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Lejos de ser un problema pasajero, el comportamiento de los alumnos en las aulas es cada vez más preocupante, tal y como pone de manifiesto el último informa de la comisión provincial de convivencia elaborado por la Delegación de Educación, al que ha tenido acceso El Día, y que refleja parte de los incidentes que se registraron en colegios e institutos durante el pasado curso.
Uno de los datos más relevantes del estudio es que el 20% de las conductas que se suceden en colegios e institutos de Córdoba son "gravemente perjudiciales para la convivencia". Éstas, según el decreto 19/2007 de la Consejería de Educación, están tipificadas en casos que van desde "la agresión física o moral contra cualquier miembro de la comunidad educativa hasta las vejaciones o humillaciones especialmente por razones sexuales, raciales, xenófobas o contra alumnos", entre otras.
El informe también pone de manifiesto que el 80% de las conductas son "contrarias a la convivencia", en las que se incluyen "actos que perturben el normal desarrollo de las clases", la falta de colaboración "sistemática" en las actividades del centro escolar y de las orientaciones del profesorado o conductas que "impiden o dificultan el derecho al estudio de sus compañeros", según la misma norma.
El documento también indica que uno de los comportamientos "más frecuentes" que se suceden en los centros educativos de la provincia es la "reiteración de conductas contrarias a la convivencia". A éstas se suman, las injurias y ofensas contra algún miembro de la comunidad educativa o las agresiones físicas, tal y como ocurrió en noviembre de 2008 en el instituto San Álvaro, cuando un alumno agredió y amenazó a una de las conserjes del centro. El incumplimiento de las correcciones que se le imponen a los alumnos y las amenazas o coacciones a cualquier miembro de la comunidad educativa son otras de las conductas que se han producido con más frecuencia durante el pasado curso.
Sin duda, se trata de unos datos que evidencian la necesidad de aplicar cuantas medidas sean necesarias para evitar que este tipo de actos se produzcan curso tras curso. Más aún cuando un tercio de los menores que cursan Educación Secundaria en Córdoba no considera que amenazar física o verbalmente a un compañero o a uno de sus profesores sea violencia, según refleja el estudio sobre comportamientos de riesgos en estudiantes de Secundaria en Córdoba, que también señala que las aulas cordobesas son las que menos agresores soportan.
Sin duda, este estudio -elaborado por profesores de Cádiz y que se presentó el pasado mes de mayo- refleja también otro de los datos incluidos en el informe de la comisión provincial de convivencia del pasado curso, que señala que sólo el 62% de las instalaciones educativas deja constancia de los incidentes de este tipo en el programa Séneca -un plan de gestión de los centros dependientes de la Junta-, mientras que el 12% prefiere no hacerlo y un 26% de los centros no sufre episodios de estas características.
El documento muestra también que el 88% de estas malas conductas o comportamientos se registran en las aulas de los ciclos de Educación Secundaria -con alumnos de entre 12 y 16 años-, mientras que el 22% se producen en las aulas de Primaria.
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