Las clases presenciales se acabaron de un día para otro en marzo por la pandemia del coronavirus. De buenas a primeras desapareció la docencia de toda la vida y llegó la enseñanza virtual. Sin embargo, este hecho no fue motivo para que los casos de agresiones y amenazas contra el profesorado decayese o, simplemente, desapareciera. No ha sido así y, el servicio del Defensor del Profesor del sindicato ANPE ha trabajado durante estos meses de manera virtual para poder atender a las demandas que recibía de los docentes afectados por casos de ciberacoso.

En concreto y, según los datos facilitados por ANPE Córdoba, a lo largo del pasado curso y tras el cierre de las aulas por el coronavirus "a pesar de no tener contacto físico, sí hubo unas amenazas veladas, respecto a la modificación de las calificaciones de un alumno por parte de un progenitor".

Es por ello, que las llamadas, aun cuando siguen siendo numerosas, han descendido también, respecto al curso anterior. Las más significativas son las relacionadas con problemas para dar clase por actitudes diversas de los alumnos, falta de respeto hacia el docente, problemas con el equipo directivo y alguna con la Administración educativa.

Otro de los aspectos que indican es que son conscientes de que "hay más casos pero el miedo a represalias, la apatía o el conformismo hacen que no se denuncien y queden en el olvido".

En el caso de las incidencias ocurridas en Córdoba se elevan a la docena; en este caso, desde ANPE las diferencian según el protagonista de las mismas. Así, se han detectado dos problemas para dar clase por parte del alumnado, además de otros dos casos de falta de respeto hacia el docente y una amenaza.

Las familias, al igual que en cursos anteriores, también han tenido este tipo de comportamientos contra el profesorado, en esta ocasión de manera virtual, según los datos de este servicio de ANPE. En concreto, el Defensor del Profesor ha atendido el caso de una amenaza por parte de una familia hacia un docente y también han registrado dos escritos de denuncia ante la administración, además de contabilizar un caso de presión hacia un profesor por parte de una familia para cambiar las notas de un alumno.

Las denuncias también llegan al equipo directivo y, en este caso, en Córdoba se ha registrado un actuación en la que se ha cuestionado la decisión de un docente ante el equipo directivo y otros dos casos de "situación médica cuestionada por la Administración", según los mismos datos.

Para esta organización sindical, "es de desear que este descenso en el número de casos sea real y no fruto de la situación de pandemia que padecemos". Además, destaca "la labor del profesorado durante todo este tiempo, asumiendo sus funciones sin pestañear, cumpliendo con su deber en todo momento y sintiéndose, en muchas ocasiones, olvidada por la Administración".

En toda Andalucía, del total de casos atendidos el pasado curso un 6% corresponden al nivel de Educación Infantil, un 38% a la Educación Primaria, un 42 % a la Enseñanza Secundaria, un 2% a Bachillerato, un 3% a los Ciclos Formativos, un 5% a la Formación Profesional Básica, un 2% a la Educación de Adultos y un 2% a las Enseñanzas de Régimen Especial.

Desde ANPE también hacen especial hincapié en que "debido a la situación tan especial por la que atravesamos, el docente está pagando un gran coste emocional, a pesar de los grandes esfuerzos de adaptación realizados. Esto ha ocasionado que se resienta tanto su salud física como mental". Del total de docentes atendidos, manifestaban un gran nivel de estrés y ansiedad un 85%, mostrando síntomas depresivos un 15%. Un 10% de ellos estaban incluso de baja laboral, como consecuencia de la situación.

ANPE puso en marcha este servicio en 2005, desde el que presta apoyo psicológico y jurídico, además de atención de carácter administrativa. Entre otros consejos, el sindicato expone que si el profesor tiene problemas con las familias no tienen que atenderlos en solitario e insiste en que en este tipo de casos el docente acuda al encuentro acompañado por algún compañero.