Patrimonio

Por qué las Ermitas de Córdoba van a ser declaradas Bien de Interés Cultural

  • Los expertos destacan los valores etnológicos, paisajísticos, históricos y artísticos del conjunto, con unas "espectaculares" vistas del entorno

Vista de las Ermitas, con Córdoba al fondo.

Vista de las Ermitas, con Córdoba al fondo. / El Día

La Comisión Provincial de Patrimonio ha dado el visto bueno a la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento a las Ermitas de Córdoba. Según estima el acuerdo, con la inscripción de las Ermitas de Córdoba se pretende proteger este bien de cualquier actuación que pueda poner en peligro sus valores, además de acercarlo a la ciudadanía, favoreciendo así su conservación. Las Ermitas de Córdoba son un bien complejo en el que confluyen valores etnológicos, paisajísticos, históricos y artísticos.

Se trata de un enclave que ha estado habitado históricamente por ermitaños desde el siglo XVII, representativo del desarrollo del eremitismo en Andalucía. Su arquitectura es expresión material de unas formas de vida basadas en la renuncia de la vida social y el retiro en soledad para dedicarse a la oración y la penitencia, sin sujeción al orden jerárquico de la Iglesia. Los ermitaños habitaban en emplazamientos de difícil acceso, habitualmente lugares escarpados, cuevas o sierras. Cada ermitaño vivía en la más estricta soledad y sin acuerdo entre ellos. En las Ermitas de Córdoba, la cerca de piedra seca que rodea el recinto y las cercas que rodean cada ermita son expresión de este aislamiento.

Con la crisis del eremitorio a finales del siglo XX y la recuperación del mismo por parte de la Asociación Amigos de las Ermitas de Córdoba, el complejo ha adquirido otras connotaciones que han resignificado el lugar, ostentando un valor social representativo para la ciudadanía de Córdoba. Este valor se expresa en la apertura del complejo de las Ermitas para dar a conocer al cordobés y al turista el lugar y las formas de vida eremíticas; y en actividades como la romería de Nuestra Señora de Belén (fiesta de las habas), que se celebra todos los años el domingo siguiente al de Resurrección. El Desierto de Belén constituye también un referente de religiosidad en la Sierra de Córdoba, reforzado por la erección del monumento del Sagrado Corazón de Jesús en 1929.

Una de las características principales que justifica su inscripción patrimonial es el emplazamiento y su relación con el paisaje, ha subrayado este martes la Junta. El recinto cercado se ubica en una estribación de Sierra Morena con una relación estratégica y protagonista en relación al paisaje de la Vega del Guadalquivir y la campiña cordobesa.

En un primer plano del paisaje se contemplan las vistas de la ciudad de Córdoba y sus monumentos y edificaciones singulares, el río Guadalquivir y sus puentes, la vega y las prácticas agrícolas, el pasto de las faldas de Sierra Morena. En el plano de fondo paisajístico, destaca al sur el cultivo de secano de la Campiña y Sierra Nevada; al este, las extensiones de olivar fondeadas por las sierras de Jaén y Cazorla; al oeste, el castillo de Almodóvar y la apertura del valle hacia la margen izquierda del río Guadalquivir en dirección a Sevilla.

En definitiva, la vista desde las ermitas dispone de una "cuenca visual muy extensa" que permite contemplar distintos elementos del territorio en relación al paisaje. Hay que destacar también la espectacularidad de las vistas nocturnas que se tienen de la ciudad. En dirección opuesta, las ermitas pueden observarse desde distintos lugares de la ciudad de Córdoba y su territorio adyacente, especialmente durante la noche, gracias a la iluminación del monumento del Sagrado Corazón de Jesús.

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