El lado oculto del coronavirus: la mitad de los cordobeses manifiesta episodios de depresión, ansiedad o estrés
Informe 'Repercusiones psicológicas de la COVID-19 en Andalucía'
Córdoba presenta unos niveles por encima de la media andaluza, según la encuesta de la Fundación Centra sobre la salud mental tras el impacto del covid-19
El estudio revela que uno de cada cinco habitantes de la provincia ha tenido riesgo de suicidio, bien con pensamientos o con intentos de llevarlo a cabo
Casi la mitad de la población cordobesa admite sufrir episodios de depresión, ansiedad o estrés, lo que se traduce en malestar psicológico general, como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Es la cara más oculta de una crisis sanitaria que continúa latente, con reflejo directo en contagios, hospitalizaciones y, sobre todo y desgraciadamente en fallecimientos, y otro más indirecto como consecuencia de ese covid persistente que deja secuelas físicas (respiratorias, de movilidad…) en aquellas personas que fueron infectadas por el virus SARS-CoV-2 mucho tiempo atrás.
Esta es la principal conclusión que se extrae del informe Repercusiones psicológicas de la COVID-19 en Andalucía, elaborado por la Fundación Centro de Estudios Andaluces (Centra) y que se ha convertido en el primer estudio que analiza las consecuencias que la pandemia ha dejado en salud mental en la población de la comunidad autónoma. La muestra total de la encuesta, realizada en los meses de abril y mayo de este 2021, es de 3.600 personas, mayores todas de 18 años, y repartidas por las ocho provincias.
Los objetivos básicos de esta investigación han sido analizar el impacto psicológico de la pandemia y del confinamiento en relación con los niveles de ansiedad, depresión, estrés, malestar psicológico general, miedo a contagiarse, problemas de pareja o riesgo suicida, entre otros; estudiar actitudes frente a la vacunación, o comparar niveles de sintomatología psicopatológica en función de si se ha estado infectado o no de la enfermedad. Y los resultados confirman la importancia de dar valor a la salud mental y su tratamiento tras el impacto que ha provocado el covid en personas que ya tenían problemas psicológicos o que bien los tienen como consecuencia del mismo.
En cuanto a Córdoba, las cifras finales colocan a la provincia por encima de la media de la región en niveles de depresión (46,1% de cordobeses con algún grado de la enfermedad, por el 37,1 de andaluces), ansiedad (46,9% por 38,7%) y estrés (39,8% por 34,4%), y confirman así la conclusión de que casi el 54% de la muestra estudiada manifieste que se siente con mayor malestar psicológico general. Málaga, Sevilla y especialmente Granada están también en ese grupo con los promedios más elevados en el conjunto de todo el análisis, con Almería y Huelva en el punto opuesto, y Jaén y Cádiz situados en la mayor parte de los parámetros en una categoría intermedia.
Depresión
La Escala de Depresión, Ansiedad y Estrés (DASS-21) que evalúa esos síntomas en función de unos parámetros de autorreporte establece en Andalucía una puntuación media de 4,35, que no es un valor muy alto, algo que sí ocurre en Córdoba, que se sitúa en 5,26, solo superada por los 5,60 de Granada y muy lejos del margen que marca en el otro extremo Almería (2,19).
De hecho, al agrupar las puntuaciones de acuerdo con los distintos niveles establecidos (normal, leve, moderado, grave y muy grave), se observa que un 37,1% de los andaluces posee algún grado de depresión, lo que representa una cifra elevada. De hecho, Córdoba es la provincia en la que más personas se ubican en el grado muy grave (9,0%), mientras que el 8,0% lo están en el grave, el 16,5% en el moderado y el 12,5% en el leve. De esta forma, solo el 53,9% de los cordobeses se ve en niveles normales de depresión, porcentaje que únicamente supera Granada.
Ansiedad
Al igual que la depresión, la puntuación media de la muestra total, evaluada con el DASS-21, está entre normal y leve (3,82), si bien el conjunto de todos los niveles superiores a normal representa el 38,78%, que es muy alto. Igualmente, Almería (2,22) y Granada (4,84) están en los extremos, con Córdoba de nuevo a la estela de la provincia granadina con una puntuación de 4,70.
En cuanto a los valores porcentuales por niveles, Granada sí establece ahora el mayor número de casos muy graves (17,2%), seguida de Córdoba (16,8%), que vuelve a tener apenas la mitad de su población en un estado de normalidad (53,1%), lo que refleja su situación anómala: 7,3% grave, 11,3% moderado y 11,5% leve.
