Córdoba recuerda al pintor Francisco Aguilera Amate en su centenario con una conferencia del profesor Ramón Montes

Cultura

El acto tiene lugar este miércoles, 3 de diciembre, lugar en la sede de la Delegación, situada en Calle Capitulares, 2, con entrada libre

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Francisco Aguilera Amate. / El Día

Córdoba, 02 de diciembre 2025 - 17:18

La Delegación de Cultura y Deporte de la Junta en Córdoba acoge este miércoles 3 de diciembre, a las 19:00, la conferencia Arte y compromiso, dedicada a conmemorar el centenario del nacimiento del pintor Francisco Aguilera Amate (Lucena, 1925- Córdoba, 1989). El acto tendrá lugar en la sede de la Delegación, situada en la calle Capitulares, 2, con entrada libre hasta completar el aforo. Según ha explicado el delegado del ramo, Eduardo Lucena, esta sesión “nos da la posibilidad de evocar una figura histórica del arte cordobés, vinculada con los principales movimientos de las décadas centrales del siglo XX”.

El encuentro estará dirigido por el profesor e historiador del arte Ramón Montes, quien ofrecerá una mirada completa a la evolución artística de Aguilera Amate. El profesor ofrecerá una semblanza de este artista queya en su infancia y juventud manifestó un gran interés por la pintura. En los años 50 desarrolló, según explica Montes, “una abstracción geométrica” y fundó en 1954, junto a varios creadores cordobeses, el Grupo Espacio, “un colectivo dedicado al interiorismo y a las artes aplicadas a la arquitectura” tras colaborar con el arquitecto Rafael de La-Hoz y establecer contacto con el escultor Jorge Oteiza.

Aguilera Amate destacó en el grupo por “una estética de abstracción analítica”, con trabajos para edificios emblemáticos como el Hotel Córdoba Palace o la Escuela de Formación Profesional de Cabra. Tras la disolución, continuó “una ingente cantidad de trabajos de diseño e interiorismo en los años 60”, según explica el profesor Montes.

A finales de los 50 inició un giro decisivo: comenzó a dejar atrás la abstracción geométrica para “abrazar el compromiso social del realismo con el lenguaje expresionista”, integrándose en la Nueva Figuración. En los 60 y 70 su obra refleja “las situaciones, tanto personales como sociales que agreden y angustian al individuo”, lo que explica que “no consiguiera el beneplácito oficial ni el ánimo estético del coleccionista”.

Con la llegada de la democracia, el artista comenzó a sondear “otros centros de interés”. En los años 80 su pintura adquiere “una exquisita sensualidad, sutileza y estilización, incorpora el paisaje y amplía su paleta, llegando a un mestizaje entre la dicción expresionista y la figuración surrealista”, concluye Ramón Montes.

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