Lejos de descender, el número de denuncias por casos graves en el teléfono del Defensor del Profesor que gestiona el sindicato de enseñanza ANPE se ha duplicado en apenas un año. Así, en el último ejercicio escolar se han detectado una quincena de casos, por los ocho registrados en el curso 2018-2019.

Desde el sindicato han indicado que en Córdoba "se han recibido multitud de llamadas por diversos temas, como pueden ser problemas para dar clase por indisciplina de los alumnos, problemas con el equipo directivo o con la administración educativa" y han añadido que han elevado a la calificación de "caso grave" a 15 episodios. 

En concreto y, según la información facilitada por ANPE, uno de los casos atendidos se ha debido a la agresión hacia un profesor, mientras que otros dos casos han sido porque el profesorado ha encontrado problemas a la hora de poder impartir clases. A estos tres se suman dos casos de falta de respeto hacia los docentes y una amenaza. Todos estos casos han estado protagonizados por el alumnado.

Pero los padres también han sido motivo más que suficiente para que el profesorado denuncie su comportamiento en este servicio. Así, se han registrado dos casos de acoso de padres de alumnos hacia los profesores de sus hijos y, además, se ha interpuesto una denuncia ante la Administración por esos estos hechos. Además, los docentes han denunciado un caso por haber recibido presiones por parte de la familia para que modifique la nota de su hijo. 

Pero aún hay más porque el Teléfono del Defensor del Profesor también anota casos relacionados protagonizados por los docentes, pero relacionados con sus compañeros de trabajo o con los equipos directivos de los centros educativos. En este caso, a lo largo del pasado curso se denunció un caso por la imposibilidad de aplicar el reglamento del centro, mientras otro por la apertura de un expediente disciplinario. Dentro de este apartado se suman tres episodios vinculados con problemas con la Administración. 

La organización sindical, además, ha reconocido que "sabemos que hay más casos, pero el miedo o la apatía hacen que no se denuncien".

El servicio que presta ANPE al profesorado –que se puso en marcha en 2005– a través de este teléfono de ayuda cuenta también con un psicólogo, que es el que atiende cada caso que llega. Se trata de una primera toma de contacto esencial para cualquier docente amenazado o que ha sido insultado mientras ejercía suprofesión. Tras ella, se hace un seguimiento telefónico y si es posible se realiza una entrevista personal para comprobar el estado del profesor.