Una empresa sobradamente conocida

La sociedad ocupa un discreto local ubicado en el mismo centro de la capital

R. C. M.

04 de febrero 2008 - 01:00

Quienes conocían a los propietarios de uno de los inmuebles que la Policía Nacional registró el pasado miércoles dentro de la Operación Troya se han desayunado con una operación policial para una empresa sobradamente conocida de venta de oro. Joyeros por tradición familiar, como buena parte de los integrantes del sector, se trata de una sociedad que se especializó en nutrir de oro a los fabricantes. Sin embargo, los vecinos de la sede, ubicada en pleno barrio de la Trinidad, se quejan de una excesiva actividad nocturna en la sociedad sin que un solo agente de la Policía comprobara qué estaba sucediendo en el local. "Se veía venir de lejos", afirman los más desconfiados del barrio.

Y resulta importante, sobre todo, la enorme cantidad de dinero que, según la Policía, se ha defraudado al erario público -en torno a 33 millones de euros entre los tres implicados en la intervención- o las triquiñuelas de ingeniería contable que, presuntamente, usaron para sortear los controles de la Hacienda Pública. Hay quien asegura que esta empresa ya tuvo problemas hace años con la ley, aunque no son capaces de determinar cuáles. Operaciones como la del caso IVA (fiscal) o Fénix (penal) salpicó a no pocas sociedades mercantiles del sector.

Sin embargo, como en todo barrio, también hay personas que dicen desconocer todo lo que presuntamente sucedía en el taller de la calle Montemayor. "¿De verdad han detenido a los trabajadores de esta empresa?", preguntaba un vecino de la sede social de la firma, al tiempo que destaca que "no sabía ni que aquí se vendieran joyas". Y es que la sede de la empresa reúne muchos de los tópicos que se la han aplicado a las actividades discretas. Ningún símbolo externo, ni placas, ni logotipos. Ayer, domingo, obviamente todo estaba cerrado a cal y canto. La decisión policial y judicial de hacer públicos los hechos varios días después de que se realizasen las detenciones ha permitido que no se repitan las escenas de otras operaciones.

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