El camino empieza antesviolencia de género

conmemoración | actos contra el maltrato hacia la mujer

Mujeres de diversas generaciones reflexionan sobre la situación de la población femenina, el incremento del maltrato en jóvenes, sus problemas y posibles soluciones

Mensaje de una mujer por el 25-N.
Mensaje de una mujer por el 25-N. / Rosell
Anabel Calero

27 de noviembre 2016 - 02:37

Casi mil mujeres con órdenes de protección por haber sufrido malos tratos. 18 de ellas menores de edad. Centenares de denuncias y decenas de agresiones se registran cada día. 39 mujeres han muerto en lo que va de año a manos de sus parejas o exparejas. El Día contra la Violencia de Género -que tuvo lugar el viernes aunque hoy celebra su manifestación central- es necesario para poner el foco de atención en esta lacra social que sigue demostrando que la igualdad es, hoy por hoy, una utopía. Pero, ¿qué hay antes de eso? Quizás haya casos que se produzcan sin haber tenido ningún indicio previo, puede que quizás algún episodio remoto responda a una situación que no se haya podido evitar. Pero la mayoría de los expertos coinciden en que hasta llegar al triste episodio final del fallecimiento hay otras muchas cuestiones que deberían abordarse y que, con un trabajo continuado y firme por parte de todos los agentes implicados, podría llegar algún día -algún día- a paliar los casos de maltrato. El camino hacia la igualdad de la mujer es lento. Nadie duda de que se han conseguido avances, pero todavía queda mucho por hacer y hay que empezar desde el principio.

Los jóvenes son el futuro y en ellos deben ponerse todas las esperanzas. Es desolador, por tanto, que cada vez se observe un incremento de los casos de violencia o maltrato entre menores y que los adolescentes consideren como normales algunas conductas reprobables. El Programa de Atención Psicológica a Víctimas Adolescentes del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) ha atendido este año a 18 chicas y a 21 familias de menores que sufren estas situaciones. Además, en Córdoba se han ordenado medidas de protección para 14 víctimas. Según el estudio Andalucía Detecta, el 70% de los chicos y el 75% de las chicas andaluzas no considera que la violencia y el amor sean incompatibles. Este informe desprende también que el 81% de las chicas y el 68,5% de los chicos andaluces considera que "el verdadero amor lo aguanta/perdona todo". Sólo un 32% de los chicos y un 49% de las chicas andaluzas piensa que si tu pareja te daña y te hace sufrir, lo mejor es cortar la relación, y el 61,2% de ellos y el 41,7% de ellas piensa que los celos son una muestra de amor.

Estos días se han sucedido muchas actividades en colegios e institutos para concienciar sobre este problema. "Maestra, es que es mi novio y le tengo que contestar", dice una joven de 13 años durante la clase, según relata una profesora. Liberia tiene 17 años y estos días ha vivido todos los actos programados en su instituto contra la violencia de género, "pero esto no debería ser sólo el 25 de noviembre y no sólo por la violencia de género, porque que te peguen es lo último, antes hay mucho más". Con 17 años, reconoce que "las chicas de mi edad no están muy concienciadas" sobre esta lacra. "Hoy mismo -por el viernes- nos han puesto un vídeo en clase en el que se alertaba de conductas peligrosas y una alumna ha dicho que su novio le ha prohibido quedar con sus amigas y que lo veía normal, porque si a él no les gusta...". La joven estudiante lamenta que "ven normal todas esas cosas, se piensan que así están más enamorados que nadie". Para Liberia, "hay que trabajar más en los colegios y en los institutos, hacer más talleres, porque hay mucha confusión". Sobre todo, insiste "en el término machista o feminista, que se quiere enfocar como términos contrarios o negativos".

Con apenas 18 años, una joven cordobesa tuvo que soportar cómo su novio entraba a la oficina donde trabajaba para pegarle delante de todos sus compañeros. Éste fue el detonante para finalizar una relación en la que el maltrato había sido la nota predominante. Su madre lo sospechaba desde el principio pero no quiso decir nada para no perder a su hija, que en ese momento hubiera elegido a su novio por encima de todas las cosas. Todos los días tenía una excusa para justificar algún golpe o su cara de tristeza. Ahora pide a todas las jóvenes "que no consientan ni una, que el amor no es celos ni sometimiento, es libertad". Para llegar a este punto ha habido un gran trabajo psicológico detrás.

