Eloy Girela: "La falta de médicos no se soluciona con más facultades"
Entrevista al decano de la Facultad de Medicina
Alerta de que cuando la oleada de nuevos egresados llegue al mercado, sobrarán 20.000 médicos y advierte de que"que estarán, como estábamos nosotros en el año 80: en el paro o trabajando en otras profesiones"
Pablo Zarco: "La investigación tiene que basarse en la calidad y no en la cantidad"

Córdoba/Apenas lleva mes y medio como decano de la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad de Córdoba (UCO) y asegura que tomar la decisión de presentarse al puesto fue fácil porque "hay buena sintonía con el equipo". Eloy Girela (Órgiva, Granada, 1964) asegura que se convirtió en médico porque su padre, que era maestro le gustaba la medicina y le transmitió la idea. "Era un médico frustrado", recuerda. Profesor titular de Medicina Legal y Forense, Girela afronta el mandato al frente de un centro académico con unos 1.500 alumnos y con la crisis de falta de médicos en los centros sanitarios, pero también tiene que afrontar el incremento del número de estudiantes en las aulas.
Pregunta.¿Recuerda por qué estudió Medicina?
Respuesta.Sí lo recuerdo y fui el primero en mi familia. Mi padre era maestro, pero le gustaba mucho la medicina y tenía una enciclopedia médica; era como un médico frustrado. Yo creo que él me transmitió, seguramente, esa idea y yo siempre he tenido curiosidad por el funcionamiento de los seres vivos, me gustaba mucho la Biología y, al final, me decidí a estudiar Medicina. Ser médico es ayudar a gente que está enferma, es un sentimiento de solidaridad humana y ayuda permanente a quien lo necesita por temas de salud.
P.Y ahora, es el decano de la Facultad de Medicina de la UCO, ¿por qué decidió presentarse?
R.Esta es una facultad pequeña, y no hay tanto profesor que no sea clínico, porque los clínicos con todo lo que dedican a la asistencia, difícilmente quieren involucrarse o pueden involucrarse en cosas de gestión. Así que el equipo decidió un poco que yo fuera el que me presentase. Fue una decisión fácil porque hay buena sintonía con el equipo y con el resto de los miembros de la comunidad universitaria. Aquí la gente está en general contenta con nosotros, con la gestión y, nosotros con los alumnos. Además, como venía del anterior equipo, conocía más o menos la gestión de la facultad.
P.¿Y qué retos tiene por delante?
R.Hay que resolver algunos problemas que tenemos y yo voy a tratar de fajarme en ese asunto. Los problemas son, sobre todo, que los títulos se impartan con la calidad que merecen unos profesionales sanitarios que egresan para atender a la población. Tenemos dificultades con el incremento del número de alumnos, que prácticamente nos viene impuesto y entendemos que no son necesarios. Sin embargo, desde muchos sectores sociales hay una presión para que aumentemos el número de estudiantes, porque parece que faltan médicos y también enfermeros. Ya tenemos problemas para poder hacer unas prácticas de calidad y, con más alumnos, es todavía más difícil. Entonces, eso hay que tratar de mejorarlo todo lo que podamos. Además, estamos en un proceso de remodelación de infraestructuras porque no entran más alumnos y, lógicamente, hay cosas que se quedan pequeñas. También estamos remodelando los espacios para la titulación de Fisioterapia y tratando de aumentar los espacios para seminarios en grupos que llamábamos medianos, pero que, poco a poco, con el incremento de alumnos se están convirtiendo en grupos grandes. Este curso, en lugar de 130 estudiantes de nuevo ingreso han entrado 143, en concreto.
P.¿Y en el apartado de estudios y prácticas?
R.Vamos a tratar de reunificar todas las prácticas y vamos a remodelar el plan de estudios de Medicina. Ahora, en el último curso de Medicina es el de los rotatorios clínicos. Los alumnos están exclusivamente en el hospital y, en este caso, está organizado. Pero para que puedan hacer más prácticas durante los cursos intermedios, especialmente entre segundo y quinto, vamos a tratar de reunificar todas las prácticas; pequeñas prácticas sueltas que tienen en la asignatura y que tienen algún perfil clínico. Es decir, quitar estas pequeñas horas de prácticas que tienen para agruparlas, reunificarlas y tratar de que los alumnos estén más tiempo en el servicio porque dos o tres días en cada sitio no les sirve de nada. Si hacemos un poco como unos rotatorios clínicos más estructurados, vamos a intentar aprovechar mejor esos recursos.
