En primera persona

El testimonio de una cordobesa en Turquía tras el terremoto: "Hay luto en el ambiente"

Ana Zafra, en Menemem (Izmir), en casa de la abuela de un amigo turco.

Ana Zafra, en Menemem (Izmir), en casa de la abuela de un amigo turco.

Hace casi dos años que Ana Zafra vive en Turquía, donde estudia un máster con una beca del Gobierno turco. Esta joven cordobesa está viviendo en Antalya, una ciudad situada a 400 kilómetros del epicentro del terremoto que en la madrugada del lunes quebró la tierra del sureste de la península de Anatolia y su frontera con Siria. Hasta el momento ha causado más de 8.000 muertos (una cifra que va en aumento), además de miles de heridos y desaparecidos bajo los escombros.

Ana está muy integrada en la cultura turca, tiene muchos amigos de ese país y habla bastante bien el idioma, por lo que está viviendo la tragedia como una ciudadana más. Según relata, "hay luto en el ambiente" y la sociedad se ha movilizado para ayudar a los afectados con el envío de mantas, donando sangre y yendo como voluntarios a la zona cero, a pesar de que tienen que soportar temperaturas bajo cero y hay posibilidad de réplicas.

Esta joven se enteró de la noticia por un mensaje que le envió un amigo turco esa misma madrugada y desde entonces no ha logrado conciliar el sueño por la preocupación que siente. El mismo lunes, acudió a donar sangre para aportar su granito de arena, pero era tal la cantidad de gente que había esperando que se tuvo que volver a casa. Según cuenta, algunas personas llevaban más de cuatro horas en cola.

Aunque no logró su objetivo, "la experiencia fue muy bonita" porque mientras esperaba conoció a una mujer rusa refugiada, a ucranianos... "gente de muchas nacionalidades" que quería colaborar.

Mantas recogidas en Antalya, donde vive Ana Zafra. Mantas recogidas en Antalya, donde vive Ana Zafra.

Mantas recogidas en Antalya, donde vive Ana Zafra.

Ana explica que en la zona que ha golpeado el terremoto hay más cultura árabe que turca y en ella viven muchos kurdos y refugiados. De hecho, según señala, puede haber familias con hasta diez hijos residiendo en pequeños pisos.

Así, resalta que hay varias circunstancias que han hecho que esta tragedia sea aún mayor. Por una parte, ocurrió de madrugada, por lo que la gente estaba acostada; por otra, en esta época del año se viven temperaturas bajo cero y, por último, hay mucha pobreza en esa zona. En general, Ana indica que la situación económica de Turquía es mala, pero aún así la población no ha dudado en dar lo que puede para ayudar a los damnificados. 

Esta joven cordobesa fue a Turquía por primera vez en 2019 con una beca Erasmus. El país le gustó tanto que decidió volver y lo hizo con una beca del Gobierno turco para estudiar un máster. Ahora está tan integrada que le gustaría quedarse.

Según cuenta, las primeras horas tras el terremoto "fueron de shock" y luego llegó la "tristeza". En su caso, también "el enfado" porque en estos días ha recibido muchos mensajes de amigos y personas con las que hacía tiempo que no tenía contacto preguntándole cómo estaba: "Yo no soy quien les tiene que preocupar, hay más de 2.000 muertos", asevera Ana, que también entiende que "lo hacen con la mejor intención", pero se ha sentido "desbordada".

El Gobierno turco ha declarado siete días de luto y las clases se han suspendido. Además, los hoteles (Antalya es una ciudad muy turística) han habilitado habitaciones para acoger a las personas que se han quedado sin hogar, mientras que las universidades públicas "han alargado las vacaciones" para disponer de las residencias de estudiantes. "Hay tristeza, expectación y se sigue cada minuto del rescate" a temperaturas bajo cero, concluye.

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