Si complicada es la adolescencia, la juventud y el acceso al mercado laboral no lo es menos. Marta tiene 26 años y, aunque es restauradora, sólo ha conseguido empleos en la hostelería. Esto, obviamente, es una consecuencia también de la crisis, que se ceba con la población femenina. Marta asegura que "lo que tienes que aguantar en una cafetería es tremendo", en relación a cómo le tratan algunos clientes. Aunque la situación económica repercute en las posibilidades de empleo, para Marta está claro que "parece que las mujeres jóvenes sólo podemos optar a trabajos en limpieza, atención al cliente, hostelería, todo de cara al público y estando bien arregladita". Es lo que ella ha sufrido en sus propias carnes, una sobreexposición que, además, hace "que el resto se crea con derechos para hablar o referirse a ti en unos términos que no son adecuados". "Lo más preocupante es que ves actitudes en todas las edades, desde 18 a 30 ó 50, y eso es terrible", dice.

Para Noemí, de 25 años, la base de todo es una posición social de la mujer "por debajo del hombre tremendamente aceptada, aunque no lo queramos ver". Lo que no puede ser, en su opinión, es que "cosas tan normales como irte de fiesta y volverte a tu casa sola te dé miedo porque pienses que te pueden hacer algo y los hombres no lo tengan". Está tan asumido, lamenta, que "el cambio tiene que venir desde la base".

Una vez en el mercado laboral llegan otros problemas como los salarios o, el tema estrella, la conciliación. El salario de los hombres españoles es un 14,9% superior al de las mujeres, mientras que a nivel europeo esa diferencia está en el 16,7%, según datos difundidos por la Comisión Europea. Clara no ha sufrido hasta el momento diferencias salariales en su puesto de trabajo, de alta cualificación, pero sí que "a veces me han excluido de ciertas decisiones o se penalizan algunas actitudes, porque la ambición en una mujer no se entiende bien", sostiene.

Ser madre y trabajadora se vive con "mucha angustia" puesto que "la conciliación es mentira, somos nosotras las que hacemos sacrificios", afirma Irene ,quien, además, lamenta que ahora se vive "con más angustia, porque somos conscientes de que no está bien, pero nos sigue pasando; nuestras madres, al menos, consideraban la situación normal, en cierto modo", asegura esta joven de 37 años y con un hijo de 3. "Es muy frustrante, al final lo asumes para no estar todo el día discutiendo", añade Irene.

María es una alta funcionaria de 56 años que reconoce que ahora ve las cosas de otro modo, pero tuvo que "aguantar" muchas actitudes de su exmarido que en su momento consideró normales. "Eso hizo que mis hijos también lo vieran normal, me refiero a no hacer nada en casa o pensar que son superiores simplemente por el hecho de ser hombres". 62 años tiene Isabel, que siempre ha considerado que su papel era el de ama de casa abnegada, pero ahora "me gusta ver cómo las cosas cambian y es mi hija la que me hace reflexionar, aunque a veces yo le diga no que tiene razón, en el fondo sí se que la tiene", insiste.

Cambiar las percepciones de unas y otras y, sobre todo, de los hombres es una tarea complicada, pero en la que hay que implicarse. La portavoz de la Plataforma Cordobesa Contra la Violencia de Género, Dulcenombre Rodríguez, reconoce que el trabajo es "complicado", pero no pierde la fe. "Poco a poco lo lograremos".

Sin autoestima y con el concepto equivocado del amor

El presidente del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental, Antonio Agraz, asegura que "cada vez es mayor el número de chicas que son maltratadas por su pareja y cada vez son más pequeñas". El maltrato, apunta, "es más brutal, debido a que ellas no tienen todavía recursos para defenderse de esta situación y creen que es así como debe ser las relaciones de pareja". Están convencidas, añade, de "que es así como es el amor". Las chicas que acuden a los Servicios Profesionales "no se les puede hablar de maltrato, aunque sus familias tienen constancia de ello, y no se suele hablar de maltrato sino de que tienen que saber cómo son su relación de pareja y cómo debe de ser". La prevención, según apunta Agraz, "es a través de la educación y de la concienciación de cómo deben ser las relaciones de pareja, así como trabajar el autoestima y el valor de ser mujer". Una situación de maltrato, asegura, se puede ir vislumbrando por las demás personas porque se aísla, porque el maltratador insiste en aislarla para que no tenga contacto con los demás, amistades o familiares. La mujer, añade, "al estar metida en una espiral de miedo, ansiedad y estar sometida a una persuasión coercitiva por parte del maltratador cree que lo que está ocurriendo no es a ella; por ello es necesario la asistencia, el apoyo y la denuncia".

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