la Esperanza o Esperanza de Triana Coronada, la Señora de la Salud giró hacia la misma puerta de la iglesia de San Andrés. Allí los centenares de curiosos y fieles se rindieron ante el buen hacer de los costaleros de El Naranjo.

Tras avanzar hacia Jesús Nazareno, donde la hermandad de la Agonía quiso mandar salud a todos los residentes en la iglesia-hospital, la corporación del Martes Santo, ya con los sones de la banda de Nuestra Señora del Carmen de Dúrcal (Granada) enfiló Santa Marina y Ollerías hasta llegar a su barrio, donde sus devotos se volcaron con su titular en el momento de la entrada a la parroquia de Santa Victoria, con la que se puso el punto y final a cerca de 10 horas de procesión extraordinaria por las calles de la ciudad. 

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