La familia de Soledad Donoso, cuyo cadáver fue encontrado hace dos décadas junto al río Guadalquivir, "no ha asimilado aún" que el juzgado instructor haya decidido reabrir el caso, dijo ayer la abogada Penélope Castejón, encargada del recurso que ha logrado reabrir el procedimiento casi 20 años después.

"La familia está muy contenta y no sabe cómo agradecerlo", dijo Castejón, quien aseguró que la madre de la fallecida, Carmen Toscano, "ya apenas tenía esperanzas de llegar a la verdad". La investigación se encuentra bajo secreto de sumario, por lo que ni la propia abogada tiene acceso a las pruebas que a partir de ahora practicará el juzgado.

El suceso se remonta al 28 de septiembre de 1992. Soledad Donoso salió de su casa, en San Pedro, para dirigirse a la pizzería de la avenida de Barcelona donde trabajaba. Nunca llegó a su destino y su cuerpo, 14 días más tarde, fue encontrado en una zona de difícil acceso del Guadalquivir conocida como el Arenal Alto. La autopsia sólo confirmó que Soledad había fallecido el mismo día en que desapareció. Tenía la ropa puesta, pero la cabeza estaba a un metro del tronco. El estado del cadáver impidió a los forenses precisar las circunstancias del deceso.

El Cuerpo Nacional de Policía interrogó al entorno de la víctima, especialmente a un joven que negó conocerla. El individuo fue detenido, pero días más tarde quedó en libertad debido a la falta de pruebas. La investigación posterior no consiguió aclarar lo sucedido y la causa se archivó.