Los procedimientos concursales aumentaron un 37,14% en Córdoba durante el año pasado, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este aumento no se registró ni a nivel nacional ni a nivel andaluz, donde los concursos de acreedores cayeron un 2,32% y un 1,31%, respectivamente. Según las cifras del INE, las declaraciones en quiebra aumentaron tanto por parte de las empresas, casi un 7%, y también por las familias, un 220%.

Este último dato es el que más llama la atención, ya que 2017 fue el año en el que más familias cordobesas se declararon en quiebra, un total de 16. La cifra puede parecer pequeña, pero si se observan los años anteriores se aleja mucho de la media. El año anterior, 2016, registró cinco familias únicamente, y habría que irse hasta 2011, seis años atrás, para encontrar un dato más o menos similar, cuando se registraron 14 familias. Eso sí, las facilidades burocráticas que tienen las empresas para declararse en quiebra son muchísimas más que las que se encuentra una familia o una persona física. Todo este trámite debe hacerse a través de la Ley de Segunda Oportunidad, que permite exonerar tanto a particulares como a autónomos de sus deudas, tal y como se hace con las empresas que se declaran insolventes y a través del reparto de su patrimonio saldan sus deudas. Para que una familia pueda realizar este trámite debe acreditar ser deudor de buena fe, tener más de un acreedor y demostrar que no puede pagar esas deudas. Aunque parezcan requisitos fáciles de salvar sobre el papel, en la práctica resulta más complicado y eso se percibe en las cifras ya que, según el Consejo General del Poder Judicial, apenas una media de 700 familias se acoge a este régimen de manera anual en España.

En cuanto a las empresas que se declararon en quiebra, durante 2017 se registraron un total de 32, por las 30 del año anterior, lo que deja un incremento de en torno al 7%. Esta subida se registra tras tres años consecutivos de descensos y después de unos años de crisis donde se alcanzó una media de casi 60 negocios acogidos a estos concursos. Por sectores, la industria y la construcción fueron aquellos a los que la mayoría de empresas de este tipo se dedicaban, 14, mientras en la agricultura, por ejemplo, no se contabilizó ni un concurso de este tipo. También las hubo dedicadas a la hostelería, a actividades profesionales científicas o al comercio. En cuanto a los trabajadores que tenían, el reparto es variado predominando aquellas que tenían solo entre uno y dos empleados y hasta cinco autónomos. Además, una de estas empresas tenía más de 100 trabajadores. Hasta seis de las mismas tenían más de 20 años de antigüedad y nueve, menos de ocho años.