Un estudio analiza la unión entre el retraso de la pubertad y la anorexia
La pubertad es una etapa crítica del desarrollo, durante la que se producen una serie de cambios corporales y psicológicos que se asocian a la adquisición de la capacidad reproductiva. Dada la complejidad de este fenómeno, múltiples factores cooperan para asegurar el correcto proceso de la maduración puberal. Entre estos elementos destaca la herencia genética, los factores ambientales y el estado metabólico y nutricional del organismo. En este estudio llevado a cabo en modelos preclínicos, los investigadores del Instituto de Investigación Biomédica, la Universidad de Córdoba y el Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición han demostrado que el sensor energético AMPK, se activa para retrasar la pubertad en condiciones de balance energético negativo provocado por una nutrición deficiente. Este efecto se produce por una supresión en la producción de las kisspeptinas, moléculas cerebrales que activan el sistema reproductor y que son imprescindibles para la correcta maduración puberal y, por tanto, para que la pubertad comience a una edad adecuada.
Las neuronas Kiss1, identificadas en las distintas especies de mamíferos, incluida la humana, juegan un papel esencial en la regulación central del funcionamiento del sistema reproductor y de la pubertad.
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