El sector estima que los apartamentos irregulares suponen el 20% de las plazas
turismo | panorama del hospedaje alternativo
Aehco calcula que en Córdoba se ponen a disposición de los turistas entre 300 y 500 plazas diarias sin registrar Los hoteleros exigen a la Junta que iguale las condiciones de competencia
Con la crisis aún en el punto de mira, la economía cordobesa sigue confiando su presente y su futuro al turismo. El sector soporta gran peso de esa recuperación, que empieza a asomarse pero con la que hay que tener cautela. Las cifras están de parte de esa mejora económica cuando lo que se tiene en cuenta es el turismo. En 2015, y por segundo año consecutivo, la provincia superó el millón de turistas. Pero ocurre algo curioso, mientras que los visitantes se disparan, las reservas hoteleras crecen a un ritmo mucho más lento. Una de las causas que han propiciado esta dinámica es el aumento de los alojamientos irregulares, que vienen a ser aquellas ofertas que publican particulares para poner a disposición de los visitantes sus propias viviendas. Es una práctica que ha venido de la mano de internet y de la proliferación de aplicaciones que facilitan, y mucho, el trabajo.
Esta misma semana se presentó en Córdoba la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba (Aehco) cuyo objetivo, que no es el único, es intentar frenar la competencia desleal que supone este tipo de alojamientos. En la asociación, uno de los integrantes encargados de esta tarea es Rafael Pozuelo, quien detalla a el Día que los apartamentos irregulares suponen en la provincia entre el 20 y 25% de las reservas. Se trata, eso sí, de unas cifras que no pueden tomarse como definitivas dada la irregularidad de este tipo de prácticas, que hacen muy difícil los cálculos.
Aún así, y desde un conocimiento profundo del sector, Pozuelo afirma que en este tipo de páginas de reservas alternativas podrían ponerse a disposición de los turistas entre 300 y 500 plazas diarias, una cifra más que considerable. El miembro de Aehco especifica que el incremento de estas reservas se ha disparado, sobre todo, desde hace dos años. La razón que expone Pozuelo es ese auge de internet y de aplicaciones que hacen fácil "cualquier cosa". No existe además un cliente específico, ya que son tanto nacionales como internacionales, y la razón, una vez más, es que las herramientas de reserva para este tipo de hospedaje están a disposición de todo el mundo, con aplicaciones que se lanzan a través de las tiendas de los distintos sistemas operativos para cualquier usuario que de ellos disponga. Las app de este tipo son numerosas aunque como en la mayoría de sectores hay algunas que tienen más éxito que otras.
La postura de Aehco y su trabajo, aunque pueda parecer lo contrario, no van encaminados a hacer desaparecer todos estos alojamientos. Lo que la asociación pretende, según Pozuelo, es que todos los que se dedican a esto vayan en el mismo camino y con las mismas condiciones. Ya no entra en juego únicamente que muchos de aquellos particulares que ofertan sus viviendas no declaren el dinero que ganan con ello, sino que se obvia la normativa sobre turismo que regula el sector y que da una serie de coberturas a los clientes.
La norma que tienen que cubrir los hoteleros regulares, y a la que también deberían ceñirse los del lado contrario, se basa en el Plan de Turismo 2012-2015 de la Junta de Andalucía. Dicho plan incorporó además hace algunos meses un decreto en el que se insta a los dueños que ponen a disposición sus viviendas a que se adapten a lo establecido y que lo hagan incluso con unas normas más permisivas que los dueños de los hoteles. Un ejemplo: un particular no puede ofertar más de dos apartamentos y, sin embargo, desde Aehco tienen constancia de que existen personas que llegan a poner en alquiler hasta seis viviendas.
Esto es lo que lleva a los empresarios a exigir que todos aquellos que integran el sector lo hagan en las mismas condiciones, porque la competencia alcanza unos niveles que, siguiendo la normativa, no se pueden equiparar. Desde Aehco invitan incluso a todos aquellos que ofertan sus casas a que regularicen y formen parte de la asociación para ir todos a una.
Esto último sería una garantía para el cliente, que cuando reserva en un hotel cuenta con un seguro o con la certeza de que el hospedaje cumple con normativas, entre otras cosas, de sanidad o vigilancia. La práctica irregular, a la que puede considerarse intrusismo, despoja a los clientes de una serie de derechos que no podrán ser exigidos de manera legal. Por ello, lo que los empresarios hoteleros exigen es el apoyo de las administraciones competentes en el tema, no para cargar contra ese intrusismo, sino para integrarlo al sector y que de esta manera todos puedan competir en las mismas condiciones.
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