Coronavirus: El 36% de los contagiados en abril en Córdoba son menores de 30 años
Balance sanitario
De los 1.894 casos detectados hasta el sábado, 680 han sido en esta franja, de escasa mortalidad
La campaña de vacunación reduce en un 5% la media de positivos entre los mayores de 65 años
El SARS-CoV-2, el coronavirus que desde comienzos de 2020 –casi la primavera en España– nos ha cambiado la vida, sigue contagiando más de un año después. Solo el éxito de la campaña de vacunación puesta en marcha camino ya de los cuatro meses aventura el final de la pandemia (no de la enfermedad) en un escenario a corto-medio plazo. Hay quien, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se atreve a poner fecha (el mes de septiembre, ha dicho), aunque los más siguen esperando que las guerras políticas con las distintas marcas dejen de pasar factura y estabilicen entregas y pinchazos para marcar un horizonte de nueva nueva normalidad. Pues ha quedado demostrado que el virus no entiende ni de colores, ni de estaciones, ni de latitudes… ni tampoco de edad.
Porque los tiempos en los que el covid-19 afectaba solo a gente mayor ya son historia. Ahí radica especialmente el fruto de la vacunación, cuya campaña en Córdoba ha servido para inocular, con una dosis al menos, a más del 20% de la población –el 10% está cerca de quedar inmunizado con la segunda dosis–, concentrada en personas de alto riesgo, sobre todo por edad. De hecho, mirando solo las dos últimas semanas, las que han transcurrido desde el final de la Semana Santa, los casos entre mayores de 65 años han decrecido más de un 5% sobre su media desde el inicio de la pandemia, siendo ya el grupo con menor tasa de incidencia de todos, por debajo incluso que los niños.
¿Cuál es entonces ahora el perfil del contagiado en la provincia? Partiendo de la base de que en números redondos el grupo más afectado sigue siendo el de 45 a 64 años (587 casos en los últimos 14 días), realmente no es así, pues al concentrar una mayor población, su tasa de incidencia ya queda casi en la media del global de la provincia: 253,8 por 241,2.
Y es ahí donde entra un dato que refuerza la opinión que los expertos han venido lanzando y que hace mención a la especial ligereza con la que los más jóvenes hace ya tiempo que se toman esta lucha cuerpo a cuerpo y en clara desventaja con el virus. En estas dos semanas tras el paso de la Semana Santa, casi el 36% de los nuevos casos ha sido en personas que no alcanzan los 30 años, hasta un total de 489 positivos, lo que arroja una tasa de 377,9 que la sitúa en el doble del promedio de Córdoba.
Y para redundar en esta comparación, un punto más. La diferencia en positivos desde el inicio de la pandemia es de más de 5.000 (14.858 por 9.722), es decir, que entre el total de casos detectados en la provincia, que asciende a 48.470, el sector de mediana edad ocupa el 30,65% y el de entre 15 y 29 años, apenas el 20%. En las dos últimas semanas, los primeros son un 30,99%, mientras que los segundo suben hasta un 25,81%. Por suerte, ambos grupos tienen una baja tasa de mortalidad, inferior cuanto más juventud, pero lejos de la media provincial (117,3), que en números refleja que 846 de los fallecidos tenían más de 65 años y solo cuatro, menos de 45.
Los últimos datos ofrecidos por la Consejería de Salud y Familias el sábado 17 de abril, pues hay que tener en cuenta que la Junta decidió hace una semana que los domingos era buen día para el descanso del covid-19, eliminando su parte diario, contabilizan 1.894 contagios en los últimos 14 días, periodo establecido también para el corte de la tasa de incidencia que marca las distintas restricciones. De esos positivos, 680 son de menores de 30 años, si bien casi el 70% de ellos (casi un 26% del total) los suman personas del grupo de edad entre 15 y 29 años, que tienen un mayor contacto social y durante muchos meses han estado ajenas a la influencia del virus.
Estos porcentajes, que suponen un incremento sobre el promedio desde marzo de 2020 –los positivos en jóvenes entre 15 y 29 años marcaban un 20%– se mantienen casi inamovibles cuando se mira a los últimos siete días, lo que refleja que es una tendencia mantenida y no fruto de casuísticas como las vacaciones de Semana Santa (esos contagios ya han quedado eliminados) o un alivio de las restricciones que no ha sido tal. Es más, es ahora, ante el temor de que esta cuarta ola incipiente, pero sin tintes de tsunami como las otras, cuando el Ejecutivo se ha atrevido a dar un paso más en sus medidas.
También te puede interesar
Lo último