Arte en la piel

Cicatrices que se eligen: Los estudios de tatuajes aumentan su clientela a pesar del covid-19

  • Las medidas de seguridad e higiene de las que siempre han hecho uso son las claves para mantener la confianza del cliente

  • Establecimientos como Tattoo 4Ever, BuffoTattoo y Fer Tattoo retoman la actividad con buenas expectativas

Beatriz Castaño, de Buffotattoo, y Fernando Sánchez, de Fer Tatto, en sesiones con las nuevas medidas.

Beatriz Castaño, de Buffotattoo, y Fernando Sánchez, de Fer Tatto, en sesiones con las nuevas medidas. / El Día

Los tatuajes son las cicatrices que se eligen. Marcas en la piel que, en la mayoría de los casos, son para toda la vida y que suelen representar algo importante para quien lo lleva. Desde los más artísticos hasta los más simples, todos pasan por un proceso desde que se concibe la idea hasta acabar en la piel. En este proceso se encuentran la elección de la zona del cuerpo (especialmente para quien tiene en cuenta los prejuicios aún existentes), cuándo solicitar la cita y, sobre todo, en qué estudio.

El coronavirus había paralizado por completo la actividad en los estudios de tatuajes de Córdoba. Los profesionales cerraron sus establecimientos con la misma incertidumbre que el resto de sectores, y así se mantuvieron hasta el inicio de la desescalada. No obstante, la mayoría de las citas previas al estado de alarma se han mantenido gracias a la posibilidad de reorganización de las agendas y a la seguridad con la que siempre se ha trabajado en los estudios.

El dueño de Tattoo 4Ever, Óscar Núñez, recuerda que “ha sido un momento duro" en el que se han tenido que "adaptar para sobrevivir". "Se nos puede considerar un producto de lujo y no sabíamos cómo iban a responder los clientes”, matiza. Por suerte, al igual que otros profesionales del sector, “hemos podido tirar con los ahorros y las citas se han mantenido en su mayoría, solo que las hemos tenido que mover de fecha y adaptar la forma de trabajo”.

Rafael Sánchez, en el estudio Tattoo 4Ever. Rafael Sánchez, en el estudio Tattoo 4Ever.

Rafael Sánchez, en el estudio Tattoo 4Ever. / El Día

Núñez asegura que acondicionar el estudio no ha supuesto un trabajo excesivo dadas las condiciones en las que han desarrollado siempre la actividad. Él, al igual que sus compañeros Rubén Raya, Elena Zamorano y Rafael Sánchez siempre han hecho uso de mascarillas al tatuar “y el cambio es que ahora también la lleva el cliente, al igual que se lava las manos con hidrogel”. Por lo demás, el nivel de limpieza del local y del equipo que usa es el mismo que tiene el estudio desde su arranque en 2010.

Para que los cuatro tatuadores puedan desarrollar su trabajo, al igual que Desiré Gallardo en recepción, la organización les exige tatuar dos de ellos cada día. "Así descansamos y mantenemos las citas, sin cerrar ningún día a la semana”, explica.

El local ha sido adaptado y pronto “haremos una reforma que ya teníamos planteada y que vamos a decidir invertir en ella para mejorar el estudio”.

Una situación similar se ha vivido en BuffoTattoo. En este estudio trabajan Antonio Rafael Fonti, Beatriz Castaño, Pablo Ruiz y Carlos Kokoro, y han tenido que adaptar el sistema de trabajo para aprovechar las condiciones de las cabinas de las que disponen. Fonti coincide en que “la mayoría de los clientes han sido fieles" y se han esperado para que les den una nueva cita, donde ha jugado un papel importante el contacto a través de las redes sociales.

De hecho, apunta que “el boca a boca y la imagen en redes es lo que más hace”, además de la confianza que transmiten los clientes a sus conocidos al ver las medidas de seguridad que se toman en el estudio. BuffoTattoo cuenta con tres cabinas para tatuar, hacer piercing y eliminar tatuajes. La coordinación entre los profesionales y la extrema limpieza permite encajar todas las citas para recuperar el tiempo que el coronavirus se ha llevado.

Los cambios durante las sesiones no son excesivos, ya que recuerda que en este oficio “siempre hay que mantener condiciones de higiene y limpieza para la seguridad de los clientes y la nuestra propia”. A la mascarilla y los guantes le añaden trajes de protección que usan por encima de la ropa y las pantallas transparentes. Para el cliente, la variación está en el uso de mascarilla propia y de gel desinfectante.

Piezas hechas en Buffotattoo. Piezas hechas en Buffotattoo.

Piezas hechas en Buffotattoo. / El Día

El coronavirus no ha mermado las reservas de BuffoTattoo, explica Fonti, porque incluso están recibiendo a personas que no habían ido nunca o que no tienen tatuajes. No obstante, algunos diseños de los nuevos sí dan parte de la crisis sanitaria: “Estamos haciendo algunos tatuajes inspirados en el fénix, en la idea renacer o con textos de superación”.

Este tipo de peticiones también han llegado al estudio Fer Tattoo, en el que trabaja por su cuenta Fernando Sánchez. Para él, la pandemia ha tenido un claro efecto en las peticiones de sus clientes, especialmente de los nuevos. Palabras como “Libres”, “Resiliencia” o menciones a la familia “es de lo que más están pidiendo ahora mismo”.

Sánchez señala que también notó "un aumento del público más joven, menores de 20, que se están atreviendo a tatuarse, algunos incluso con sus padres porque aún necesitan autorización”.

Así, a pesar del pesimismo con el que llegó el estado de alarma, cuando “no se sabía lo que iba a pasar con la clientela”, el tatuador asegura que desde el inicio de la desescalada “la situación se ve mucho mejor", no ha perdido prácticamente ninguna cita y le llega "mucha gente nueva, ha sido un espectáculo”.

Tatuaje realizado por Fernando Sánchez. Tatuaje realizado por Fernando Sánchez.

Tatuaje realizado por Fernando Sánchez. / El Día

Al igual que en el resto de casos, las medidas han cambiado para los clientes, pero afirma que para él "no cambia porque ya trabajaba así, con todas las medidas que se piden ahora”. En el local sí que se ha notado el paso de la pandemia debido a la retirada de la decoración. Este profesional aclara que lo ha dejado "diáfano" y se ha llevado "el material a un almacén", así facilita "la limpieza y la seguridad”.

Estos tres estudios son el ejemplo de un sector que, a pesar de los riesgos que ha vivido durante la pandemia y a los que aún se expone, se mantiene con un balance positivo gracias a la confianza que genera su método de trabajo habitual. A expensas de conocer cómo evolucionará la economía tras la pandemia, estos profesionales siguen dejando huella en la piel de los cordobeses.

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