P.Me dice que tienen muchos alumnos, pero desde las administraciones sanitarias se alerta de la falta de médicos...
R.Desde el año pasado, nos han obligado a todas las facultades de Medicina a incrementar el número de plazas de nuevo ingreso que oscilaba entre el 7 y el 15%. Nosotros incrementamos lo mínimo, porque así lo decidió el Consejo de Gobierno de la Universidad, contra nuestro criterio. Nosotros pedimos que, por favor, no se aumentara ninguno. Pero, aun así, se aumentaron 11 alumnos, que creo que supone el 7 o el 8% por encima. Además, hay que tener en cuenta el incremento exponencial que han tenido la creación de nuevas facultades en los últimos 20 o 30 años, que han sido como el 100% más de las que había. Y todavía están previstas 13 nuevas para el año que viene. Somos el país del mundo con más facultades de Medicina por habitante; eso es una locura.
P.Pero aun así, hacen falta médicos...
R.Hacen falta médicos ahora, en un periodo temporal concreto y en algunas especialidades; sobre todo, porque no se ha hecho una buena gestión y planificación. Pero eso no se soluciona incrementando de manera tan brutal el número de facultades y el número de estudiantes. El de Medicina no es un grado de seis años, sino de 12 con el MIR. Con lo cual, los que entren el año que viene, que es 2026, pues hasta el 2038 no estarán en el mercado. Cuando llegue toda esta oleada de nuevos egresados al mercado, sobrarán 20.000 médicos, que estarán, como estábamos nosotros en el año 80: en el paro o trabajando en otras profesiones.
"Somos el país del mundo con más facultades de Medicina por habitante; eso es una locura"
P.Entonces,se están repitiendo los mismos errores que hace cuarenta años
R.No hay médicos porque no se quedan aquí, porque las condiciones laborales que se nos ofrecen son precarias. Y, por tanto, es estúpido seguir formando médicos en exceso para que se vayan a otros países porque esto cuesta mucho dinero y vamos a ir a una estupidez.
P.Comentaba antes que el incremento del número de alumnos es uno de los problemas a los que tiene que enfrentarse. ¿Cómo afecta esta situación en el día a día de las clases?
R.Con 130 tenemos dificultades para que hagan unas prácticas de calidad, pero no puedo decir que estamos dando mala formación porque procuramos que sea lo mejor posible, pero tenemos muchas dificultades. No es fácil. En el caso de las lecciones teóricas da igual: puedes impartir una clase teórica a 80, a 120 o a 160 alumnos. Pero en el hospital es diferente.
P.¿Por qué?
R.Aunque el Hospital Universitario Reina Sofía y el Servicio Andaluz de Salud tienen muy buena predisposición y nos dejan sus instalaciones, no todos los médicos son tutores clínicos. Esto es opcional y, por tanto, no todos los profesionales tienen la obligación de tutelar estudiantes. No quieren serlo porque es una responsabilidad mayor, es una carga de trabajo y, es opcional. Tenemos esas limitaciones, aunque luego hay otras como son los turnos, los salientes...
P.Volviendo a las formación de los alumnos en el Reina Sofía, ¿a qué tipo de problemas se refiere?
R.Hay una normativa nacional que obliga a que no puede haber en una misma consulta más de un número de determinado de personas por la intimidad, por la privacidad del paciente. En un quirófano, por ejemplo, están los estudiantes de Enfermería, los de Medicina, a veces los de auxiliar de clínica, los residentes MIR, los anestesistas... y el paciente.
P.Es evidente que la solución pasa por no seguir aumentando el número de estudiantes, ¿no?
R.La solución pasaría por no empeorar ese problema incrementando el número de estudiantes, aunque el Gobierno diga que no hay médicos, y también mejorar mucho las condiciones. También hay que inventar cosas para incentivar donde tenemos dificultades, como en Medicina de Familia. Hay gente que no quiere irse a los pueblos porque las condiciones son un poco más precarias. Hay que incentivarlo económicamente, que sea atractivo ir allí. Hay que reformularlo y esto no es fácil. Aunque hay otras cosas que sí, como el tema del incentivo económico, o mejorar las condiciones laborales.
P.La carrera de Medicina, ¿está de moda actualmente o es puramente vocacional?
R.Es vocacional, pero está de moda. La sociedad lo quiere, lo quieren las familias, los padres se lo inculcan a los hijos, lo quieren los hijos ... Puede ser por lo que sea, por la imagen social; probablemente porque es una profesión que está muy bien vista, muy bien valorada y tiene una imagen de éxito social. Quizá también la televisión algo influye, pero está de moda.
