Un día para dedicárselo a los niños

Las calles de la ciudad suelen estar desiertas el primer día del año y no es para menos, ya que después de una noche de fiesta, como es la del 31 de diciembre, los cordobeses suelen sobrellevar el tradicional día de resaca. Sin embargo, no todos los ciudadanos viven el día 1 de este modo. "Los que tenemos hijos podemos contar las noches de fiesta con los dedos de la una mano", apuntó Rafael Gutiérrez, que ayer paseó a sus hijos, Andrés y Carmen, en La autopista de Navidad, instalada por el Centro Comercial Abierto Centro Córdoba en el bulevar de Gran Capitán. Este padre de familia aseguró asimismo que "tener a los críos en casa todo el día es muy complicado", de ahí que decidiera "dar una vuelta por el centro". El problema es que "todo está cerrado, así que las atracciones infantiles han sido nuestra salvación". Y es que los cacharritos del centro vivieron ayer uno de sus días más fuertes ante la ausencia de actividad en el resto de la ciudad.

Como Rafael, otros progenitores disfrutaron ayer de una tarde lúdica con sus hijos en el Bulevar, donde por 2,50 euros los menores se dieron un paseo en Los Globos o en La Autopista de la Navidad. Algunos, incluso, se atrevieron a montarse con ellos en los cacharritos. Fue el caso de María Moreno, quien aseguró que "los globos se elevan bastante y no me fío de mi hijo, así que me he subido con él para que pueda disfrutar". En estos días de fiesta "hemos pasado mucho por el Bulevar y siempre me pide subirse, pero por falta de tiempo no lo hemos hecho hasta hoy -por ayer-", añadió, Moreno.

Como suele ser habitual en estos casos, los padres y abuelos no dejaron pasar la oportunidad de inmortalizar el momento con sus cámaras de vídeo y teléfonos móviles. "Es normal", afirmó Pedro Benítez, "las tecnologías sirven para esto". Por su parte, los abuelos se preocuparon más de la seguridad de las atracciones y de que sus nietos cumplieran con las normas de uso, porque "hay que empezar bien el año, sólo faltaba que tuviéramos un accidente", dijo Carmen, quien señaló que su hija y su yerno le dejaron a "Carlitos en casa para salir en fin de año".

Para los niños, las atracciones son mucho más que dar simplemente una vuelta, ya que cada vehículo de paseo de La autopista de la Navidad supone ser policía, bombero, Barbie o uno de los Action man. Carlos, nieto de Carmen, eligió "el coche de bomberos, dice que de mayor quiere ser conductor y tocar la sirena". Un mundo de fantasía infantil que ayer se mezcló con la resaca de los adultos y la nula actividad social.