Cada vez más cordobesas buscan aprender defensa personal: "No somos luchadores, tratamos de defendernos, huir y pedir ayuda"

La defensa personal no se limita al combate físico. Al contrario, es una disciplina que a aquellos que la practican les da las herramientas necesarias para actuar de la mejor manera posible ante cualquier peligro que les pueda surgir en momentos puntuales de su vida cotidiana. Un conjunto de habilidades y técnicas que posibilitan repeler o impedir agresiones físicas o de cualquier índole basadas en la prevención, la autoconfianza, la rapidez en la toma de decisiones y el uso adecuado de la fuerza en caso de emplearla que cada vez más cordobeses están interesados en aprender.

Los deportes de contacto son cada vez más practicados entre jóvenes y adultos. Sin embargo, la defensa personal, sin ser considerado un deporte de contacto ni un arte marcial, también está experimentando un auge porque, como señalan los expertos en esta disciplina, "las personas quieren resultados rápidos, conocer movimientos simples que son muy naturales y que les van a ayudar a poder salir de cualquier situación de peligro sin tener que pasar por los entrenamientos prolongados en el tiempo de otros deportes".

Así lo explica el presidente de la asociación Atlante Defensa Personal de Córdoba, Manolo Cortés, más conocido como Emes, entidad que lleva siete años entrenando en Córdoba a centenares de personas para que aprendan a actuar en caso de urgencia: "Los deportes de contactos están en auge y por eso la defensa personal también. En los últimos años hemos tenido un subidón de personas que se apuntan a las clases, son ellos los que nos buscan y cualquier curso y actividad que proponemos, colgamos el cartel de completo en pocos días, incluso tenemos que sacar una segunda clase más adelante por la gente que se queda fuera", asegura el entrenador.

El pasado sábado, en el club Boxing Agoge (avenida Arroyo del Moro, 22), la asociación Atlante celebró su último gran curso multitudinario de defensa personal de mujeres al que acudieron más de medio centenar de personas durante toda la mañana, y porque "no cabía más gente, pues algunas se quisieron apuntar a última hora, pero no había más espacio". En este curso de defensa personal, más de 50 mujeres de todas las edades -desde adolescentes de 14 y 16 años hasta adultas de más de 60 años "sin importar edad ni condición física"- aprendieron "herramientas que ante cualquier situación de peligro pueden utilizar y aprender a huir".

"Trabajamos en defendernos de agresiones que te puedan pasar en cualquier situación, como golpeos, agarres, que te cojan por detrás o te tiren al suelo y, por supuesto, el tema de la defensa ante una violación y también la defensa ante armas como cuchillos y hasta pistolas. Es decir, cualquier situación que se te pueda dar en la calle, la entrenamos con un factor que nos diferencia de un arte marcial: aquí a los entrenamientos le aplicamos el estrés y la ansiedad que vivirías si te pasa en la calle con el fin de adaptarte al 100% a la situación", argumenta Manolo Cortés, quien promete repetir en enero de 2026 este curso cuya recaudación ha sido donada a la protectora de animales de Córdoba Guau Guau.

En el caso de la defensa personal de mujeres, la diferencia con la masculina se centra en que "está más enfocado a evitar secuestros y violaciones en los que se usan técnicas específicas, por ejemplo, agarrar del pelo, que son más comunes en mujeres". Así lo explica el presidente de Atlante, club que semanalmente entrena en el club Boxing Agoge a grupos de adultos con unos 50 alumnos -de 14 a 65 años- y también a una treintena de niños de seis a 13 años en las clases Youth Fighter. En los más pequeños, el trabajo "es distinto", centrado en "la importancia de la seguridad y la confianza" también con una parte "más física" que en adultos.

"En definitiva, con la defensa personal ponemos en práctica un trabajo muy específico para actuar ante cualquier situación que te pueda pasar en la calle. Nosotros no somos luchadores, no hacemos deporte de contacto, nosotros lo que tratamos es de defendernos, huir y pedir ayuda", explica Manolo Cortés sobre esta disciplina que cada vez tiene una mayor aceptación entre los cordobeses.