P.Estará de moda, pero estudiar el grado de Medicina implica tener una nota de acceso en la Selectividad muy elevada, en el caso de la mayoría de las universidades.
R.Justamente porque hay tanta gente que quiere hacerlo, la demanda es tanta que da igual la oferta. Si tuviéramos que contentar a toda la población que quiere o ser médico o que su hijo haga Medicina, habría que construir todavía más facultades. Pero eso no es responsable. Primero, los vamos a condenar al paro y a los chavales que entran ahora, o que entren el año que viene, les va a decir que tienen que competir. Por un puesto vas a tener que competir con doce. Así que vas a tener que aceptar si te dicen que te contratan solo el viernes o el sábado en un pueblo de la Sierra de Córdoba. Y después ya buscará otro contrato.
P.¿Por qué son tan pocos los profesionales que quieren ser médicos de familia?
R.La Atención Primaria realmente es el paradigma del médico. El médico global es el médico de Atención Primaria, el médico de cabecera, el que conoce a la familia, el de toda la vida, el que orienta cualquier cosa. Pero, claro, hoy día se han convertido en los porteros del sistema y con mucha presión asistencial, mucho más desde la pandemia, y con mucha gestión burocrática. Además, tienen que estar siempre con el trámite de las bajas, de la prescripción de medicamentos... En fin, que muchas veces son, un poco más, tramitadores. Y esto no debería ser así, porque la medicina de familia es mucho más y, evidentemente, por eso, muchas veces aspiran a otras cosas.
P.Cada curso son miles, los alumnos que no pueden acceder a la UCO por falta de plazas en el grado de Medicina.
R.La imagen de la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba es muy reconocida; no podemos quejarnos. Tenemos trayectoria y tenemos un prestigio, sin duda. Pero con la presión social que hay, realmente da igual. Es decir, una facultad de nueva apertura, como pasó en Jaén y en Almería hace dos años, como ha pasado en Huelva este curso, al final tienen mucha más demanda que las plazas que ofertan. Hay tanta gente que quiere estudiar Medicina que da igual. Jaén acaba de abrir y no sabemos cómo será, pero hay muchas peticiones, más de las que plazas que oferta. En Córdoba tenemos mucha más demanda que oferta y esto se solucionaría de otra forma, no abriendo de una manera tan desproporcionada el número de nuevas facultades e incrementando el número de estudiantes. En los últimos diez años, se han pedido al Consejo General de Colegios de Médicos de España 36.400 certificados de idoneidad, que piden los médicos españoles para irse a trabajar en el extranjero, aunque lógicamente todos los que lo piden no se van. Pero en algún año que se ha hecho una estimación y, entre el 15 y el 20% de los que piden el certificado más o menos se van. Lo que hay que hacer es gestionar mucho mejor los médicos que salen. Si es que en 12 años va a haber muchos médicos y muchos van a estar en paro o teniendo que aceptar condiciones laborales muy precarias. Además, tenemos dificultad para que el profesorado se acredite.
P.¿También en la Universidad de Córdoba?
R.Para acreditarse a la figura de profesorado universitario, tipo titular o catedrático o contratado doctor, hay una serie de requisitos. La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) pide de no solo impartir horas de docencia, sino mucha investigación en revistas muy punteras y muchos no tienen tiempo de hacerlo. Como no se pueden acreditar, acabar siendo profesor en una universidad con un contrato en exclusiva es un esfuerzo ímprobo. Por ejemplo, en Otorrinolaringología no tenemos ninguna figura de profesor acreditada, tampoco en Ginecología, mientras que en Cirugía, nos quedan dos profesores acreditados que se van a jubilar ya. El resto son profesores asociados.
P.¿Qué puede hacer usted como decano para revertir esta tendencia?
R.Ahí yo no puedo hacer mucho. La Conferencia Nacional de Decanos de la Facultad de Medicina en toda España presiona mucho al Ministerio y a la Aneca. Y es verdad que en los últimos años han bajado un poco el listón que piden para acreditaciones y, ahora se están acreditando algo más. En su momento se pusieron unos listones muy altos, especialmente en investigación. Está claro que los profesores universitarios tenemos que investigar, pero esto no deja de ser una institución de enseñanza superior. El listón se ha bajado porque lo que había era una locura y, especialmente en los profesionales sanitarios es un problema porque no se puede dedicar full time a hacer investigación.
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