Coloquio Consenso y Memoria Democrática: "Vivimos en un momento difícil para la democracia constitucional"

Andrés Ollero, Óscar Alzaga, Manuel Aragón, María Emilia Casas y Pablo de Lora participan en un nuevo encuentro organizado por el Instituto Español de Ciencias Histórico-Jurídicas

Las imágenes del encuentro celebrado en el Centro de Recepción de Visitantes

Dirigentes institucionales y ponentes del II Coloquio Consenso Constitucional y Memoria Democrática.
Dirigentes institucionales y ponentes del II Coloquio Consenso Constitucional y Memoria Democrática. / Juan Ayala

"La transición para mi generación es el momento de una larga trayectoria y del que me siento más satisfecho; cómo se pasa de una dictadura a una democracia es algo que merece la pena vivir". Así ha comenzado su intervención Andrés Ollero, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos y magistrado del Tribunal Constitucional de España (2012-2021) en el II Coloquio Consenso Constitucional y Memoria Democrática, que se ha celebrado este viernes en el Centro de Recepción de Visitantes de Córdoba.

Se trata de una actividad organizada por el Instituto Español de Ciencias Histórico-Jurídicas -que cuenta con la colaboración de la Universidad de Córdoba (UCO), el Consejo Social de la UCO, la Diputación de Córdoba y el Instituto Municipal de Turismo-, y que busca sensibilizar a la sociedad civil acerca de los riesgos para la convivencia y el mutuo entendimiento que presenta la acusada polarización de los discursos políticos. Para ello, se ha puesto en valor el espíritu de concordia que de la transición española y el esfuerzo en la búsqueda de consensos por parte de todos los actores políticos y sociales, razón última del éxito de la Constitución de 1978.

Junto a Ollero, la cita ha contado con la participación de Óscar Alzaga, encargado de la charla inaugural -que ha ofrecido por videconferencia-, Manuel Aragón, María Emilia Casas y Pablo de Lora Deltor. Todos ellos, han sido testigos de las diferentes pugnas políticas y han encontrado, desde sus particulares posiciones, el modo de conciliar intereses e ideologías contrarias, tal y como han puesto de manifiesto en sus intervenciones.

En el caso de Ollero, que también fue durante 17 años diputado del PP, ha hecho una intervención centrada en Andalucía y la llegada de la transición desde un punto de vista biográfico. Así, ha relatado que allá por 1960, cuando tenía 16 años y empezó la carrera de Derecho. En aquella época, ha continuado, "lo importante era ser de izquierdas y, para ser de izquierdas, había que parecerlo y, para parecerlo, había que ser marxista, prácticamente; ese era el ambiente". Y ha sido en este punto, cuando Ollero ha hecho un llamamiento al público, en su mayoría alumnos de la Universidad de Córdoba a que tengan "voluntades y acciones políticas cuanto más, mejor. Pero primero, por favor, actúen y hagan algo de provecho, porque de lo contrario, no vamos a servir para nada".

Joaquín Alberto Nieva conversa con Andrés Ollero.
Joaquín Alberto Nieva conversa con Andrés Ollero. / Juan Ayala

Un argumento que, según ha confesado, "no es simplemente por entender mi resistencia a la militancia política que mantuve durante bastantes años". A pesar de su resistencia inicial, finalmente decidió incorporarse después de que Óscar Alzaga le sorprendiera a jugar la carta democristiana del PDP. Así, ha expuesto que la elaboración de las listas de la entonces Coalición Popular –con AP como núcleo– no tuvo que ser una tarea fácil, ya que solo había dos escaños granadinos pronosticados. Finamente, Manuel Fraga, según ha contado, consideró que, en una provincia universitaria como Granada, un catedrático como cabeza de lista no iría mal. "En aquella época ser catedrático significaba algo, no sé si hoy día significa lo mismo. Pero la cosa así ha sido".

Y durante cinco legislaturas estuvo en el Congreso de los Diputados por el PP. Tras pasar casi dos décadas en la Cámara Baja, Ollero decidió que "lo mejor era volver a la Universidad".

