Entrevista a Yemel Jhouraa, secretario de Jupol en Córdoba

“Todos los gobiernos se han reído de la Policía y de la Guardia Civil en los últimos 30 años”

  • En sus primeras elecciones al Consejo de la Policía, Jupol ha barrido a los sindicatos tradicionales tras protagonizar numerosas protestas para exigir al equiparación salarial con mossos o ertzaintzas

Yemel Jhouraa, tras la entrevista en la calle Foro Romano.

Yemel Jhouraa, tras la entrevista en la calle Foro Romano. / Juan Ayala

La equiparación salarial es el principal objetivo del sindicato Justicia Policial (Jupol), una organización de reciente creación que ha arrasado en las últimas elecciones al Consejo de la Policía al lograr seis de los 14 vocales de la escala básica. También en la provincia de Córdoba la organización ha obtenido resultados mayoritarios, con 396 votos de los 623 emitidos. El secretario provincial de Jupol, Yemel Jhouraa, vincula este éxito al “hartazgo” de los agentes.

–¿Cuál es el origen del sindicato Justicia Policial?

–La génesis está en Palencia con Jusapol, que es una asociación que engloba a la Guardia Civil y a la Policía Nacional con el principal objetivo de la equiparación salarial de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado con las policías autonómicas, que son la Policía Foral de Navarra, la Ertzaintza y los Mossos d’Esquadra. El problema es que, pese a las peticiones reiteradas, la asociación no logra entrevistarse con el entonces ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido (PP), porque no nos acepta como interlocutores, por lo que damos el paso de crear el sindicato en la Policía Nacional, Jupol, y una asociación en la Guardia Civil, Jucil. Después de las elecciones no tienen más remedio que hacernos caso.

–¿Qué representatividad ha logrado el sindicato en Córdoba, una provincia donde el Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha sido tradicionalmente mayoritario?

–En Córdoba tenemos 320 afiliados de una plantilla que ronda los 700, por lo que representamos a prácticamente el 50% de los agentes. Respecto a los resultados de las elecciones al Consejo de la Policía, en el conjunto deEspaña hemos logrado seis de los 14 vocales de la escala básica, en subinspección el único vocal en juego y en la escala ejecutiva un representante de los dos existentes. Solo a nivel de mandos no hemos obtenido representación. En el caso concreto de Córdoba, también somos el sindicato mayoritario.

–¿A qué achacan el resultado obtenido por el sindicato pese a su juventud?

–Es muy sencillo. La gente está cansada después de tantos años de acuerdos que se han firmado y no se han cumplido en el ámbito de la equiparación salarial. La problemática surge cuando eres consciente de que otros policías están haciendo el mismo trabajo que nosotros y cobran 600 euros de más de media al mes. La gente, después de 30 años de reivindicaciones, se ha cansado porque ha visto que el resto de los sindicatos no han sido capaces de resolver esta situación. Jupol nació con el objetivo prioritario de lograr esa equiparación salarial y no vamos a parar hasta conseguirlo.

–¿Cuánto cobra un policía nacional de la escala básica y cuánto un mosso?

–Cuando un policía nacional sale de la Academia cobra unos 1.700 euros al mes después de las dos subidas que ha habido en los últimos años, pues hasta hace muy poco el salario era de 1.500 euros. En el caso de un mosso o de un policía foral, un agente en la misma situación cobra unos 2.100 euros. La diferencia es de unos 600 euros. Y la brecha salarial no queda ahí. Un policía nacional no cobra horas extra, no cobra por asistir a juicios pese a que también se trata de su trabajo... Nosotros no cobramos nada de esto y también hay que considerarlo parte de la brecha salarial y, por lo tanto, entra en nuestras reivindicaciones.

–Pero, como reconocen, sí ha habido mejoras salariales...

