La fusión con Unicaja "habría creado un grupo regional fuerte"

La notificación que el Banco de España ha enviado a los consejeros de Cajasur a los que se ha abierto expediente resalta el "grave incumplimiento" que supuso no seguir adelante con la fusión y que se llegara a la intervención, que tuvo lugar el 22 de mayo pasado. La unión con la entidad malagueña estaba en la hoja de ruta marcada por el supervisor como tabla de salvación para Cajasur y sólo era posible esa opción, de ahí que el rechazo a la fusión -que fue votado por el Cabildo, por el representante de los trabajadores y por tres de los cuatro impositores- haya desembocado en este expediente. Y es que la Comisión Ejecutiva del Banco de España aprobó el 29 de julio de 2009 el plan de actuaciones elaborado por las dos cajas para caminar hacia la fusión, en un hecho que suponía, de facto, el camino firme hacia la integración. Este visto bueno nace después de que los presidentes de Unicaja y de Cajasur, Braulio Medel y Santiago Gómez Sierra, respectivamente, acordaran un protocolo de fusión que finalmente no se llevó a cabo.

La fusión se hizo necesaria, según explica el Banco de España con suma claridad, porque "daría lugar a una caja con una aceptable generación de recursos y adecuados ratios del solvencia". Y destaca: "Se crearía un grupo regional fuerte, con una dimensión que le permitiría competir eficientemente en el mercado andaluz y en otros mercados".

Unicaja era, para el el Banco de España, la novia ideal, entre otros motivos porque pese a estar en un entorno marcado por "escándalos inmobiliarios" desarrollaba políticas prudentes en la concesión de riesgos, lo que a juzgar por el supervisor le aportaba valor añadido para poder sumarse a Cajasur, cuya gestión, vista la opinión del Banco de España estaba en las antípodas de la desarrollada en Málaga.

Fuel el 5 de mayo cuando se requirió a Cajasur que avanzara en la concreción de la fusión y se le fijó el 21 de mayo como fecha tope, pero al final se produjo la intervención.