Manuel Aragón: "No hay posibilidad de democracia constitucional sin concordia"

Profesor de Derecho del rey Felipe VI, Manuel Aragón también ha intervenido en el coloquio, donde ha reconocido que "la democracia constitucional es la forma hasta ahora más feliz que ha encontrado la humanidad para convivir pacífica, racional y dignamente". Jurista y catedrático de Derecho Constitucional, ha recordado que es en la democracia constitucional "donde hay una norma suprema llamada Constitución que garantiza derechos, organiza y limita los poderes, dividiéndolos y garantiza derechos". Una carta magna, por cierto, que es "una norma jurídica que debe cumplirse y ha de ser aplicada por los jueces y tribunales".

No obstante, ha reconocido que la construcción de cualquier constitución, como la española de 1978, "es frágil" y ha advertido de que "solo llega a ser efectiva si hay también lealtad constitucional de los políticos y de las instituciones", ya que cuando esto no ocurre "está condenada al fracaso".

En su exposición ha puesto de manifiesto una realidad palpable a tenor de los últimos acontecimientos en diferentes partes del mundo, incluida España: "Hoy desgraciadamente vivimos en un momento difícil para la democracia constitucional. Si se echa una ojeada hay una polarización extrema asentada en España, Estados Unidos..."

Público en el salón de actos del Centro de Recepción de Visitantes.
Público en el salón de actos del Centro de Recepción de Visitantes. / Juan Ayala

Una situación que creada por el hecho de que "las instituciones no están actuando con funciones y los partidos tampoco". En el caso de España, ha indicado "nuestros problemas son los mismos como el resto de países democráticos y otros son los propios". En este punto ha incidido en el hecho de que "no hay posibilidad de democracia constitucional sin concordia, esa disposición de ánimo que significa que al adversario no se le puede tener como enemigo". No obstante, ha dejado claro que "hay que respetar las ideas de los demás. El pluralismo político solo funciona si se permite la alternancia política y no se cierra el paso de cualquier manera".

Es por ello, que dado el actual panorama político y la imagen que dan sus integrantes en las sesiones de control y también en el día a día Aragón no ha tenido reparos en señalar que la concordia es "algo que hay que exigir a los políticos".

También ha anotado que el Estado de derecho es indispensable para que exista una democracia constitucional, puesto que garantiza la seguridad jurídica: "Siendo esto así el mantenimiento de la democracia no se sustenta solo en las reglas del Estado de derecho.

Además de lamentar el actual deterioro del liderazgo político en España, este magistrado emérito del Tribunal Constitucional ha afirmado que "la transición y la Constitución fueron un acontecimiento formidable" y ha reseñado que el consenso es necesario para mantener la Carta Magna de 1978 viva.

En esta misma línea, ha recordado que "el consenso, no destruye la alternativa" y que fue lo que sirvió para hacer la transición en España y que la propia Constitución llama a él, pero "eso es lo que en los últimos años no se hace: los grandes partidos se niegan, se ha polarizado la vida pública, no tenemos un problema de modelo: el problema es que esos problemas residen en el incumplimiento la tergiversación y la traición al mismo".

Eso si, también ha destacado que a pesar de la situación actual "no hay que ser demasiados pesimistas: confío de manera moderada porque la sociedad española no puede permitir que los logros de una democracia constitucional desaparezcan y los jóvenes tienen que vivir en una democracia constitucional".

María Emilia Casas: "Hay que atraer cada día el consenso"

La primera mujer catedrática de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de España fue María Emilia Casas, quien en 1998 ingresó en el Tribunal Constitucional. También ella ha participado en este encuentro, donde ha señalado que "el consenso constitucional y la democracia democrática son dos binomios que tienen que integrarse en el consenso".

No obstante, ha asegurado que en la transición se estableció un cierto olvido de la memoria histórica porque "era más importante dar estabilidad al sistema, la posibilidad de la conjunción de fuerzas políticas tan diversas y la posibilidad de hacer una transición en paz". "Lo mismo que hubo consenso para decir vamos a olvidar para arrancar la democracia, no se puede obviar en el pasado", ha incidido y ha reiterado la importancia del pasado porque "aparece en la historia de la vida".

