La circulación en la zona de la Mezquita cambia de sentido para reducir el tráfico

La pilona de la calle Amador de los Ríos se sustituirá por una cámara el próximo 24 de febrero Una media 400 vehículos pasan por la Catedral y se espera bajar la cifra un 50%

Un taxi espera a la bajada de la pilona de Amador de los Ríos.
Un taxi espera a la bajada de la pilona de Amador de los Ríos.

El Ayuntamiento ha dado un paso más en su objetivo de blindar su monumento más reconocido, la Mezquita-Catedral, a los efectos que produce el paso de vehículos y una intensa circulación por la zona. Así, la concejal delegada de Movilidad, Ana Tamayo, anunció ayer que, tras limitar los horarios de carga y descarga e instalar la cámara en la calle Amador de los Ríos, se va a poner en marcha una tercera medida: la reordenación del tráfico en las cuatro calles que rodean al edificio, que cambiarán el sentido de la circulación. En concreto, según explicó Tamayo, las variaciones afectan a la calle Torrijos, Cardenal Herrero, Magistral González Francés y Corregidor Luis de la Cerda. Al cambiar el sentido, según explicó Tamayo, "se elimina el efecto glorieta" que afectaba a la zona y que había incrementado mucho la circulación. Esto es que los coches, al llegar desde el centro por la calle Encarnación, rodeaban la Mezquita por Cardenal Herrero, Torrijos y Corregidor Luis de la Cerda, algo que ahora no se podrá hacer al cambiar el sentido de la circulación. La salida de estos vehículos sería directamente por Magistral González Francés, sin necesidad de dar la vuelta por el monumento. De manera complementaria, la calle de la Judería será completamente peatonal y por ella no podrán pasar ni taxis ni coches de caballos.

El acceso de coches a través de Amador de los Ríos seguirá restringido pero a través de una cámara que entrará en funcionamiento el próximo 24 de febrero, el mismo día en el que se piensa empezar a aplicar la reordenación del tráfico en la Mezquita. El objetivo de todas estas medidas, según explicó la edil de Movilidad, es eliminar el exceso de tráfico en esta parte de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad y que sólo pase el número de vehículos estrictamente necesario y a quienes se le está permitido, es decir, taxis, propietarios de cocheras y clientes de los hoteles de la zona.

En estos momentos, el entorno de la Catedral soporta una media de 400 vehículos diarios, una cifra que el Ayuntamiento considera "excesiva" y que pretende reducir al menos al 50% con estas medidas. Es más, si no se consiguiera bajar la afluencia circulatoria, Tamayo avanzó que se pondrían en marcha nuevas iniciativas todavía más restrictivas para proteger a la Mezquita y al Casco Histórico. De hecho, se harán mediciones diarias para comprobar el impacto de las medidas. Tamayo explicó que ya se están manteniendo reuniones con los directores de hoteles, responsables del palacio de Congresos y el Obispado para trasladarles los cambios. Igualmente, tiene previsto remitir una carta a los residentes y a los establecimientos para informarles de las nuevas medidas.

El cierre al tráfico del entorno de la Mezquita comenzó en 2008 con la instalación de la pilona en Amador de los Ríos y la limitación del acceso a vehículos autorizados. La edil de Movilidad reconoció que la pilona tiene unos índices "elevados" de siniestralidad y por eso justificó el cambio al sistema de la cámara ponemultas, aunque se va a aplicar con algo de retraso. El Consistorio ha incluido el entorno de la Mezquita como una zona de "especial protección" y otros de los planteamientos que se aplicaron recientemente fue la limitación de la carga y descarga hasta las 10:00 y la prohibición del paso vehículos que no estén autorizados. Las mismas medidas se aplican en otras zonas del Casco Histórico como Capuchinas o Cruz Conde.

El portavoz de IU, Francisco Tejada, aseguró ayer que cualquier restricción del tráfico en este entorno es "positiva" pero lamentó que con el nuevo cambio de sentido los taxistas tendrán que dar un rodeo mayor para salir de la zona Patrimonio, "lo que repercutirá en el bolsillo de los clientes" ya que supondrá un gasto mayor en los desplazamientos en taxi.

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