Turismo

Córdoba descarta subirse al tren de la tasa turística

  • La implantación del nuevo impuesto "no está sobre la mesa" del gobierno municipal

Un grupo de turistas se protege del calor a la sombra en los alrededores de la Mezquita-Catedral.

Un grupo de turistas se protege del calor a la sombra en los alrededores de la Mezquita-Catedral. / Salas / Efe

Córdoba dice no a la tasa turística. Al contrario que otras capitales andaluzas, casos de Sevilla, Málaga o Granada, que ya han mostrado su firme predisposición a seguir el modelo impuesto desde hace años en otras ciudades españolas y europeas, la posible implantación de un impuesto a pagar por los visitantes que pernocten al menos una noche en hoteles o apartamentos "no está sobre la mesa" del cogobierno de PP y Cs. Ni por ahora, ni en un futuro a corto-medio plazo.

Es más, fuentes municipales consultadas por el Día insisten en que el Ayuntamiento ni siquiera se ha planteado esa opción: "No nos gusta poner nuevas tasas", añaden, descartando así la opción de sumar un gravamen más que podría generar unos recursos económicos extra. Una posibilidad que ya estuvo sobre la mesa tiempo atrás, durante el gobierno anterior, y que tampoco salió adelante.

En 2017, la alcaldesa Isabel Ambrosio (PSOE) ya desechó esta alternativa por considerar que "no vendría bien" a los objetivos que desde Capitulares se habían marcado para el sector, principalmente acabar con la estacionalidad e incrementar la estancia media, saliéndose igualmente de ese eje turístico de las grandes capitales andaluzas. IU, socio de aquel gobierno municipal, y Ganemos, que apoyó su investidura, abrieron el debate al apostar por su implementación, algo que pelearon sin suerte hasta el final.

Porque el proceso se alargó casi dos años, sin consenso claro, con un informe de pros y contras hasta del Instituto Municipal de Turismo (Imtur), y la postura contraria de la patronal hotelera. El PP, ya liderado por un José María Bellido que ese mismo 2019 alcanzó la Alcaldía, se mostró también contrario al gravamen, postura que ahora mantiene -como hizo tras su nombramiento, para apagar los ecos de aquel debate previo-, en una situación de coherencia con sus ideales.

Con todo, hay que recordar que el acuerdo municipal requiere también de un nuevo marco normativo por parte del Gobierno central y la Junta de Andalucía, dado que los ayuntamientos no tienen competencias para implementar la tasa turística.

Es por eso que queda por ver qué postura toma ahora el recién estrenado gobierno andaluz de Juanma Moreno, que hasta el momento ha desechado esa posibilidad de manera recurrente, tras la solicitud de Granada, Sevilla o Málaga de que se dibuje un nuevo escenario normativo. Una petición de la que se descuelga Córdoba, con la que muchos contaban para hacer más fuerza ante el Ejecutivo autonómico.

Pero desde el Ayuntamiento recuerdan que no solo no está en la hoja de ruta inmediata, sino que tampoco aparecen "en el horizonte más cercano", dada su complejidad. Entre las razones esgrimidas, pesa sobre todo la situación que atraviesa el sector turístico, en plena remontada tras tener que hacer frente a la crisis del Covid-19, que rompió todos los esquemas habidos y por haber durante los dos últimos años.

De hecho, según ha confirmado recientemente el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, existe un grupo de trabajo, creado tras una moción de Unidas Podemos en el Consistorio nazarí, con los alcaldes de las ocho capitales de provincia andaluzas. Aquella moción tenía como fin liderar un proyecto que pidiera a la Junta la puesta en marcha de los mecanismos que hagan posible la creación de una tasa turística y trasladar estos acuerdos a la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP).

Situación en el resto de capitales andaluzas

Luego llegaría el segundo paso: poner de acuerdo al resto actores implicados, con especial hincapié en la patronal hotelera. En el caso de Sevilla, el alcalde ya ha conseguido su visto bueno -cumple así un viejo anhelo desde que era concejal de Turismo-, algo que todavía no ha llegado en Granada. Sobre la mesa, el posible efecto disuasorio de este impuesto, sobre todo porque no es mayoritario en el país y, con los precios en escalada y los ciudadanos mirando cada vez más por su economía, puede hacer que se decanten por otros destinos.

En Málaga, sin embargo, el Ayuntamiento ha descartado su cobro recientemente por no tener competencias para ello, pero no se cierra a explorar este impuesto en un futuro si cambia el marco normativo. Es más, el gobierno del popular Francisco de la Torre sí respaldó exigir a la Junta que estudie una norma y el pleno aprobó por unanimidad pedir a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que evalúe una modificación de la Ley de Haciendas Locales para incorporar la tasa como instrumento fiscal.

En Cádiz, su alcalde, José María González, Kichi, estudió esta posibilidad e incluso llevó al pleno la propuesta de ponerla en marcha, pero fue rechazada, por lo que no se ha planteado dar más pasos en favor de esta opción por el momento. El alcalde gaditano defendía que esta tasa revertiría en el desarrollo sostenible del turismo de la ciudad, para sostener o mejorar sus infraestructuras o actuaciones sobre el patrimonio.

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