Casas, que fue la primera mujer en presidir el Tribunal Constitucional de España, estudió lo que habían hecho las democracias constitucionales en relación con la memoria histórica en el año 2003-2004. Así, abordó cómo trabajaron en Alemania e Italia, además, de España, donde se dio cuenta de que había habido una "desconexión histórica" por lo que "hay que recuperar la memoria". "Por razones ciudadanas, políticas, del pluralismo, de búsqueda de votos, de rédito electoral, o por una necesidad real, han surgido problemas que antes no existía", ha expuesto.

A su juicio, el "consenso constitucional en la memoria histórica significaría, en esta afortunada elección que han hecho los directores de esta jornada, tratar de unificar, de hacer las preguntas sobre el pasado, porque no podemos ignorar el pasado, y segundo, hacerlo con consenso, ya que desgraciadamente se ha hecho sin él".

"El consenso hay que atraerlo cada día y este es un tema esencial", ha concluido.

Pablo de Lora: "La amnistía de 1976 supuso un auténtico cambio de régimen"

Cuando murió Franco, el 20 de noviembre de 1975, Pablo de Lora tenía siete años. Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, ha sido el encargado de cerrar las intervenciones y, en su caso, ha brindado al público un viaje por la historia, apoyado en imágenes históricas protagonizadas por personajes cercanos a su familia durante la guerra civil y la transición. Así, ha ofrecido una dimensión personal/familiar de estos años porque "nos cruzan a todos". Un binomio que, según ha considerado, "ilustra muy bien cuál ha sido el espíritu o la condición de posibilidad de eso que llamamos transición, consenso o concordia que cristaliza en la aprobación de la Constitución en 1978".

En su intervención, De Lora ha contado con la primera vez que votó fue en 1986 en el referéndum de la OTAN y se ha definido como "nieto de la guerra civil". Así, ha mostrado imágenes de su abuelo Cecilio de Lora y de su primo Cristóbal en 1918 y 1921 cuando estaban en la Academia de Infantería de Toledo. Su abuelo Cecilio fue fusilado el 28 de noviembre de 1936, mientras que su primo carnal Cristóbal fue apalizado por un grupo de franquistas en Ceuta.

Él era militar activo. Él había sido avisado del golpe del 17 de junio y de que huyeran porque era una persona de izquierdas, masón, novio, permaneció leal a la República. Fue detenido, encarcelado y finalmente ajusticiado. Su abuela se quedó viuda con cinco hijos y logró sobrevivir en Madrid durante un año, y en el año 37 logra salir y llegar a donde le pudieron acoger sus suegros, a San Fernando (Cádiz).

Asistentes al coloquio.
Asistentes al coloquio. / Juan Ayala

En este punto, ha hecho referencia a que en la historia hay una dimensión, que es la memoria, "lo que uno recuerda, lo que a uno le han contado, y hay otra dimensión, que debemos dejar a la historiografía que contribuya a su establecimiento, que son hechos, fuentes documentales, comprobados y contrastados".

Tras exponer ejemplos de diferentes personajes históricos y personas, incluidos familiares sobre cómo vivieron tras la guerra civil defendiendo posturas totalmente contrarias y cómo se reencontraron, De Lora ha reconocido que "no sé si traer a la memoria o incitar sobre todo a los jóvenes tantas veces interpelados a que abunden en este tipo de historias que tienen que ver la reconciliación y la concordia que es muy anterior a los momentos determinantes pero que es absolutamente necesaria".

Como ejemplo, ha aludido a la ley de amnistía de 1976 en España, que concedió una amnistía parcial a presos políticos y se considera el primer paso hacia la "amnistía total" que se lograría en 1977, que fue un proceso "esencialmente luminoso". "Soy de esa generación de nietos que todavía de alguna manera tienen ese espíritu de irreverencia frente a lo que pudieron lograr tantos conciudadanos en aquel momento", ha confesado.

Aquella amnistía, ha continuado, "supone un auténtico cambio de régimen. Ahí está la auténtica ruptura".

El II Coloquio Consenso Constitucional y Memoria Democrática ha contado con la asistencia del consejero de Justicia, José Antonio Nieto, y de la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba, Isabel Albás, quienes también han hecho un llamamiento al consenso.

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