–Hace unos años, los sindicatos alcanzaron un acuerdo con el anterior Gobierno al que llamaron equiparación. Pero Jupol no está de acuerdo en denominarlo de esa forma porque no se tuvieron en cuenta conceptos como la jubilación. A los compañeros que se retiran del servicio les queda una pensión de 1.400 euros, mientras que un mosso puede cobrar fácilmente 1.900 euros. Así que sigue existiendo una brecha salarial por la que todavía no puede hablarse de equiparación salarial. A nosotros, simplemente, nos han dado un aumento de sueldo. Es cierto que queda pendiente un tramo más para el año 2020 de otros 150 euros, pero insistimos que eso no se puede considerar equiparación salarial.

–Desde fuera se percibe una sensación de enfrentamiento con las policías autonómicas. ¿Han mantenido alguna reunión?

–Sí, nos apoyan totalmente. Es lo lógico, porque no pedimos más que nadie ni que les bajen el sueldo. Nuestro lema es Igual trabajo, igual sueldo. Le hemos abierto el camino a muchos funcionarios. A médicos, personal de prisiones, maestros... Todos han salido después de nosotros.

–En el caso concreto de Córdoba, ¿algún partido político se ha sentado a escuchar las reivindicaciones de Jupol?

–Hace un tiempo se puso en contacto Ciudadanos y tuvimos varios reuniones, pero ningún otro partido se ha querido sentar con nosotros. Nos hemos dirigido a ellos, pero la respuesta siempre ha sido que no tenían hueco en la agenda para atendernos.

Un momento de la entrevista en la redacción de El Día. Un momento de la entrevista en la redacción de El Día.

Un momento de la entrevista en la redacción de El Día. / Juan Ayala

–¿Qué percepción tienen después de que PP y PSOE hayan rechazado estos encuentros?

–La de siempre. Que todos los gobiernos que ha habido en España, durante 30 años, se han reído de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Unos ministros y otros han dicho que resolver este problema era prioritario y se han firmado varios acuerdos, pero nunca se ha logrado nada. Por eso se ha creado este sindicato. La gente ha abierto los ojos porque esta situación no se puede alargar más.

–¿Qué ha podido pasar para que los compañeros hayan dado de lado a los sindicatos tradicionales?

–Son muchos años de hartazgo, de ver que la situación no mejora, de estar estancados, y necesitábamos algo nuevo. Los otros sindicatos deberían hacer una reflexión interna, pues no es normal que, por ejemplo, el SUP, que ha ganado todas las elecciones de la historia en la Policía, se haya pegado un batacazo. Deberían tomar nota, pues la gente está cansada de lo mismo. Es hora de luchar por los derechos de los policías.

–Aparte de la equiparación, ¿qué otros derechos reivindica Justicia Policial?

–Las jubilaciones son un punto crucial. Ahora mismo te jubilas después de toda una vida de servicio y cobras como mucho 1.400 euros, cuando un mosso percibe más de 2.000. Y la gente no sabe, por ejemplo, que los policías no tienen paga doble, se queda en un 60%. Echamos miles de horas extra y eso no se paga. Son bastantes asuntos y la gente se ha dado cuenta de que en 30 años nadie ha luchado por esto. Hablo de mi ejemplo personal. En mi unidad, hasta hace nada me debían ocho días de compensación por todas las horas extra que había echado. Si pudiera elegir, habría decidido que me las pagaran porque eso significa que he salido tarde muchos días. No queremos ser mejor que nadie, pero tampoco peor.

–¿Se sienten respaldados por la sociedad en esta reivindicación? La subida salarial de los funcionarios puede ser muy impopular...

–Sin duda. Hicimos una recogida de firmas para impulsar una iniciativa legislativa popular (ILP) que elimine estas desigualdades económicas. Nos pidieron 500.000 firmas y en la historia de la democracia hemos sido los más rápidos en obtener ese apoyo. Así que está claro que la sociedad nos respalda. La ILP se votó, pero con el cambio de Gobierno se ha paralizado la tramitación. Los otros sindicatos votaron en contra y no quisieron participar porque consideraban que el acuerdo que ya habían firmado con el anterior Gobierno era suficiente. Es un sinsentido.

–En el caso concreto de Córdoba, aparte de la reivindicación salarial que es común a toda España, ¿qué otras carencias perciben?

