Poco se habla de los abalorios, sin embargo, estos pequeños detalles son los que marcan la diferencia a la hora de asistir a un evento social. Bien es conocido que la joyería cordobesa arrasa internacionalmente, no obstante, no todo es oro o plata. Es el caso del joven diseñador cordobés Manuel Conde, que, sin necesidad de manejar diamantes, crea auténticas joyas para cualquier ocasión a través de los diseños de su firma, Sastrecillo Conde. Además, celebrities, como Carmen Lomana, o la presentadora de televisión Emma García, han apostado por algunos de sus diseños este verano.

Desde la cuna, con aguja y dedal. El diseñador afirma que se inició en el mundo de la moda de una forma “natural y progresiva”. Se crió entre costuras y recuerda cómo “acompañaba a mi madre a comprar telas, a la mercería y al zapatero para que le forrara cinturones para sus vestidos”. Poco a poco y con buena letra, “ese mundo fue despertando en mí la creatividad, algo que a esa edad no sabía lo que era”.

Lo que empieza como una afición, termina con una buena formación. Su madre le hizo amar una dedicación que no se haría notar hasta años más tarde. Conde se animó y “pasé a ayudarla, le cosía algún botón, le cortaba alguna cinta…”. Sin embargo, fue a los 14 años cuando se apuntó a unas clases extraescolares de corte y confección. “Esto me hizo confirmar más aún que esto era lo que quería”, explica.

"Tras estudiar costura, aprendí que en este mundo, la perfección prima sobre todo"

Su pasión por la moda creció y entonces “llegó la hora de estudiar patronaje y costura, pero de verdad”. Estudió en una academia y su maestra era “una señora que en los años 50 emigró a París, donde trabajó unos años para Christian Dior”, explica. ¿El mayor aprendizaje con ella?: “En este mundo la perfección prima sobre todo”, señala.

Con formación y títulos en mano, “empecé con el típico coser para la calle”. De esta forma, adquirió “soltura y confianza para tratar con las clientas”. Así fue como decidió abrir su propia tienda. “Allí vendía prendas exclusivas y confeccionaba a medida”, aclara.

Entre patrones y telas, “el mundo de las perlas, piedras y fornituras” hizo que la costura quedara a un lado y se centró en los abalorios. De forma autodidacta y con los consejos de sus amigos, joyeros y plateros, mejoró hasta que “me gustaban los resultados y, lo más importante, a las clientas también”, destaca.

Uno de los diseños.

Tras seis años, con la crisis “decidí cerrar y empezar a trabajar para Garbo Complementos”, donde dispone de un taller. La propietaria de Garbo, Nieves Gallego, confía en su talento y “delega en mí la libertad de diseñar”. No es para menos si cuenta con clientas tan destacadas en la moda nacional. Sobre un diseño en rojo, que encargó Carmen Lomana, la celebrity indica que “me los pongo mucho” y, sobre otros que tiene en tonos azules: “¡son preciosos!”

Según Conde, este verano “ha llegado con una tendencia étnica en clave de chic”. Los textiles frescos, así como los bolsos con materiales, como cuerda y paja, hacen que esta temporada apueste por “las caracolas del mar, la madera o incluso la guita.

Carmen Lomana con uno de los diseños.

Todos estos quedan ideales combinados con piedras, perlas naturales y fornituras chapadas en oro mate”, recomienda. Asimismo, “el maxi pendiente regresa y lo ha hecho pisando fuerte, es el complemento estrella”.

¿Cuáles son los mejores colores para lucir en los meses estivales? Aconseja la combinación con colores llamativos. El rojo con rosa puede ser un buen acierto.

Por otro lado, indica que “los pendientes joya están abandonando la exclusividad de ser reservados para eventos especiales y han pasado al street style”. Un maxi pendiente con un vestido lencero y sandalia de cuero plana y “el look funciona de maravilla”.  También, afirma que el perfil de clienta ha cambiado y “ahora son chicas más jóvenes y atrevidas que llegan animadas y dispuestas a llevar estas piezas en verano”.

Todos los diseños se pueden adquirir en las tiendas de Garbo Complementos (Córdoba) o Hécate (Granada), y a través de Instagram –@sastrecilloconde–.