Estrés
Como ocurre con otros aspectos, la puntuación media es relativamente baja (6,04) -Almería (4,29) y Granada (7,12) marcan los extremos otra vez, con Córdoba más cerca de los granadinos (6,78)-, si bien hasta un 34,44% de la muestra, un total de 1.240 andaluces, presenta niveles de estrés por encima del normal.
En esta ocasión, en el valor muy grave destacan Sevilla (4,0%), Cádiz y Jaén (3,9%), quedando la provincia en un 3,3%. Con todo, hay que destacar que solo seis de cada diez cordobeses (60,2%) se ven en valores habituales de estrés, quedando el 10,3% en leve, el 12,8% en moderado y el 13,5% en grave. Con estos números, que reflejan diferencias más significativas entre provincias que la depresión y el estrés, el agrupamiento por provincias es calcado.
Malestar psicológico autopercibido
Este apartado de la encuesta recoge si la persona se encontraba encontraba menos, igual o más que antes de comenzar la pandemia en una serie de estados psicológicos personales. En Córdoba, las respuestas dejaron a la provincia como la de nivel subjetivo de malestar general más bajo, junto a Málaga (2,07), con Almería en el otro extremo (2,19). Cádiz se uniría a este grupo, quedando el resto de Andalucía en el nivel bajo.
En el nivel global de la muestra -no hay datos provincializados en esta ocasión-, 1.089 (30,25%) personas tienen una media de menos malestar psicológico; 569 (15,81%) de igual; y 1.942 (53,94%), de más. En definitiva, más de la mitad de las participantes se perciben con peor bienestar psicológico en el momento de la entrevista que antes de que se iniciara la pandemia.
Miedo al contagio del coronavirus
Es indudable que el miedo a resultar contagiado de covid-19 ha estado muy presente en la sociedad, sea de la latitud que sea. Pero el informe analiza en qué grado lo ha vivido cada persona (ninguno, un poco, bastante y mucho). Así, del total de cuestionados, solo 626 (17,4%) reflejó no tener miedo, mientras que el resto (82,6%) sí, con mayor o menor intensidad, con un 42,69% en las categorías más altas. En esta ocasión, Córdoba se coloca con la mayor puntuación junto a Málaga (2,60), por los 2,10 de Almería, seguida de Huelva (2,14).
Riesgo de contagio autopercibido
Este apartado se encargó de medir la percepción personal de riesgo a contagiarse, con la llamada Escala de Infectibilidad. Establecido un punto de corte en base a unos estudios previos, 2.830 personas presenta un riesgo de contagio bajo, lo que viene a ser un 78,79%, por los 762 (21,21%) que lo tienen alto. La puntuación media quedó en 3,25. Por provincias, las medias varían de los 2,88 de Almería a los 3,46 de Granada. Córdoba se queda en un 3,38, y con un 24,4% de los cordobeses considerando que han tenido un riesgo alto de contagio.
Socialización positiva autopercibida
Este punto sigue para su evaluación las mismas pautas que el malestar psicológico y la socialización negativa, y busca averiguar si el participante se percibe a sí mismo con menos, igual o más comportamientos y cogniciones más prosociales que antes de la pandemia. La media de la muestra es de 2,12, lo que indica que, en general, existe una tendencia a que las personas se vean con una mejor socialización: 766 (21,28%) se consideran con menos; 1.227 (34,08%), igual, y 1.607 (44,64%) con más (este último porcentaje es un valor alto dentro de la muestra estudiada). Apenas hay diferencias entre provincias, si bien Córdoba suma 2,13, entre los 2,09 de Granada y los 2,16 de Almería.
Esta muestra se complementa con la de Socialización negativa autopercibida, en la que los resultados son: 1.452 personas (40,33%) se autopercibieron con menos socialización negativa; 1.652 (37,56%) se valoraron igual, y 796 (22,11%) con más que en la etapa anterior. Con todo, aquí sí hay diferencia entre provincias, quedando Córdoba (1,79) y Málaga (1,78) en las de menor puntuación, con Jaén, Huelva y Almería (1,98) en el de mayores valores.
Problemas de pareja
Siete de cada diez andaluces dijeron que habían estado en pareja durante la pandemia, de los que 1.475 (57,93%) declararon que no habían tenido problemas; 772 (30,32%) que sí, pero los habituales, nada importantes; 203 (7,97%), que sí, problemas importantes, pero que los habían ido solucionando, y 96 (3,77%), que sí y se habían separado.
En cuanto a las distintas provincias, Almería es la que tiene los niveles menos problemáticos, junto con Huelva, mientras que en el lado opuesto está Granada. En Córdoba, el 51,3% declaró no haber tenido problemas, el 33,8% problemas habituales no importantes, el 10,1% problemas importantes solucionados, y el 4,9% acabó en una separación. En todos los casos, la provincia está en el top 3, a la estela de Granada.
