Salud

Córdoba mantiene nueve casos activos de la viruela del mono

  • Los contagios en Andalucía continúan su tendencia a la baja; caen en 25 y se quedan en 146

Una vacuna contra la viruela del mono.

Una vacuna contra la viruela del mono. / Efe

Córdoba mantiene activos nueve casos de la viruela del mono, los mismos que estaban monitorizados el pasado viernes, según los datos ofrecidos este martes 6 de septiembre por la Consejería de Salud y Consumo con los datos obtenidos por la Red del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA). 

En el conjunto de Andalucía hay actualmente 146 casos activos, 25 menos que en el recuento del pasado viernes. Además, otros 68 casos más están en investigación y 495 ya han sido descartados. Además, 674 ya están inactivos, mientras que 659 personas ya han sido vacunadas por haber sido contacto de riesgo de pacientes que han dado positivo en la enfermedad.

Así, en el comunicado difundido este martes, la Consejería de Salud y Consumo especifica que hay 3 casos en Almería, 13 en Cádiz, 9 en Córdoba, 12 en Granada, 9 en Huelva, 3 en Jaén, 38 en Málaga y 59 en Sevilla, que es la provincia andaluza con más pacientes.

Fue el pasado 24 de junio cuando se dio a conocer el primer contagio de viruela del mono en Córdoba, mientras que el segundo se hizo público el 28 del mismo mes y el tercero, el 1 de julio. Un hombre de 31 años, que permanecía ingresado en la UCI del Hospital Reina Sofía, falleció por meningoencefalitis, aunque su caso está siendo estudiado por su asociación a la infección por viruela de los monos (monkeypox, MPX).

Síntomas

Según el protocolo de la viruela del mono publicado por el Ministerio de Sanidad, la infección suele ser una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en varias semanas. Sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave.

El período de incubación es de seis a 16 días, pero puede oscilar entre cinco y 21 días. El cuadro clínico clásico inicial descrito hasta este brote suele incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. Entre uno y cinco días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo. Tiende a concentrarse más en la cara y las extremidades que en el tronco.

Afecta a la cara (en el 95% de los casos) y las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). También se ven afectadas las mucosas orales (en el 70% de los casos), los genitales (30%) y las conjuntivas (20%), así como la córnea.

Característicamente, las lesiones evolucionan de forma uniforme y de manera secuencial de máculas a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen.

Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas. Los casos graves ocurren con mayor frecuencia entre los niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas y están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona.

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