El huevo, la harina, el azúcar y la almendra. Estos ingredientes son la base del dulce típico conventual que puede adquirirse en el patio de Vimcorsa hasta el día 8 de diciembre gracias a una muestra organizada por la hermandad del Descendimiento de Córdoba para ayudar a comercializar estos productos elaborados por conventos de clausura y recaudar ingresos para sus comunidades.

Un total de 10 conventos de distintos puntos de Andalucía "tienen aquí un punto de venta en la ciudad", explica Manuel Aguilera, hermano mayor del Descendimiento. "Un sitio privilegiado", nada más y nada menos que en el patio de Vimcorsa, en la calle Ángel de Saavedra, lugar de paso para turistas y todos los cordobeses que se acercan al centro de la ciudad durante el puente de la Constitución.

Esta campaña ofrece esa visibilidad que necesitan todos estos conventos y la oportunidad de vender sus productos en otros lugares que se encuentran al alcance de más personas aprovechando las fiestas navideñas. Desde la hermandad, saben bien de lo que hablan ya que estos conventos tampoco han pasado por sus mejores momentos en los últimos años, "y viven de los donativos en algunos casos", desvela el hermano mayor. 

Tras dos años sin Cruces ni Feria, las cofradías se han tenido que reinventar con nuevas iniciativas "para conseguir nuevas fuentes de ingresos", aprovechando la tregua de las restricciones de esta campaña navideña, y "sin otro objetivo que el de dar continuidad la labor social que realizamos y mantener nuestro compromiso con las entidades", señala Aguilera. 

Esta muestra, que lleva pensada desde septiembre, vive su primera edición y es una más de las muchísimas pequeñas actividades que tienen preparadas desde la hermandad del Descendimiento. Pequeñas porque les permite "controlar el aforo" y al aire libre, "que es lo que se recomienda", ha anotado. La próxima, "si todo va bien", será una zambobada el próximo 19 de diciembre en el paseo Cristo del Descendimiento, en la que habrá comida y música en directo.

Recorrido por los dulces de los conventos

Empezando por orden de entrada al patio, las Hermanas Clarisas del convento de Santa Clara de Jesús de Estepa ofrecen entre sus productos un turrón de chocolate y un surtido de mantecados típicos de esta localidad; justo al lado, triunfa el bizcocho marroquí del convento de la Purísima Concepción de Osuna. "Es el más vendido", afirma Aguilera.

También en la provincia de Sevilla, del convento de las Clarisas de Marchena destaca sus bolitas de coco y unos cordiales, rellenos de almendra y cabello de ángel.

La capital cordobesa participa en la muestra de la mano del convento de Santa Ana y San José de las Carmelitas Descalzas y el monasterio del Sagrado Corazón de las Calzadas. Sobresalen el hojaldre de cacao y tocina de cielo, respectivamente.

La muestra de la provincia corre a cargo del convento de Santa Clara de la Columna de Belalcázar, que ofrece unas tradicionales yemas de huevo y unas empiñonadas -típicas de estas hermanas-, que están elaboradas con un mazapán de piñón español -apostando por la materia prima de mejor calidad, afirman, en vez del piñón procedente de China que es más barato-. Continúa con cuatro tipos de mieles elaboradas en el monasterio de San José del municipio de Villaviciosa de Córdoba y cierran la provincia unos alfajores de Montilla y unos rosquillos de yema de huevo. 

Otro de los productos triunfadores, asegura Manuel Aguilera, es la mistela procedente del monasterio de la Santísima Trinidad de Baza (Granada), que ha conseguido sorprender gratamente a los asistentes. Este licor en base de anís y con un toque de fruta, normalmente de naranja, está elaborado por las Madres Dominicas y cuesta 12 euros.

Además, la hermandad ha aprovechado para poner en venta unas velas hechas por vecinas de barrios desfavorecidos de Córdoba cuya recaudación va a fomentar la inclusión de la mujer en estos lugares.