La esencia del mar en la gastronomía cordobesa
Córdoba cuenta con muchos factores positivos que le dan a la ciudad el atractivo que se merece, aunque entre ellos no se encuentra el poseer una playa o mar donde pasar el estío. A pesar de eso, la ciudad cuenta con una serie de marisquerías y cocederos donde se pueden degustar productos de primera calidad y recién salidos del mar. No es necesario recorrer cientos de kilómetros para probar el pulpo gallego, las gambas de Huelva o del choco de Cádiz. Algunos de los locales cordobeses cuentan con una gran selección de material de primera calidad, recogido recientemente de las costas; concretamente, la mayoría del producto procede de las costas onubenses.
Los trabajadores de este sector cuentan cómo la población cordobesa acentúa su gusto por comer marisco y pescado en fechas señaladas, concretamente en Navidad.
La Gamba de Oro es uno de los locales más emblemáticos de la ciudad, situado en los Olivos Borrachos y que acaba de cumplir 50 años. Son cinco décadas en las que se recepciona el pescado y marisco una vez a la semana (o más, según su demanda). La cantidad y calidad del producto es constante , igual que su clientela, según cuenta el trabajador Rafael González. Todo el año se puede encontrar pescado de primera calidad como lubina, dorada, salmón y una larga lista. La Gamba de Oro cuenta con un aliciente, que es la posibilidad de encargar para llevar, por lo que no es indispensable quedarse en el local para degustar sus productos. La carta además la completan las recetas con carne: "También tenemos carne porque aquí viene todo tipo de gente", explica González. Ellos son expertos por ello en otros platos, como el arroz con bogavante, que es su especialidad.
En el centro de la ciudad, concretamente en la calle Eduardo Dato, se encuentra La Mar de Bueno, un restaurante joven (lleva nueve meses abierto) que ha sabido conquistar el paladar de sus asiduos a base de marisco y pescado de primera calidad. Según cuenta el encargado, Ramón Ortiz, el producto llega todos los días procedente de distintos puntos del país, principalmente los lugares más ricos en productos del mar como Cádiz, Huelva y Galicia. La época en la que más abunda el pescado es a partir de septiembre y octubre, una vez finaliza el verano. "La gente piensa que en verano hay más productos, pero estos se quedan en las costas", dice Ortiz. En este caso, enero, febrero, julio y agosto son los meses más bajos de producción y clientela. Los productos de los que siempre hay existencia son lo boquerones, los calamares o el bacalao. Por otro lado, los más difíciles de obtener son los moluscos, como las ostras o las navajas.
La Mar de Bueno tiene en la entrada del local un expositor con todo el pescado y marisco fresco que ofrecen en carta, de modo que el cliente elige lo que quiere y se le prepara a su gusto. La fritura, el pulpo a la gallega o el atún a la plancha son algunas de las especialidades de la cocinera. El encargado hace una recomendación estrella antes de empezar con los mariscos y pescado: una ensalada de gulas que cuenta con ingredientes tan dispares como el kiwi o el mango y una vinagreta a base de Cocacola. La carta se completa con arroces y ensaladas que adoptan entre sus ingredientes algo del mar, pero no tienen nada de carne.
Un poco más alejado de la zona centro, a las afueras de la ciudad, en el polígono de la Torrecilla, se encuentra el Restaurante Marisquería Costa Luz. El pescado fresco llega desde Huelva, tres días a la semana, concretamente los martes, jueves y sábados. A pesar de que entra pescado y marisco fresco los días estimados, los tipos y cantidades suelen variar. Según cuenta el encargado, Jairo Soto, lo más demandado suelen ser las famosas gambas de Huelva o los boquerones, estos últimos presentes durante casi todo el año. Lo más exclusivo se posiciona dentro de la familia de los mariscos como son el bogavante o la langosta. Respecto a la frecuencia de la clientela, Soto afirma haber mayor afluencia en verano o épocas señaladas como la Navidad, "durante el resto del año suele ser más flojito entres semana, pero los fines de semana igualmente viene mucha gente".
Está claro que los cordobeses tienen muchas oportunidades de satisfacer su paladar a base de productos recién salidos del mar, un mar, que de vez en cuando, se puede tener más cerca.
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