Transporte

"Me bajaría del camión mañana mismo": retrato de una profesión que agoniza también en Córdoba

  • Las condiciones laborales del sector son el principal rechazo por parte de las nuevas generaciones a pesar de que la demanda de empleo asciende a los 15.000 puestos en España

Un grupo de camioneros esperan para poder acceder a un puerto.

Un grupo de camioneros esperan para poder acceder a un puerto. / El Día

"Yo para ser feliz quiero un camión", cantaba Loquillo por los 80, una realidad que difiere mucho de la sensación de infelicidad que transmiten muchos de los profesionales de este sector en la actualidad, cuando han pasado casi cuatro décadas desde que José María Sanz y sus trogloditas escribieran aquel tema. Si no, que se lo pregunten al cordobés Rafael Rojano, que se bajaría del camión "mañana mismo si pudiera", pero detrás hay unos niños que "todavía están estudiando", reconoce.

Rojano se subió a un camión por primera vez hace 16 años y ha viajado "por toda Europa", aunque desde este año solo hace "nacional", sin salir fuera de los límites de España, cuenta. El pasado 2020, más allá de todas las consecuencias que trajo la pandemia del covid, le tocó vivir una de las caras más amargas de esta profesión cuando estuvo parado en Reino Unido seis días -Nochebuena incluida- desde el 22 de diciembre hasta el 28, a causa del Brexit. 

El camionero sabe de primera mano lo que es "padecer solo y en silencio" cuando ocurre algo en la familia y le toca estar en la carretera noche y día. Entonces es inevitable "no darle vueltas a la cabeza", afirma Rojano, para quien ni siquiera el salario compensa lo que "se sufre en el camión".

Los problemas del sector tienen como origen "muchos factores" y se extienden más allá de nuestras fronteras: "Se trata de un problema a nivel mundial", apunta Tomás Aranda, presidente de la Asociación de Transportes de Mercancía de Córdoba (Atransmerco). 

Ante la situación de abandono, el sector ha terminado por explotar, y a través de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) y la Confederación Española del Transporte de Mercancías (CETM), ha convocado un parón de la actividad para los días 20, 21 y 22 de diciembre, sembrando la incertidumbre para las fechas de Navidad.

Entre el listado de reivindicaciones que el gremio ha trasladado al Gobierno destacan la subida del precio del carburante, la falta de áreas de servicio seguras para que los camioneros puedan descansar tranquilos, o la dejadez de la Administración para llevar a cabo inspecciones a las denominadas "empresas buzón", empresas extranjeras que entran a España, y que "nos quitan la carga de trabajo sin declararlo luego", denuncia Aranda. Respecto al gasóleo, "que supone el 70% de los gastos de las empresas", los transportistas reclaman una cláusula que permita "regular" al alza o a la baja "el precio de las facturas a los clientes en función del precio del combustible", admite el presidente de Atransmerco.

Los jóvenes ya no quieren ser camioneros

Más allá de esos problemas estructurales que afectan al sector del transporte en estos momentos, mirando al futuro el panorama no es más alentador. Porque el déficit de camioneros en España se sitúa alrededor de los 15.000 puestos de trabajo sin ocupar, a pesar de que el sueldo medio de estos profesionales ronda los 29.000 euros brutos al año -unos 1.500 euros netos al mes-, según datos de la agencia de empleo Jobted. Un salario que está muy por encima de la media española. Además, a medida que estos trabajadores suman años de experiencia, esta cifra puede aumentar hasta los 55.000 euros brutos anuales.

Varias personas, en una clase para obtener el CAP. Varias personas, en una clase para obtener el CAP.

Varias personas, en una clase para obtener el CAP. / Miguel Ángel Salas

Sin embargo, "las nuevas generaciones no tienen ningún tipo de interés en estos trabajos", subraya Aranda. Una afirmación que también constatan los datos, ya que la edad media de los camioneros supera los 50 años en nuestro país. La soledad de muchas horas de carretera y el estar constantemente lejos de la familia son algunas de las condiciones laborales que los jóvenes no están dispuestos a asumir, y "eso que ahora las cabinas de los camiones son de lo más parecido a un apartamento y no tienen nada que ver con las de antes", advierte, preocupado por el cambio que se ha producido en la sociedad. Con todo, el dirigente de Atransmerco entiende que antes "las ganas de trabajar" eran mayores, mientras que "los jóvenes de hoy siguen viviendo en casa de sus padres".

Desde la Asociación Provincial de Autoescuelas de Córdoba (APAC), su presidente, Rafael Cruz, asegura que "no se ha notado ni un aumento ni una caída considerable" en el número de matriculaciones para el Certificado de Aptitud Profesional (CAP), a pesar de la demanda de empleo que tiene el sector. "Lo que sí se aprecia", afirma, es que muchos de los que acuden a las autoescuelas en busca del carnet tipo C -o carnet de camión-, "lo hacen con la vista puesta en unas oposiciones, ya sea como requisito obligatorio o bien para ganar puntos".

La normativa vigente que no permite disponer del CAP antes de haber cumplido los 21 años, "también reduce las opciones de las empresas a la hora de reclutar jóvenes" porque a esa edad "ya tienen previstos sus planes de futuro", explica el presidente del gremio de autoescuelas de la provincia. Para Rojano, uno de los problemas fundamentales reside en "el dineral que cuesta sacarse el carnet más las cantidad de horas que hay echar".

En este sentido, es difícil vislumbrar un futuro optimista en el sector, pero sí que hay ideas detrás de la mesa, como la que traslada Tomás Aranda, que pasa por "crear un ciclo de FP de conductor" para que los jóvenes salgan preparados y se incorporen directamente al sector a la edad mínima requerida.

"No estamos valorados por la sociedad", denuncia el camionero por el trato que recibe cuando llega a muchos almacenes a recoger o soltar las cargas de mercancía y que también se extiende en las áreas de servicio. Aranda, presidente de Atrensmerco, también manifiesta esta ingratitud de parte de las administraciones y pide la solidaridad a los ciudadanos, recordando que durante la pandemia "este gremio también estuvo trabajando al frente para abastecer a la población".

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