política Tres semanas para las elecciones generales

21 días desesperados

  • Los partidos entran en la fase final de la campaña con un PP desatado en las encuestas

Tres semanas, 21 días. Los partidos políticos llevan días con una actividad frenética y les espera el periodo con una mayor apertura de agenda. La campaña electoral, que empieza la próxima semana (son los 15 días naturales previos a las elecciones), arranca con el aldabonazo de unos datos de desempleo particularmente horrorosos, que colocan el desempleo por encima del 33%.

Con esos mimbres sociales y un PSOE desgastado, la pregunta no es ya si ganará el Partido Popular sino por cuánto. Lo dice un experto en cuestiones de Sociología y encuestas de forma contundente. El director del IESA, Eduardo Moyano, lo afirma de manera rotunda. Los resultados están "tan decantados" a favor del PP que cuestiones locales o las dinámicas de los partidos en Córdoba no van a tener una relevancia de entidad a la hora de conocer el resultado de la circunscripción.

¿Tan decantado está?

Sólo hay que revisar las encuestas desde hace muchos meses. Los populares están jugueteando con una mayoría absoluta holgada y aspiran a ser primera fuerza política en plazas que tradicionalmente le han sido hostiles o adversas como Andalucía o Cataluña. En Córdoba, los populares tienen actualmente dos diputados y un senador. Aseguran que tienen la oportunidad -adelantar los resultados electorales se ha convertido en una estrategia más de campaña- de invertir la situación para llegar a los cuatro diputados y quedarse con tres de los cuatro senadores que se ventilan por esta tierra.

Populares y socialistas conforman una especie de haz y envés en sus estrategias electorales. Los socialistas, con Rosa Aguilar a la cabeza, preparan una estrategia centrada en una candidata de tirón sabedores que la marca PSOE en estos momentos no pita. A las elecciones se presenta, en primer lugar, Rubalcaba (el partido ha optado por esconder las siglas y darle prioridad al candidato) y por Córdoba será Rosa. Aquí se visualizará en un acto conjunto del exministro del Interior, que se está preparando, similar al de Rodríguez Zapatero hace cuatro años en Valdeolleros.

Yin y yan. El PP llega a las elecciones con su votante activado, como se pudo ver en las municipales. Los socialistas tienen que hacerlo. La estrategia la explica la vicesecretaria general del partido, Soledad Pérez, que trabaja con el secretario de Organización, Miguel Serrano, en la coordinación de la campaña.

Los socialistas han optado por dos fases. Una primera temática, hasta el día 3, donde dedicarán cada día a un tema con el lema Pelea por. Los temas no son neutros: educación pública, sanidad gratuita y universal, estado del Bienestar. Temas orientados a la médula espinal del votante de izquierdas ante la llegada del centro derecha al Ejecutivo. "Tenemos que recordarle a la gente cómo fueron los años de Gobierno del PP", explica Pérez. Signo de los tiempos, si el votante no va al político, el político irá al votante. Los socialistas repartirán información sobre educación en los colegios, sobre sanidad en los hospitales. "No damos nada por perdido y haremos un trabajo puerta a puerta", asegura la también directora general el Instituto Andaluz de la Mujer.

El PSOE explora en toda Andalucía tierra ignota. Por costumbre, sus campañas estaban diseñadas con el paquete de las generales y las autonómicas en un dos por uno. Ahora se tiene que centrar en las generales con un referente marcadamente ligado a la gestión de Zapatero, como Rosa Aguilar. El día 3 arranca su campaña en el primero de sus actos sectoriales, que se centrará en el turismo con la ministra, Miguel Ángel Moratinos y Juan Pablo Durán como oradores. La amenaza popular y su programa oculto es el argumento central de la campaña socialista. El programa oculto, los recortes en los servicios básicos. Un argumento, probablemente el mejor de los disponibles, que está a mano.

En el PSOE son optimistas. Creen que la opinión sobre Rosa Aguilar, teniendo en cuenta además que la circunscripción provincial, es muy favorable. Eduardo Moyano lo duda. "Es irrelevante", explica. Un informe reciente del IESA asegura que, en las municipales, contribuyó a que el descalabro socialista no fuera de proporciones épicas con una transferencia de voto. En este caso, asegura el director del instituto, el caso tiene un matiz: la llegada de Aguilar a la cabecera de la lista del PSOE se ha realizado con una evidente "sensación de división interna" provocada, entre otros factores, por su enfrentamiento con la exministra de Cultura Carmen Calvo.

Los populares enfocan su campaña electoral, que abrirá el propio Mariano Rajoy, de una manera distinta. Su candidato al Congreso, Federico Cabello de Alba, no dispone de un conocimiento popular ni una valoración como la de su oponente socialista. Sin embargo, asegura el director del IESA, tampoco lo necesita. Las listas provinciales, explica, tendrán una escasísima incidencia en el resultado final. Rubalcaba, en el PSOE, resalta su perfil personal, por encima de siglas. Mariano Rajoy, por su parte, es todo lo contrario, "no ejerce un liderazgo fuerte".

¿Dónde recibe la fuerza del PP?

