Desde hace meses, el Covid se ha convertido en un ser extraño del que solo uno se acuerda cuando le toca de cerca. La acción de la vacuna y ese efecto gripalizador del virus SARS-CoV-2 que se buscaba han dejado estabilizada una pandemia que, pese a todo, sigue su curso, anotando contagios, hospitalizaciones y hasta muertes, como para dejar constancia de que se mantiene latente entre la sociedad.

Y en esas circunstancias, Córdoba, que durante gran parte de la crisis sanitaria estuvo acorde con la media, ahora se ha destacado como la provincia que marca el paso en Andalucía. De partida, acumula una tasa de incidencia de 237,8 casos por cada 100.000 habitantes, algo más del doble que el promedio de la comunidad autónoma (117,0) tras anotar este viernes 21 de octubre 207 nuevos positivos, cifra que solo supera Málaga (214), pese contar con más del doble de población.

De esos más de 200 contagios, dos tercios (139) se han diagnosticado en personas con más de 60 años, el llamado grupo vulnerable desde el pasado mes de abril, designado para marcar los pasos en el control de la pandemia, dejando el total de infecciones en 168.329 (167.791 si se rechazan los resultados de los primeros test serológicos). Además, esos 207 casos suponen la primera vez que la provincia supera la barrera de los dos centenares en casi dos meses y medio -ya llevaba tres semanas coqueteando con esa cifra sin lograrlo; concretamente, el viernes 12 de agosto se reseñaron 243.

Para cerrar el capítulo de la transmisión, la Consejería de Salud y Consumo, según los datos que recoge el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), ha vuelto a dejar a cero el capitulo de curados, de ahí que como el martes, las altas médicas entregadas a pacientes que en algunos casos mantienen síntomas de la enfermedad siguen siendo 163.232. Y eso tiene reflejo directo en los casos activos, que tras la caída del parte previo, crecen de nuevo hasta acariciar otra vez los 3.500; en concreto, hay actualmente 3.476.

En cuanto a la letalidad, el Covid y sus consecuencias, que en muchas ocasiones agrava otras patologías ya previas, se ha cobrado en los últimos tres días otras cuatro vidas. En total, son ya 1.621 muertes las que se han asignado a la pandemia desde su irrupción en el ya lejanísimo marzo de 2020, un dato luctuoso y sin duda el más negro de la crisis que no ha sufrido parón alguno en este tiempo, como para recordar que el coronavirus está ahí.