Córdoba

Los forenses concretan que el cura de Villafranca murió con 16 lesiones en la cabeza

  • El sacerdote, Tomás Pérez, tardó en morir alrededor de 15 minutos tras recibir al menos cinco golpes con un radiador

Tomás Pérez, el párroco asesinado en Villafranca, murió por una hemorragia subaracnoidea provocada por 16 heridas contusas en la cabeza. Los forenses que examinaron el cadáver concretaron ayer que el agresor le propinó al cura al menos cuatro golpes con un radiador en la cabeza y, como mínimo, otro más en el pecho. El presunto agresor, Vasile Tudose, se enfrenta a una pena de 20 años de prisión por un delito de asesinato, según la versión del Ministerio Fiscal. La defensa, en cambio, concluye que los hechos podrían tratarse de un homicidio, si bien solicita aplicar la atenuante de arrebato.

Los forenses afirmaron que el cuerpo presentaba alrededor de 40 lesiones, de las que 16 se localizaron en la cabeza, aunque un solo golpe del radiador pudo causar varias heridas al tratarse de un objeto contundente voluminoso y con hendiduras. Los golpes propinados supuestamente por Vasile Tudose le fracturaron al párroco la mandíbula y la nuez en un momento en que aún se encontraba con vida debido a que la autopsia reveló "signos de vitalidad evidentes".

Los expertos situaron el inicio de la agresión en el borde de la cama y, atendiendo al resultado de de los análisis, la agresión se produjo de manera frontal y desde arriba, lo que sugiere que pudo ser agredido en ese mismo lugar. Otro de los ataques con el objeto contundente pudo producirse sobre el colchón, cerca del cabecero, como así lo atestiguan las manchas de sangre encontradas en esa zona del domitorio.

La muerte de Tomás Pérez fue "rápida, pero no fue fulminante", pues se prolongó durante 15 ó 20 minutos. La hemorragia subaracnoidea o rotura de los vasos sanguíneos que riegan las meninges, colapsó el cerebro de la víctima y le provocó una parálisis cardiorrespiratoria de origen central, por lo que "tardó minutos en morir". El párroco, de hecho, intentó reaccionar a los golpes, como así lo demuestran las numerosas heridas de defensa que presentaba en las manos. Los forenses, en total, cuantificaron una docena de lesiones defensivas.

Los expertos situaron la hora de la muerte entre las 22:30 y las 00:30. Cuando Vasile Tudose salió de la casa del párroco y llevó unas bolsas de basura al contenedor, por tanto, el párroco ya habría fallecido. El joven rumano explicó el pasado lunes, durante la primera sesión de la vista oral, que reaccionó de manera violenta a un supuesto intento de agresión sexual por parte del sacerdote, por lo que habría actuado obcecado. En este sentido, la fiscal encargada del caso interrogó ayer a los forenses sobre si el agresor actuó con sadismo, y la respuesta de los expertos fue vaga: "Pudo ser por muchas cosas, para incrementar el daño o porque tuvo una reacción violenta, impulsiva y descontrolada".

Vasile Tudose reconoció al jurado popular que cometió la agresión porque se "ofuscó" cuando la víctima le pidió que le hiciera una felación. El procesado, que trabajaba como albañil para la víctima, cobraba alrededor de 1.500 euros al mes, cantidad en la que se incluirían "prácticas sexuales", según su versión de los hechos. El día de autos -el 15 de julio del año pasado-, el párroco le propuso mantener relaciones al joven, a lo que éste se negó. El sacerdote insistió y, según el acusado, lo agarró del cuello, por lo que él reaccionó de manera violenta.

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