Cultura

La pintora cordobesa Marisa Vadillo homenajea a las mujeres artistas en su exposición 'Outsider'

La pintora cordobesa Marisa Vadillo.

La pintora cordobesa Marisa Vadillo. / El Día

La pintora cordobesa Marisa Vadillo homenajea a las mujeres artistas en su exposición individual Outsider, que acoge la galería Espacio Gala, de la Fundación Antonio Gala, en el número 20 de la calle Ambrosio de Morales de la capital cordobesa, desde mediados de diciembre hasta el día 29 de enero de 2023.

Según recoge la información de la citada fundación, la esencia de la exposición Outsider se inspira en "un juego entre el límite y el exceso de la propia imagen pictórica, recreando en sí -desde el lenguaje contemporáneo- algunas de las condiciones más clásicas de la pintura tradicional, con el fin de llevarla a un territorio personal e íntimo donde la autora ha podido explorar sus inquietudes creativas, centradas tanto en el rol histórico de la mujer creadora como en la fragilidad ecológica".

En la muestra se puede observar el camino pictórico que la pintora ha recorrido en los últimos años, "un camino en el que, desde un planteamiento más tradicional del soporte, ha sometido a su propia pintura y al dibujo a una dinámica de inestabilidad y metamorfosis por la que la imagen clásica pictórica ha sido, en cierto modo, desterrada del bastidor tradicional, asaltando el espacio desde múltiples propuestas".

En estas pinturas, "aparentemente amables en sus formas", se potencia "un sentido poético" gracias a la incorporación del espacio como elemento semiótico, "que permite la ruptura -el desastre- de la propia representación al óleo". La pintura, así, se convierte en "una línea de fuga". En ocasiones, "la imagen pictórica es capturada a través de los medios de digitalización para ser devuelta al medio físico metamorfoseada en nuevos soportes instalativos", resaltan desde la fundación.

Además, apuntan que "la ficción, el espejismo, de la propia materia pictórica es fundamental para entender la complejidad conceptual" de la exposición Outsider, que "invita al espectador a fluir en un laberinto conceptual en el que la distorsión -y algo de perversión pictórica- es esencial para comprender las piezas, dando lugar a nuevos planteamientos formales de la pintura clásica realizada al óleo".

Motivo principal, la flor

En este sentido, la exposición es, en una primera línea discursiva, "un homenaje floral a las mujeres artistas que han pintando flores a lo largo de la historia, bien por convicción, bien por obligación al no permitírseles pintar otros motivos". "A todas las que han sido tachadas de aficionadas, de insignificantes, de 'lo otro' en el mundo del arte oficial por centrar su creación en estos argumentos de la naturaleza", ensalzan desde la fundación, que agrega que es "un homenaje y una relectura a esas 'outsiders', con las que la creadora se identifica".

Así, se toma como motivo principal la flor, "de un modo irónico", de manera que "su manipulación formal y conceptual en esta plástica sirve para crear un juego de apariencias en el que una primera lectura frívola podría simplificar las piezas como cuadros de flores; como elementos meramente decorativos, precisamente por la carga histórica asociada a este tema pictórico".

Con esta exposición se pretende "reivindicar modestamente la trayectoria de aquellas creadoras que fueron relegadas a la consideración de 'aficionadas' o 'autoras menores' por abordar esta temática".

Se plantea así "una vinculación con lo contemporáneo, desde la figuración tradicional, pero manipulando la significación y el tratamiento conceptual para acercarla a la producción contemporánea".

Son obras "llenas de signo, ironía y respeto", realizadas en óleo por una artista actual que "homenajea de una manera sutil a las creadoras del pasado, a esa otra historia de la pintura".

En esta línea, destacan que "las flores bajan a tierra, al suelo, a lo más bajo" como la instalación On the floor (2021); "o bien aparecen como representación digital, exentas y colgadas", como en las piezas Transfiguración (2022), donde se hace referencia a "cierta ascensión tras la postrimería, a un final que es el inicio de la salvación, del reconocimiento, a las creadoras que fueron obviadas en la historia".

La naturaleza como símbolo

La otra línea del discurso dominante de esta exposición tiene que ver con "la fragilidad del medio natural, con la naturaleza como símbolo, que es utilizado para dar forma a inquietudes ecologistas, con el propio desastre de la naturaleza --con la toxicidad que la ha atravesado-- a través de la aparición artificiosa de elementos de plástico como bolsas", como las que invaden la serie Toxic Still Life (2021-2022).

En esta segunda línea también dominan "los bastidores como elementos de agresión, de toxicidad, que comienzan a formar parte de la obra, escapando del soporte", en el año 2017. "El paisaje que va a sumarse aquí es el de una flor salvaje, no elegida ni domesticada, como es la margarita común, desatendida, al margen del mercado floral, pero superviviente", precisan desde la fundación.

Al respecto, dibujos como Abandoned series of drawing (2019) son reflejo de estas inquietudes. En algunas de las instalaciones de esta línea, "la imposibilidad de control absoluto de la forma final expuesta, que genera pliegues, roturas, se acerca al desorden y al caos que establecía Calabrese como alguno de los principios del Neobarroco". De este modo, se recogen "unas piezas en las que el pasado y lo contemporáneo conviven como una forma actual, jugando irónicamente en ese territorio exformal que está entre la belleza y la destrucción absoluta".

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