Tendencia suicida y riesgo de suicidio
Esta tendencia se ha evaluado con la Escala de Okasha, por el nombre de su autor, si bien puede aparecer con el neologismo de suicidalidad. La puntuación media es de 1,66, lo cual globalmente es bajo, pero estableciendo un punto de corte en base a otros estudios, el riesgo se hace elevado al comprobar que 547 personas (15,19%) lo superan. Como dato, un 1,1 % de personas admitió que habían llevado a cabo algún intento de suicidio.
Las puntuaciones provincializadas oscilan entre el 0,67 de Almería y el 2,24 de Granada, que de la misma manera marcan los extremos porcentuales de riesgo de suicidio, con un 5,5% y un 21,0%, respectivamente. Córdoba, como en otros puntos, queda en una posición delicada con 2,07 puntos y un porcentaje del 20,1%, lo que viene a decir que uno de cada cinco cordobeses tuvo tendencia suicida.
Está claro que se trata de un problema de salud mental importante por sus repercusiones de carácter humano y que lo habitual es que tras eso haya un trasfondo psicológico. Hay que añadir, igualmente, que el porcentaje de personas que están en riesgo suicida (pensamientos más intentos) se va incrementando con la edad -a los 75 o más años llega al 18,0%-, aunque el estudio también refleja una tasa muy alta en cuanto a personas jóvenes.
Condición laboral
Esta variable, analizada también únicamente a nivel regional, recoge si hubo cambios o no en cuanto al empleo a raíz de la pandemia. Del total de la muestra, 1.459 andaluces (40,5%) ha manifestado que se encontraban igual que antes de que la crisis del virus SARS-CoV-2 irrumpiera en marzo de 2020, mientras que y 2.141 (59,5%) que no, siendo en este caso mayoritarios los que han pasado por episodios de depresión, ansiedad, estrés, malestar psicológico general, riesgo de contagio autopercibido y tendencia suicida. Es más, casi el 10% de este grupo que ha sufrido cambios en el ámbito laboral están dentro del porcentaje (15,19%) que ha tenido tendencia suicida, lo que viene a significar que copan prácticamente dos tercios del riesgo de suicidio alto.
Aceptación de la vacunación
Al igual que en otros aspectos, los datos del informe Repercusiones psicológicas de la COVID-19 en Andalucía no están diferenciados por provincias. Con todo, el punto principal es reflejar que en el momento de las entrevistas la campaña de vacunación no estaba tan extendida como ahora y se centraba principalmente en personas de avanzada edad e inmunodeprimidos.
De hecho, de las 3.600 personas entrevistadas, 2.469 aún no habían recibido ninguna dosis. Pero a pesar de eso, el 88,7% afirmó que cuando le tocara su turno cumpliría con el plan de inmunización trazado por Salud. El 11,3% reacio a ser inoculado con cualquiera de los fármacos autorizados dio tres razones principales para esta negativa: no veían segura a la vacuna (60,9%), dudaban de su eficacia (48,5%) y preferían esperar (31,5%).
El perfil de encuestado
La muestra total está compuesta por 3.600 participantes, repartidos por todas las provincias andaluzas, de los que el 48,7% son varones y el 51,3% son mujeres. Las edades comprenden desde los 18 hasta los 93 años, con una media de 49,49 años. Los niveles de formación más frecuentes son los de licenciatura o grado, formación profesional de segundo grado y bachillerato, y en cuanto a la situación profesional, el mayor grupo son asalariados del sector privado, siguiéndole parados que han trabajado previamente, si bien casi el 60% afirma que no está en su condición laboral igual que antes de la crisis. De toda la muestra, el 9,9 % tiene una enfermedad crónica; 302 participantes, han sido diagnosticados por covid-19, y 124 han tenido secuelas de la enfermedad, de los cuales 87 aún continuaban con ellas durante la entrevista.
Los datos y respuestas de los participantes de la muestra fueron obtenidos por la empresa Cotesa, en el periodo comprendido entre el 14 de abril y el 29 de mayo del presente 2021. Las entrevistas se desarrollaron de dos formas; telefónica mediante cuestionario cerrado y estructurado (70%), y mediante cuestionario cerrado y estructurado en una web (30%).
El estudio, presentado recientemente, ha sido dirigido por el doctor en Psicología y director de la revista científica Análisis y Modificación de Conducta, Francisco Revuelta Pérez, en colaboración con el catedrático de Psicología Clínica de la Universidad de La Laguna, Wenceslao Peñate Castro; el profesor de Psicología Clínica de la Universidad de Sevilla, Luis Rodríguez Franco, y la profesora de Psicología Social, Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Huelva, Luisa Rodríguez Fernández.
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