Foro Romano, 12

El fin de los días de gracia

  • OPOSICIÓN | PSOE e IU han cambiado de posición y ahora les toca lidiar con la pérdida de poder, algo que parecen llevar de formas distintas, mientras Vox y Podemos se hacen hueco

Isabel Ambrosio saluda a Cristina Pedrajas tras el Pleno de investidura, mientras Pedro García saluda a María Isabel Baena.

Isabel Ambrosio saluda a Cristina Pedrajas tras el Pleno de investidura, mientras Pedro García saluda a María Isabel Baena. / Juan Ayala

Existe la norma no escrita de ofrecer al que llega de nuevas un periodo de gracia, lo que en Capitulares se traduce en esperar un poco a que se asienten las cosas antes de lanzarse a la polémica y a los reproches.

Ahora es cuando debe percibirse ese papel fiscalizador de la oposición, una oposición que también precisa de cierto tiempo para adaptarse a los despachos (más aún cuando ha habido que mudarse a uno más menudo) y a unos pasillos de política municipal por los que algunos están dando sus primeros pasos.

Los hay, eso sí, que se conocen la casa de sobra. PSOE e IU han tenido que recolocarse en estos primeros cien días a ver la vida desde el otro lado. El PSOE lo ha hecho además con Isabel Ambrosio como portavoz.

La exalcaldesa ha mantenido en estos meses ese tono amable y suave que ya le caracterizó durante su etapa a los mandos de la nave y reconociendo esa necesidad de esperar a que PP y Ciudadanos se lean, como mínimo, los papeles que dejaron encima de la mesa. Pero claro, también es necesario, cuando eres el principal partido de la oposición, hacerte ver. Apariciones que se pueden contar con los dedos de una mano y notas de prensa cada dos días han sido la tónica de un PSOE que lo más bronco que ha protagonizado ha sido echar en cara al cogobierno la falta de información.

No se puede olvidar, además, que de aquel PSOE de gobierno apenas queda ya rastro y que la única que se mantiene en pie de aquellos días es la propia Ambrosio, ahora acompañada de un equipo que ella misma reunió para ganar y que en la oposición todavía no tiene definido su papel.

Situación muy diferente es la que se atraviesa en el grupo municipal de IU. Los tres concejales que la formación consiguió en las elecciones fueron responsables de áreas con contenido y ahora, claro está, todo se tiende a comparar. Pero las comparaciones son odiosas y, en este caso, repetitivas. Pedro García es la piedra angular de una IU a la que se le nota mucho que añora esos cuatro años de toma de decisiones.

Una añoranza que no ha permitido guardar silencio al que fuera responsable de Urbanismo (y es que de este tema ha hablado García mucho, muchísimo, llegando incluso a abroncar a la prensa por dejarse engatusar por quien ocupa ahora su puesto). Amparo Pernichi se ha dejado ver menos, pero también se ha apuntado a hacer comparativas, y Alba Doblas parece estar más enfocada en sus labores en la Diputación.

Quienes sí que no han dado ni tregua, ni periodo de gracia, ni cortesía, ni nada que se le parezca han sido los concejales de Vox, aunque realmente quien ha tomado la batuta de la crítica ha sido la portavoz, Paula Badanelli, porque a Rafael Saco se le ha visto poco. José María Bellido fue investido alcalde un 15 de junio y tres días después Vox ya le estaba recordando todo lo que no había hecho. Lo mismo ocurrió a la siguiente semana, y a la otra, y en estos momentos el partido que ayudó a PP y Cs a gobernar tiene en sus manos desbloquear un proyecto de ordenanzas que critica cada vez que puede.

Recién llegados han estado también los dos concejales de Podemos, Cristina Pedrajas y Juan Alcántara. La posición de la formación morada, eso sí, no ha tenido nada que ver con la de Vox y las apariciones han sido bastante escasas. Con Ganemos fuera del tablero, Podemos debe recuperar un papel casi perdido ya y que antes ejercían el doble de concejales, algo bastante difícil.

Ahora solo toca esperar para ver cómo se comporta la oposición y cómo de fácil (o difícil) se lo pone los que mandan.

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