–Hace falta plantilla porque el catálogo no está cubierto en muchos departamentos. Y otro asunto muy importante es la falta de material. Los compañeros trabajan sin chaleco antibalas y sin guantes anticorte, lo que es una auténtica salvajada. Es como si a un bombero le dices que vaya a extinguir un incendio sin traje ignífugo. Y, respecto a las infraestructuras, los agentes siguen pendientes de la construcción de las dos nuevas comisarías, aunque ahora mismo no hay señales de que se haya producido ningún avance.

–¿Tienen conocimiento de que estos proyectos hayan prosperado?

–Hasta ahora solo ha habido buenas palabras por parte del Gobierno, pero ni hay fechas definidas para el comienzo de las obras ni nada.

–Desde hace años, los sindicatos se quejan de la situación en que se encuentra la comisaría de Campo Madre de Dios. ¿Qué deficiencias se encuentran los policías que desempeñan allí su labor en el día a día?

–Hablamos de una construcción de más de 50 años. Ha habido plagas de pulgas que han obligado a desinfectar el edificio y los coches en varias ocasiones. Y en la oficina de denuncias se llegó a desprender una parte del falso techo. Hablamos de un inmueble que se cae a pedazos, a veces no es ni saludable trabajar en ese sitio. La galería de tiro era tan antigua que no cumplía las condiciones necesarias y permanece cerrada.

–Respecto a la plantilla en Córdoba, ¿qué carencias presenta?

–Aún no hemos tenido acceso a los datos concretos. En la Comisaría se celebran reuniones trimestrales con los mandos para estos asuntos, pero desde las elecciones sindicales todavía no se ha convocado ninguna. Hemos tenido encuentros informales con el comisario, si bien la primera reunión de trabajo será en septiembre. Hasta ahora no hemos tenido ni voz ni voto, pero a partir de ahora sí nos tendrán que escuchar y preguntaremos sobre diferentes asuntos.

–¿Algún asunto que les preocupe especialmente?

–En la oficina de denuncias hay una falta de personal acuciante. Existe un catálogo de policías y jefes que no se cumple, por lo que no se puede dar un servicio acorde a lo que requiere el ciudadano. La cuestión es la falta de subinspectores, pues solo hay cinco de 11. Se están produciendo largas colas por ello. También la Unidad de Protección y Seguridad (UPS), que se encarga de las conducciones de los detenidos al hospital o al centro penitenciario, está bajo mínimos.

Detalle de una pulsera de Jusapol. Detalle de una pulsera de Jusapol.

Detalle de una pulsera de Jusapol. / Juan Ayala

–Aparte de las comisarías de Campo Madre de Dios, el Parque Figueroa y Doctor Fleming, en la ciudad existen dos oficinas de denuncias conjuntas, una en la Judería y otra en el barrio Guadalquivir. ¿Están funcionando correctamente?

–El funcionamiento es correcto durante todo el año, aunque en verano cierran por la tarde por la falta de personal que hay en otros departamentos, lo que obliga a reajustar la plantilla.

–Desde la experiencia de quienes conforman Jupol y pese a que el sindicato aún no haya tenido acceso a los datos oficiales, ¿se puede afirmar que Córdoba es una ciudad segura?

–Sí, por la profesionalidad de los policías. Sinceramente, el trabajo sale adelante en Córdoba por la calidad humana de los compañeros. Es imposible con los medios y el personal lograr todo lo que están consiguiendo los agentes.

–¿Cómo afronta Jupol el inicio del curso político a partir de septiembre?

–Ya le hemos declarado al Gobierno el conflicto colectivo permanente. Antes no nos querían atender porque no éramos representantivos, y ahora que somos el sindicato mayoritario el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande Marlaska, no se quiere reunir con nosotros. El mes de septiembre será movido, aunque debemos dejar claro que esto no le va a afectar al ciudadano. Es un conflicto exclusivamente con la administración. Volveremos a la calle y no pararemos hasta que nos reciba el ministro para empezar a negociar.

–¿Qué plazos considera prudenciales Jupol para que llegue esta equiparación salarial?

–Se han dado tantas oportunidades y se han acordado tantos plazos sin que se hayan cumplido... Solo falta voluntad política.

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