Cercanía para una comunicación “desarmante”
La información periodística y los medios de comunicación atesoran el valor irrenunciable de la libertad de prensa como un pilar democrático y un instrumento para denunciar la injusticia y el abuso
Cuando el Papa León XIV se reunió con los periodistas que habían cubierto el cónclave que dio lugar a su designación como sucesor de Pedro volvió a implorar por la paz, al modo que lo hizo en la tarde de su designación desde la Logia de la plaza de San Pedro del Vaticano. Una reiteración necesaria para un mundo herido por la guerra y la injusticia, que también libra la temida contienda del control de la información.
En aquel encuentro con reporteros, el Papa pidió una comunicación “desarmada y desarmante” para este momento de la historia donde la violencia también se ejerce desde tantas trincheras y desde la muralla de algunas redes sociales, a menudo incendiadas por el odio y la crítica mordaz y demasiadas veces desprovistas de una reflexión basada en la búsqueda de la verdad y en la promoción de la libertad de cada ser humano ejercida con responsabilidad.
Las guerras de imágenes e ideologías lastran cualquier avance hacia la paz y reproducen el funesto retrato de la guerra, sea en el ámbito internacional como en la cotidiana realidad que nos circunda, porque la paz comienza en el reconocimiento de la dignidad de cada persona como hijo amado por Dios. La paz es el resultado de muchas decisiones contra la violencia, el abuso y la exclusión.
Durante la celebración de la 59ª Jornada Mundial de las comunicaciones sociales, con motivo de la Solemnidad de la Ascensión del Señor, el Papa volvió a reclamar la paz en el ámbito de lo local porque “la paz comienza por cada uno de nosotros, por el modo en el que miramos a los demás, escuchamos a los demás, hablamos de los demás; y, en este sentido, el modo en que comunicamos tiene una importancia fundamental”.
Cambiar trincheras por puentes y rechazar la guerra con la palabra es el camino de la paz en el mundo, la propuesta que en la cercanía de lo local se valida en una información honesta, volcada en el servicio, constructora de una sociedad justa que contempla al ciudadano como un sujeto digno y crítico, capaz de generar una opinión propia.
La información local, insertada en la consistencia del grupo editorial Joly, ha sido durante 25 años en Córdoba un fiel testigo de un tiempo de cambio social, “un cambio de época” en palabras del Papa Francisco, que El Día de Córdoba ha sabido acompañar con profesionalidad, dedicación y sentido de pertenencia gracias a grandes profesionales. La información periodística y los medios de comunicación atesoran el valor irrenunciable de la libertad de prensa como un pilar democrático y un instrumento para denunciar la injusticia y el abuso, tan presente en tantas partes el mundo y en lo próximo, manifestada en la pobreza y la exclusión.
Cuando un medio de comunicación local celebra su aniversario reconocemos en su cercanía la capacidad informativa para abrir ventanas a la realidad más distante que nos permite un análisis crítico y nos sitúa como sujetos de un tiempo irrepetible. El Día de Córdoba ha demostrado durante 25 años su ofrecimiento diario de noticias que en un mundo globalizado no pueden resultarnos indiferentes. Celebramos hoy la continuidad de un proyecto editorial basado en la búsqueda de la verdad y la defensa de la libertad. El Día de Córdoba ha demostrado en 25 años que su línea editorial propone la suma de muchas decisiones a favor del entendimiento y la convivencia. Felicidades.