Entre la frustración y la esperanza
Los representantes de las instituciones públicas y de los distintos grupos de Cajasur dividen sus opiniones entre la añoranza de la fusión frustrada y el relanzamiento de la economía cordobesa
Frustración y esperanza. Sentimiento agrio o agridulce. Tristeza. Muchos matices y declaraciones medidas para certificar el final de los 150 años de la historia de Cajasur. La mayoría de los representantes de las instituciones se debatían entre la frustración por la fusión rota en mayo y la defunción de la caja y la esperanza de que BBK es una caja solvente que podrá contribuir en buena medida a que la ciudad salga del pozo financiero en el que ha quedado después de lo ocurrido en Cajasur. Los ex vicepresidentedes Salvador Blanco y Juan Ojeda y el ex miembro del consejo de administración Juan Pablo Durán (PSOE) se manifestaron en la misma línea. "La intervención del Cabildo ha sido como un responso con reparo", dijo ayer Juan Ojeda (PP) al término de la asamblea. Señaló además que "ha habido quienes han intentado justificar lo injustificable al romper el proceso de fusión al que Cajasur se había comprometido con el Banco de España", en alusión a los representantes de la Iglesia católica que votaron en contra de la fusión con Unicaja. "Estamos acostumbrados a que no se diga siempre la verdad en estos casos", añadió Ojeda, quien, sin embargo, en la línea de los demás, quiso lanzar un mensaje de optimismo al asegurar que la BBK tiene "buena voluntad para luchar por Córdoba". Para Ojeda y también para Salvador Blanco, lo importante es que ahora se supere el "momento crítico" que ha habido en la provincia y que ha afectado, principalmente, a sus empresas. Ojeda señaló que la "transformación" de Cajasur en BBK Bank no tiene por qué ser "ni malo ni bueno", ya que "a lo mejor ocurre como cuando ves un coche que viene de frente, te chocas y luego ves que has encontrado a la mujer de tu vida. A lo mejor la mujer de la vida de Córdoba es la BBK, pero nosotros hemos intentado evitar ese accidente", dijo. Blanco añadió además que "Lo importante es que lo más pronto posible BBK se haga cargo de la gestión de Cajasur y empiece a dar respuestas a la demanda de servicios financieros". Para Juan Pablo Durán, "si todo esto se hizo por el empleo ahora no debería haber ningún despido" y en caso de que ocurra lo contrario, "alguien tendría que explicar por qué votaron sí a la intervención". Por su parte, la responsable institucional de IU y miembro de la Asamblea Elena Cortés indicó en la reunión que del desenlace de Cajasur se pueden sentir responsables "todos, pero lógicamente cada cual en su justa medida", y recordó la "incapacidad de la Junta para conducir la fusión y la gran caja andaluza".
Para el alcalde, Andrés Ocaña, el control de Cajasur por BBK debe hacerse "lo antes posible para que la actividad económica vuelva a tener movimiento en la ciudad de Córdoba". Ocaña dijo que hay que tener en cuenta los "seis meses de prácticamente inactividad en lo que significa su influencia en la ciudad, en la economía real, en las empresas y la economía familiar".
En la misma línea de los miembros del PSOE, el consejero de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila, reconoció que entiende la "frustración social" que ha supuesto la intervención y dijo esperar que la situación "se normalice y se mire hacia adelante". Para la consejera de Hacienda de la Junta, Carmen Martínez Aguayo, el Cabildo pagará "ante la historia" su decisión porque ha sido un fracaso.
El viceportavoz del PP en el Ayuntamiento y también consejero en Cajasur, Miguel Ángel Torrico, fue de los que mostró su intención clara de futuro porque, según dijo, "nosotros no vamos a lamernos las heridas como hacen otros porque lo que toca es mirar hacia delante".
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