El gesto del cardenal Amigo
El 'número dos' de la diócesis sevillana acaparó la atención de los asistentes
El cardenal Carlos Amigo fue quien presidió la ceremonia de ayer en la Catedral de Sevilla, algo a lo que se ha acostumbrado desde hace más de 20 años. Lo que rompió ayer la rutina fue que el protagonista del acto no fue él, sino un arzobispo coadjutor que le llega de Córdoba. El hecho de que las letras apostólicas de Benedicto XVI afirmaran que este relevo lo había él solicitado y que posteriormente lo subrayara de nuevo Juan José Asenjo en su alocución le dibujó en el rostro cierto rictus de satisfacción por darse rango de oficialidad al precipitado modo de nombramiento de su sucesor.
En cambio, el todavía arzobispo de Sevilla contenía sus sentimientos cuando vio desbordarse el aforo en afectos hacia el recién llegado de Córdoba. Que un obispo sea capaz de esta movilización ciudadana en sólo cinco años de episcopado es la mejor explicación de su ascenso eclesiástico, por si alguien aún albergaba dudas sobre su capacidad.
Los aplausos y los abrazos se sucedieron prácticamente sin interrupción cuando el cortejo de concelebrantes abandonaba el altar. Asenjo era interrumpido a cada paso con las más diversas muestras de afectos que se pueden hacer en un templo. Dos pasos por detras, el cardenal Amigo, asido firmemente al báculo que le garantiza que aún es el titular de la Archidiócesis, asistía cariacontecido a la cosecha de lo que quien será su sucesor ha ido sembrando allá por donde ha pasado.
Castellano-manchegos, madrileños y cordobeses explicaron de este modo a los sevillanos que no es bueno hacer lecturas precipitadas sobre lo que será el episcopado de Asenjo en Sevilla.
Dentro de unos meses, –sólo la Santa Sede sabe cuántos– el ya administrador apostólico de Córdoba dará el relevo a su sucesor en la Mezquita-Catedral. Venga quien venga –sacerdotes llegados de Madrid explicaron ayer en Sevilla que la terna que se baraja incluye a tres obispos que están en el Norte de España– la toma de posesión va a ser un buen termómetro para medir cómo van a ser los próximos años en la diócesis cordobesa.
También te puede interesar
Lo último