Dos candidatos, un birrete negro
Los aspirantes a convertirse en el octavo rector de la UCO muestran sus puntos débiles y fortalezas en plena campaña
Ahora sí que están en campaña de manera oficial. Los catedráticos y doctores José Carlos Gómez Villamandos y Manuel Torres han reiniciado esta misma semana la búsqueda de votos. Y es reiniciado porque los dos ya llevan bastante tiempo en estas mismas labores, aunque fuera del calendario electoral fijado por la Universidad de Córdoba (UCO) y de manera menos pública de cara a la galería. Y, realmente, no se ha tratado de un reinicio nada pacífico entre ambos. Prueba de ello es que justo el mismo día en el que dio comienzo la campaña electoral, el catedrático de Anatomía y Anatomía Patológica Comparada elevó una queja ante la comisión electoral al haber detectad irregularidades en la gestión del voto por correo entre los alumnos en favor de otra candidatura, esto es, la de Manuel Torres.
Una decisión que ha caldeado los ánimos de unos y otros en las redes sociales y que, además, le ha valido también la crítica de su contrincante, quien ha llegado incluso a decir a Gómez Villamandos que pida perdón de manera pública y también una rectificación de su queja por un presunto fraude en la obtención de apoyos entre los alumnos de varias facultades, de las que sus responsables van en el equipo de Torres. Todos estos actos ponen en evidencia, sin más mínima duda, que el ambiente es muy tenso entre ambos. No en vano, los dos quieren suceder a José Manuel Roldán Nogueras al frente de la institución académica. Un ambiente, además, menos caldeado que las elecciones de hace ahora ocho años y a la que acudieron hasta cuatro aspirantes al birrete negro.
Los dos se ven ganadores, aunque esa visión realmente es imposible. Uno es el que tiene que ganar. Por el momento y, según distintas fuentes, la cosa está a medias y la balanza es difícil, por el momento, saber hacia qué lado cae. También hay que tener en cuenta que en las elecciones de la UCO, a pesar de que hay sufragio universal, el peso de los votos no es igualitario, sino ponderado. Es decir, que el voto de un catedrático no vale lo mismo que el de un alumno o un trabajador del área de administración. Así las cosas, el apoyo del Personal Docente e Investigador funcionario representa el 54% de los votos y el del personal docente e investigador no doctor o no funcionario un 16%. Por su parte, el voto del Personal de Administración y Servicios representa en el total un 10%, mientras que el sector de los estudiantes, que es el más numeroso de la Universidad, al cifrarse en más de 15.000 personas, vale un 20%. Esto significa que ambos candidatos han de tener bien controlados sus apoyos, aunque puede que en esta ocasión sean los alumnos los que firmen la victoria de uno u otro si deciden votar en masa a uno de los dos candidatos.
También esta semana los dos han presentado, por fin, sus equipos y su programa de gobierno. Las diferencias entre ambos, como es previsible, son notables. Para empezar, por ejemplo, con los colaboradores. El catedrático de Historia del Derecho y de las Instituciones de la UCO ha presentado un equipo de nombres fuertes en la gestión de la Universidad, algo de lo que se siente la mar de orgulloso. Del grupo de Torres forman parte actuales vicerrectoras -el caso de Carmen Blanco y Carmen Galán- o de decanos, como el de Agrónomos, Alfonso García Ferrer, o el que ya dejara su cargo hace unos meses en la facultad de Derecho, Miguel Agudo, que es su director de campaña. No obstante, también incluye nuevos nombres en su futuro equipo de trabajo si el 13 de mayo vence en las urnas.
Gómez Villamandos, por su parte, se ha decantado por intentar dar un ligero aire fresco a la UCO, con la incorporación a su equipo de profesores jóvenes y también de docentes que ya han ocupado cargos académicos, tales como Antonio Cubero -que fue gerente durante el mandato de Roldán Nogueras hasta que dimitió en diciembre por desavenencias con su gestión-, Rosario Mérida, actual directora de Igualdad e Innovación Docente, o Lorenzo Salas.
En el caso de los programas también hay diferencias, aunque coinciden , por ejemplo, en mejorar la financiación que recibe la UCO. En este punto, Torres asegura desde hace ya varios meses que dimitirá si no consigue elevar el peso de la Universidad en el próximo reparto por parte de la Junta. Una decisión con la que se puede dar de bruces si la Administración autonómica mantiene el actual 7,9% de financiación, aunque debe esconder un as bajo la manga cuando lo reitera de esta forma. Conseguir que la UCO tenga más peso entre las universidades andaluzas es el mensaje que lanza Gómez Villamandos, quien insiste en conseguir "transparencia" a la hora de realizar o aprobar las cuentas académicas si es que llega a ocupar el principal despacho del Rectorado.
La reducción de cargos académicos que dependen del equipo de gobierno y la disminución de las retribuciones de la gerencia, con lo que logrará un ahorro de unos 30.000 euros (alrededor de un 15%) es otra de las bazas de Gómez Villamandos para pedir el voto y evitar un elevado número de puestos de responsabilidad. Torres, sin embargo, apuesta por dar más cabida a los puestos de segundo nivel. A pesar de ello, asegura que el coste de su equipo de gobierno supondrá un 0,2% del presupuesto anual de la UCO y lo cifra en 250.000 euros.
Sea como sea, el que gane se encontrará una situación más que complicada y tendrá que afrontar numerosos retos.
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