Precisamente, en el partido, en sus siglas, independientemente de las caras que lo representan. Moyano explica que es una opción política que, en estos momentos, no tiene casi indecisos generado por una situación socioeconómica "que va a condicionar como nunca el resultado dado el desgaste del Gobierno socialista". Ni siquiera la condición de Rosa Aguilar como ministra de Agricultura le da un plus dada la irrelevancia relativa del número de agricultores de cara al resultado final. Tampoco que Cabello de Alba sea alcalde -de Montilla- o que la lista popular se haya enfocado en este sentido tendrá importancia. El contexto sociológico es el mismo de las municipales y no ha pasado el tiempo suficiente como para que ese resultado tenga más consecuencias que las previstas.

El PP ha metido en un paquete la palabra cambio a la que pretende sacarle casi tanto jugo como el PSOE en 1982. La exhibió en las municipales, será el eje de su campaña electoral y continuará hasta las autonómicas, para las que necesita sí o sí una mayoría absoluta ante una previsible coalición entre socialistas e IU.

"Optimismo sin euforia". Ese es el mensaje que se ha trasladado a todas las estructuras locales del PP, según uno de los coordinadores de campaña del partido en Córdoba, Adolfo Molina (el segundo es Miguel Ángel Torrico, quien dirige los trabajos en la capital). El político popular asegura que en el PP se trabaja con un escenario alto de participación como consecuencia de las "ganas de cambio político". El mensaje, en cualquier caso, es no echar cuenta de las encuestas "hasta el último día", tan favorables, para no producir la situación inversa: la desmovilización por exceso de confianza.

Hasta el momento, los populares se han centrado en actividades sectoriales en los municipios de la provincia apoyados por las juntas locales del partido. Autónomos, pequeños empresarios, profesionales. Ese ha sido el primer tramo de la campaña centrado en la cercanía. El desarrollo cambiará a partir del día cuatro cuando está previsto el acto electoral de Mariano Rajoy en la Caseta Victoria, en un acto matinal.

Desde la campaña, se asegura que más que el papel de alcalde de Federico Cabello de Alba, está teniendo mucha relevancia su experiencia como secretario general del partido, que es el cargo interno que tiene la responsabilidad de la coordinación de las juntas locales de toda la provincia. A partir de ahí, y con la actual depresión económica, el discurso está casi servido: creación de empleo y actividad económica, reforma de la Administración, apoyo a los emprendedores. Y primeras figuras. Aparte de Rajoy, los populares han iniciado el rosario de visitas de sus principales dirigentes a la provincia como Soraya Sáenz de Santamaría (hasta ahora portavoz parlamentaria del PP) o el exministro Miguel Arias Cañete. A su vez, exporta. La cabeza de lista al Senado, Beatriz Jurado, está realizando campaña en el resto de circunscripciones como consecuencia de su papel de presidenta nacional de Nuevas Generaciones.

En las afueras extraparlamentarias, hace frío. Un montón de frío. Izquierda Unida, el Partido Andalucista y Equo son los partidos que aspiran a ocupar un hueco. IU tuvo presencia parlamentaria hasta los inicios de la década pasada cuando el crecimiento electoral del PSOE se llevó por delante un escaño que hasta entonces se consideraba plaza segura. En este paquete de partidos extraparlamentarios, IU es el que lo tiene mejor dado que, económicamente, cuenta con presencia municipal, provincial y en el Parlamento de Andalucía. Bartolomé Caballero es el cabeza de lista al Congreso (Francisco Javier Cobos se presenta por el Senado pero sus posibilidades son nulas por el sistema mayoritario de asignación de escaños) y ha iniciado su campaña con mensajes nítidos para el electorado de izquierda ante la crisis política del PSOE.

Los dirigentes de la organización sostienen que las encuestas le dan la oportunidad de recuperar el escaño gracias al 7% largo de intención de voto que le dan las encuestas. IU ha establecido guiños inequívocos al sector del electorado más cercano a las tesis que baraja el llamado movimiento de los indignados apostando por iniciativas de banca pública, reforma fiscal y preservación de los derechos laborales.

Las estrecheces de la margen izquierda

Lo cierto es que la margen izquierda del PSOE está tan concurrida como falta de medios. Los nacionalistas han optado por un andalucista sin carné, Antonio Manuel Rodríguez, profesor de Derecho y articulista. Rodríguez expone que la carencia de medios con la que tiene que lidiar ha abocado al partido a tirar del trabajo de voluntarios. El candidato asegura que más que concurrir en unas elecciones está "defendiendo una causa".

La campaña se está centrando en un contacto permanente con las estructuras locales del PA, personas que son "auténticos resistentes". "Queremos devolver la ilusión, acabar con el desaliento y los prejuicios por medio de una campaña artesanal, sencilla e imaginativa", afirma. Rodríguez y Sebastián de la Obra, candidato al Senado, son las apuestas de la secretaria general del PA, Pilar González, por una revisión de las estructuras del partido. A falta de dinero para los medios tradicionales de la campaña, Rodríguez pelea contra la falta de oportunidades en las redes sociales y en el contacto directo. Más democracia y más Andalucía son los lemas de la campaña del PA que tiene muy complicado reunir los votos para conseguir escaño pero que está haciendo el ruido suficiente como para hacerse oír.

Menos a la izquierda, con un mensaje nítidamente antinacionalista y una peculiar organización interna, se encuentra Unión Progreso y Democracia, que se presenta por segunda vez a unas elecciones generales en Córdoba. Un diputado cuesta en Córdoba, aproximadamente, 32.000 votos y los registros de este partido se encuentran todavía lejos de esa opción. UPyD ha conseguido asentarse de forma importante en zonas de España como Madrid.

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